Presos rusos se rebelan agitando pancartas de «Ayúdennos, por favor»

Durante el fin de semana en una prisión de Kopeisk [en], a las afueras de la ciudad de Cheliábinsk, alrededor de 250 presos iniciaron una protesta desde lo alto de uno de los edificios del complejo en la que agitaron pancartas [ru] en las que rogaban «ayúdennos, por favor» y se quejaban de la tortura y la extorsión. El centro penitenciario (conocido simplemente como «shestyorka») tiene una historia de abusos en prisión e incluso el gobernador de Cheliábinsk, Mikhail Yurevich, recientemente culpó [ru] al sistema de la prisión de la región de causar «un gran número de suicidios.»  Descritos en la blogosfera y en los medios rusos como un «bunt» (levantamiento), los presos de Kopeisk se han abstenido de utilizar la violencia real. En lugar de ello, simplemente se han negado a bajar del tejado de uno de los edificios de la prisión. Muchos presos también se han declarado en huelga de hambre.

En el blog del proyecto online Gulagu.net [ru] («no al Gulag»), Oksana Trufanova informó desde Kopeisk. (Trufanova coordina el capítulo de Cheliábinsk de «Russkii Verdikt [ru],» una organización nacionalista dedicada a defender a los rusos con cargos por extremismo racial.) Su primer post [ru] sobre la historia de la prisión, publicado el 24 de noviembre, tiene actualmente casi 900 comentarios. Desde entonces, Trufanova ha documentado las disputas entre los policías antidisturbios y los familiares fuera de las puertas de la prisión. Ella misma fue herida [ru] el sábado y afirmó que un grupo de guardas la atacaron a ella y a un grupo de otros civiles sin haberlos provocado. Varios vídeos que circulan por YouTube (como se ve abajo) muestran hombres con heridas sangrando, aparentemente como resultado de enfrentamientos con las fuerzas de seguridad por atreverse a acercarse demasiado a la entrada de la prisión. En un vídeo, los espectadores pueden ver un vehículo con el parabrisas prácticamente hecho añicos a causa de las porras de la policía.

http://youtu.be/iJ6-5QjNkgY

El usuario de LiveJournal Oleg Lurie ha escrito varios posts sobre la situación en Kopeisk, así como publicó [ru] entrevistas de YouTube a tres ex prisioneros, cada uno de los cuales afirmó haber sido torturado durante su encarcelación en la óblast de Cheliábinsk. Lurie también criticó el trabajo de Alexey Sevastianov, defensor de los derechos humanos del gobierno regional. «Algunos ‘defensores de los derechos humanos’ […] están intentando presentar [estas disputas entre la policía y los familiares de los prisioneros] como un acto planeado de personas problemáticas maliciosas,» se quejaba Lurie el 25 de noviembre.

Enfadando a muchos, Sevastianov ha apoyado [ru] los informes de policía de que la multitud de fuera de la prisión atacó a los guardas con bolas de nieve, botellas y tubos de hierro. El zar de los derechos humanos de Cheliábinsk también decepcionó a muchos de los partidarios de los presos cuando examinó [ru] al «Prisionero Georgii D» (cuya paliza se rumorea que fue clave para provocar el disturbio actual) y declaró que el cuerpo del preso no mostraba signos de lesión.

Captura de pantalla de un civil herido en la puertas de la prisión de Kopeisk, YouTube, vídeo de parvidos, 25 de noviembre de 2012.

Los tuiteros rusos han adoptado la etiqueta #ИК6бунт («bunt en el centro penitenciario 6″) para marcar las publicaciones sobre el levantamiento de Kopeisk. En Moscú tuvo lugar una protesta el 26 de noviembre en apoyo a los prisioneros de Cheliábinsk y «contra la tortura en las cárceles rusas.» (En Facebook y VKontakte, alrededor de 175 personas respondieron que asistirían.) Antes de la manifestación Ilya Klishin, de la oposición, hizo una reflexión en Facebook [ru] sobre la cobertura de la historia por parte de los medios:

Обсуждения бунта в колонии Копейска (правильнее говорить акции неповиновения) обнажили ключевую, в общем-то, проблему. Мы остаемся кастовым, сословным, классовым обществом, наполовину архаичным, наполовину постмодернистским. И идея всеобщих гражданских прав для нас все еще остается революционной.

La discusión sobre el bunt en el centro [penitenciario] de Kopeisk (es más exacto llamarlo un acto de desobediencia) ha hecho evidente un problema clave: seguimos siendo una sociedad de clases y castas mitad arcaica y mitad posmoderna. Y la idea de derechos civiles universales es todavía revolucionaria para nosotros.

Grigory Melkonyants, el director adjunto de Golos (una organización para la supervisión de las elecciones liderada por la oposición), publicó en Facebook [ru], una noticia [ru] de la página web del sistema penitenciario de Cheliábinsk en la que anunciaba que el centro penitenciario 6 había adquirido una televisión de plasma 3D unos días antes del levantamiento. «Es el p… fin,» bromeaba Melkonyants antes de añadir, «archiven esto en una ‘realidad paralela’.'»

Mientras que la mayoría de las noticias indican ahora que la multitud a las afueras del centro penitenciario 6 se ha reducido, algunos familiares están intentando -y, a veces, lo consiguen- traspasar los muros de la prisión. Olga Belousova, quien se identifica ante los periodistas [ru] como la hermana de uno de los prisioneros que se manifiestan, es un ejemplo de alguien que logró pasar sin que los guardas se dieran cuenta y llegó hasta su hermano, que se encontraba dentro. A la vez que no hay duda de que fue un gran viaje emocional para los Belousov, el hecho de que los civiles se estén infiltrando en la prisión complica el relato ahora popular entre los internautas de que una policía despótica está utilizando la violencia de forma arbitraria e innecesaria contra una congregación de parientes y amigos preocupados que respeta las leyes.

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