Nuestros educadores parecen no entender que mientras les digamos a los niños que ‘hablan mal’ cuando usan su lengua materna, estamos plantando las semillas de baja autoestima. Y cosecharemos mala calidad. O tal vez, entendemos y es por eso que nos negamos a reconocer el jamaiquino como un idioma ‘adecuado’.
La profesora Carolyn Cooper explora la conexión [en] entre el creolé jamaiquino y los africanos que viven en el exterior.