A menos de un año para las elecciones presidenciales de 2013, los internautas lanzaron una campaña de vergüenza pública virtual contra la práctica común de los políticos filipinos de atribuirse proyectos gubernamentales financiados o asistidos por sus oficinas.
Estos políticos tienen la etiqueta de «epal» -un término coloquial filipino que significa «alguien a quien le encanta llamar la atención»- por utilizar fondos y programas públicos para promocionarse mediante carteles y otros materiales publicitarios.
Los fundadores de esta campaña animan a la gente a subir fotos que desenmascaren a estos políticos «epal» al #epalwatch blog [1] [en]. Una página de Facebook [2] [en] antiepal ha recibido 33.000 «me gusta» y docenas de propuestas por parte de internautas concienciados.
También se han asociado con la empresa de informática local Kwan Initiatives para la incorporación de una nueva característica antiepal en la aplicación móvil para smartphones: Instapatrol [3] [en].
A través de esta nueva característica, los usuarios de Instapatrol ahora pueden compartir fácilmente fotos de inundaciones, atascos, baches y otros problemas cotidianos pero también fotos de políticos «epal».
Los ejemplos de imágenes «epal» subidas en estas páginas van desde las más descaradas hasta las más ingeniosas. Aquí se puede ver una valla publicitaria de una presunta dinastía política [4] en una provincia del sur de Filipinas llamada Davao del Sur y que muchos carteles representan como un «retrato familiar».
Las paredes de vías públicas y callejuelas, como estas de Manila [5][en], son víctimas comunes.
También se pueden ver en el transporte público [6] [en].
Aquí se puede observar un cartel de Feliz Halloween [7] [en] con las caras de los dirigentes del gobierno.
Mientras tanto las provisiones en caso de desastre se utilizan para la «precampaña». [8]
Los espacios virtuales de Facebook y las páginas de otras redes sociales también han sido invadidas. En este caso [9]se trata del primo del presidente Noynoy Aquino que se presenta como candidato al senado:
Ni siquiera se salva la mantequilla de cacahuete [10] [en].
