Azerbaiyán: «Un país que considera a los usuarios de redes sociales como enfermos mentales»

Mientras que todos observaban las elecciones en Estados Unidos, una conferencia crucial de varios países empezó el martes 6 en Bakú, la capital de la antigua República Soviética de Azerbaiyán. El principal objetivo del séptimo foro sobre la gobernabilidad de Internet (United Nations Internet Governance Forum, o IGF) era reunir a «todas las partes interesadas» como socios igualitarios, a fin de discutir sobre asuntos cruciales para el futuro de Internet y de otros aspectos como la vigilancia, el control, y por supuesto, la libertad de expresión en la red.

La selección de Bakú como ciudad anfitriona del foro ha despertado controversias por doquier. Azerbaiyán no es un país muy reconocido por su respeto hacia los derechos humanos.

De acuerdo con Human Rights Watch, actualmente al menos ocho periodistas y tres defensores de derechos humanos [en] se encuentran tras las rejas en dicho país. Las autoridades prohibieron [en] todas las manifestaciones públicas pacíficas en Bakú, así como en todo Azerbaiyán.

Emin Milli, un importante bloguero y activista juvenil de dicho país, destacó en una carta abierta dirigida al mandatario Ilham Aliyev los problemas que los usuarios de Internet y activistas políticos afrontan en Azerbaiyán. Además, puso en tela de juicio las afirmaciones de las autoridades sobre el uso libre de Internet. Según palabras [en] de Milli:

Como alguien que fue encarcelado por usar Internet a fin de criticar su persona y sus medidas, he vivido una verdad incómoda: en Azerbaiyán no se puede usar Internet libremente y definitivamente no está libre del temor.

Un consorcio de organizaciones azerbaiyanas de derechos humanos, Expression Online Initiative, publicó una carta abierta [en] en la que se manifiesta una preocupación sobre las «violaciones de los principios fundamentales de la ONU». El grupo afirma que estas violaciones están teniendo lugar durante la reunión patrocinada por la asociación de países. Además, indica que la Secretaría del IGF, responsable de la organización de la asamblea, se negó a aceptar sus peticiones de tener un lugar en el foro. De acuerdo a la carta, las restricciones fueron más lejos:

La Secretaría trató de impedir la distribución de los informes  La búsqueda de la libertad de expresión Azerbaiyana en Internet [en] y El derecho a estar en silencio: libertad de expresión en Azerbaiyán rumbo al séptimo foro sobre la gobernabilidad de Internet [en]. El coordinador del IGF dijo a nuestros representantes que no podíamos «distribuir esos informes dentro de la reunión del IGF». Los miembros de la Secretaría consideran que nuestro intento de distribuir dichos informes, que analizan ciertas situaciones en Azerbaiyán directamente relevantes para el IGF, tiene el objetivo de atacar a una de las partes interesadas en el foro»; en otras palabras, era un ataque hacia el gobierno de Azerbaiyán.

El grupo Expression Online Initiative también detalló que a uno de sus representantes se le preguntó varias veces durante la inscripción si tenía planes de organizar una protesta en medio de la reunión. Posteriormente, dicho representante tuvo que entregar su documento de identidad a las autoridades.

Amnistía Internacional redactó un informe en el que se exponen varios casos graves en los que ciertas personas han sido hostigadas debido a sus actividades en Internet. El objetivo del informe es dirigir la atención hacia los problemas que los usuarios de Internet en este país afrontan. Un activista de dicha organización señala que “es bastante irónico que se celebre un foro sobre la gobernabilidad de Internet en Azerbaiyán». Dicho activista añade: «en este país el gobierno intercepta el correo de los ciudadanos a su antojo, encarcela blogueros y considera a los usuarios de redes sociales como enfermos mentales».

El martes, antes del acto inaugural de la conferencia, IGF Watch [en] informó que a la organización indonesia ICT Watch [en] se le impidió distribuir panfletos en los que se leía: «Censura Gubernamental: protegiéndote de la realidad».

Según IGF Watch, un funcionario de la ONU sacó los panfletos basándose en que podrían ofender a ciertos gobiernos. El sitio web informa que la Secretaría del IGF se retractó por dichas declaraciones y afirmó que los panfletos fueron quitados solamente por cuestiones de publicidad y credibilidad.

Varias asociaciones civiles presentes en Bakú redactaron una declaración en la que se exige a la Secretaría del IGF una aclaración del incidente, que describen como «extremadamente censurable» y «completamente inaceptable».

Esta no es la primera vez que un país anfitrión del IGF ha generado controversias. El mismo caso se presentó en 2005, cuando la primera reunión del IGF tuvo lugar en Túnez, durante el mandato de Ben Alí. Además, lo mismo ocurrió en Egipto el año 2006, cuando Mubarak todavía gobernaba. Ambos líderes pensaron que podían restringir el poder emancipador de Internet, mientras que creaban una imagen de transparencia al resto del mundo. Sin embargo, ambos fallaron. Así pues, ¿el presidente Aliyev debería estar tranquilo? Solo el tiempo lo dirá.

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