En la era post 11-S, las relaciones entre el nuevo régimen de Afganistán y Pakistán no han sido muy amistosas. Sin embargo, no han logrado minar el hecho de que las personas de ambos lados de la frontera no sólo se identifican culturalmente unas con otras, sino que además tienen ganas de colaborar y de crear un futuro común basado en el respeto y en la amistad mutua.
Esto se manifestó abiertamente en el Programa de intercambio periodístico afgano-pakistaní 2012, organizado por Friedrich-Ebert-Stiftung (FES). Este programa, dividido en dos fases, reunió a 22 periodistas procedentes tanto de Pakistán como de Afganistán a los que luego se le encomendó la tarea de trabajar juntos en proyectos informativos. La mayoría de estos proyectos trataban sobre temas que atañen a los dos países y, por lo tanto, concernían a todos los participantes.
En la primera fase del proyecto, los periodistas afganos fueron a Pakistán y vivieron una experiencia muy interesante. Faisal Malik Moonjaze, activista afgano que ha trabajado en prensa y en televisión, escribe en el blog Understanding the neighbor [Comprendiendo al vecino] y en la entrada titulada «Nací para odiar Pakistán» [en] relata lo siguiente:
Amistad, amabilidad, buen comportamiento, apoyo, humildad y honestidad. Todo esto lo encontré en mis compañeros pakistaníes. Ahora miro las fotos y rememoro los buenos momentos. Cada minuto me recuerda sus sonrisas y su amabilidad. Insto a los medios de comunicación de ambos países que nos dejen, al pueblo, decidir quién es el enemigo y quién es el amigo. No nos alimenten con la enemistad desde el día en que nacemos, por el contrario, les pido que fomenten una cultura de paz y amistad.
En la segunda fase, estos periodistas se reunieron en Kabul. Sundus Rasheed, directora de programación de la CityFM89 (Karachi), cuenta su experiencia de Kabul en una entrada del Pak Tea House [en]:
Incluso en una ciudad tan cercana como Karachi, Kabul es considerada «exótica» y atrevida. Como pakistaní, está más cerca de casa de lo que la mayoría de nosotros podríamos imaginar. No obstante, Kabul no es para veraneantes, si no para viajeros. Hay un romance en el aire inconfundible. Si estás en Kabul, explora algo más aparte de las ruinas y reliquias bélicas.
A continuación, Sundus sigue dando una breve visión cultural de la ciudad, explorando su cocina popular, mercados, música y la gente de la ciudad. En otra entrada de un blog culinario titulado Yummy Mummy and Me [en], continúa con una visión más cercana de la cocina de Kabul y de los notables restaurantes de la ciudad.
Las reflexiones e impresiones de los participantes paquistaníes se registraron en el blog Understanding the neighbor, que dieron una mezcla muy variada de opiniones sobre los muchos aspectos de Kabul. Bari Baloch, periodista de The Nation de Quetta, escribió en una entrada titulada «El futuro afganopakistaní entrelazado» [en]:
Oficialmente, el volumen comercial entre Pakistán y Afganistán se encuentra en 2,6 mil millones de dólares mientras que se estima que el comercio informal se encuentra en más de dos mil millones de dólares y crea cerca de 3,4 mil millones de puestos de trabajo en Pakistán. Afganistán es un mercado enorme para la economía pakistaní puesto que permite que los bienes y productos pakistaníes estén ampliamente disponibles. Los analistas políticos de ambos lados de la frontera creen que la paz es fundamental para la prosperidad regional y que Pakistán, al ser un país desarrollado comparado con Afganistán, debe desempeñar un papel significativo en el proceso de desarrollo de sus hermanos afganos.
Aunque Pakistán puede echar una mano a Afganistán para ayudarle a alcanzar la paz y que continúe su viaje hacia el progreso educativo y económico, aún quedan algunos elementos en Pakistán cuya retórica sigue derivando de la doctrina que estableció y un día desplegó hacia todo lo afgano. Un buen ejemplo de ello es una declaración reciente de líder emergente pakistaní, Imran Khan.
En una declaración reciente, Khan calificó la guerra de los talibanes en Afganistán de Jihad (guerra sagrada) y elogió sus esfuerzos. Naturalmente, esto ofendió al régimen afgano puesto que ha trabajado duro y durante mucho tiempo para reconstruir una Afganistán libre de ataduras de guerreros religiosos.
En una entrada titulada «El gobierno afgano recrimina el comentario de Imran sobre la Jihad» [en], Ayesha Hasan, subeditora de The Express Tribune, escribe:
Las repercusiones de la metedura de pata de Imran Khan, líder del Pakistan Tehreek-e-Insaf [Movimiento pakistaní por la justicia], se hacen oír a lo largo de la Línea Durand.
La visita a Kabul también permitió a los periodistas pakistaníes obtener de primera mano una perspectiva de los excelentes eruditos afganos. Beenish Javed entrevistó a Zahid Hussain, autor de Frontline Pakistan y The Struggle With Militant Islam. Debajo se ha colgado un vídeo de la entrevista: