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Sanciones en Irán: ¿Quién me ha robado la medicina?

Categorías: Medio Oriente y Norte de África, Irán, Economía y negocios, Medios ciudadanos, Salud

Este post de Peyman Majidzadeh fue antes publicado en Arseh Sevom [1] [en].

Las vidas de seis millones de pacientes en Irán se han visto afectadas negativamente debido a la escasez de medicinas como resultado inmediato de unas sanciones [2] [en] sin precedentes. Los ministros de la Unión Europea acordaron un nuevo conjunto de sanciones contra Irán el 15 de octubre de 2012 que se sitúan a la cabeza de las mayores sanciones que existen. Esas nuevas sanciones prohíben la importación del gas natural de la república islámica. Se conciben como parte de una estrategia de enfoque doble que incluye la diplomacia y la presión. No es ningún secreto para la comunidad internacional que esta estrategia de aislar aún más a Irán ha causado efectos devastadores en los ciudadanos de a pie, y, en particular, en los pacientes de Irán.

El Washington Post [3] [en] destacó el hecho, escribiendo:

«El efecto [de las sanciones] según los expertos lo están notando los pacientes de cáncer y aquellos que reciben tratamiento por trastornos complejos como la hemofilia, la esclerosis múltiple o la talasemia, así como el transplante de riñón y díalisis de esos pacientes, de los cuales ninguno puede permitirse interrupciones o retrasos en los suministros médicos.»

Fatemeh Hashemi, directora de la Fundación de Enfermedades Especiales, también manifestó [2] [en] su preocupación por la situación de seis millones de pacientes en Irán afectados por restricciones bancarias que afectan a las medicinas importadas. Ella hizo hincapié en que los pacientes con cáncer y esclerosis múltiple son los más afectados por la escasez de medicamentos, pero que los pacientes con talasemia y los que necesitan diálisis también se enfrentan a una situación difícil. En una carta [4] [fa] al secretario general de las Naciones Unidas Ban Ki-moon, le pidió «cambiar las sanciones ya que son políticas en su naturaleza y resultan en daños inexcusables para los pacientes de Irán.» Las sanciones han complicado gravemente las operaciones bancarias, provocando una subida de los precios e incluso «escasez» en algunos sectores. Hashemi añadió que esto es cierto aunque las sanciones no tienen como objetivo específico la venta de medicinas y equipos médicos a Irán.

Where is my medicine?

Algunos exponen que esto representa el resultado deseado de las sanciones. Creen que las sanciones funcionan para atraer a los funcionarios iraníes hacia conversaciones nucleares [5] [en], con la creencia de que este es el inevitable coste que la sociedad iraní debe pagar para un cambio. Las preguntas que siguen pendientes son qué pasará si los costes no se pagan y quién tiene la culpa de la pérdida y el sufrimiento de la gente normal de Irán: ¿la comunidad internacional o las autoridades iraníes?

Hesam en su blog [6] [fa] hizo una crítica exhaustiva de los medios sobre este tema y citó a un paciente de talasemia diciendo: [refiriéndose a la escasez de medicinas]:

«¡Creo que quieren deshacerse de nosotros!»

En un blog dedicado a pacientes de esclerosis múltiples, MS Irani [7] [fa], el autor ha escrito una lista de 50 medicinas difíciles de encontrar y dice que la lista se alarga diariamente. Expone que, como resultado de las sanciones económicas, se está produciendo una crisis de medicamentos en Irán. El alcance de esta crisis está ahora limitado a pacientes con ciertas enfermedades que son una pequeña fracción de la población; pero la crisis pronto se extenderá a la población en general. Cree que el problema está en la provisión de materias primas para la producción local. El autor reitera el hecho de que no se ha sancionado a la medicina en sí, sino que son las dificultades en las operaciones financieras las que han llevado a la escasez de ciertos medicamentos. Advierte contra los efectos secundarios de medicinas o materias primas importadas desde China y La India para subsanar las deficiencias y añade que no son solo los efectos secundarios y la escasez lo que afecta al acceso a las medicinas, sino que también el repentino aumento del 30% al 40% del precio es uno de los factores que contribuyen a esta crisis.

Nei C [8] [fa] dice:

«Las sanciones están ahora en nuestras casas. Mi abuela se operó hace tiempo. No sé si la anestesia está también sancionada o no, pero cuando la enfermera quiso quitarle los puntos a mi abuela, no utilizó ningún anestésico debido a la escasez. Mi abuela se desmayó del dolor… Mi tía más joven tiene esclerosis múltiple. No es solo que tenga que pagar mucho más que antes para conseguir la medicina, sino que también tiene que lidiar con la escasez de estos. La preocupación de «¿podré encontrar el medicamento?» provoca una gran angustia al paciente de esclerosis múltiple.»

Ahmad ha hablado de los pacientes que tienen hemofilia y publicó una carta al director de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su blog [9] [fa]. La carta habla de las privaciones y dificultades a las que los pacientes hemofílicos se enfrentan para acceder a la medicina que necesitan.

Marzieh, en una publicación de blog llamada «Sanción es cómo se llama ahora a la guerra [10]» [fa] dice:

«Las sanciones pueden significar una subida de los precios para nosotros, pero también se están llevando las vidas de mucha gente. Si alguien muere en una guerra o en un conflicto armado, importa, aparece en los titulares, la gente adopta posiciones al respecto; pero no se sabe cuánta gente muere como resultado de las sanciones, cuántos son asesinados, pierden sus vidas. La guerra es matar haciendo ruido mientras que las sanciones son silenciosas. Parece que han enmudecido una guerra que está teniendo lugar. Quizás no para nosotros, pero sí para aquellos que tienen enfermedades especiales, las sanciones pueden ser incluso más crueles que las guerras porque se les deja solos con sus problemas. Sus problemas son los de los individuos y no del público. Como consecuencia, su dolor no se refleja en las noticias, los análisis o las declaraciones de los derechos humanos.»

La imagen en miniatura de las pastillas es de dominio público cortesía del Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos [11].