El 22 de octubre de 2012 en una reunión en Italia organizada por Assolombarda [it], asociación que representa empresas de los sectores industrial y de servicios en la zona de Milán, Elsa Fornero [en], Ministra de Trabajo, Políticas Sociales e igualdad de Géndero, declaró [it]: «Los jóvenes dejan los estudios y necesitan encontrar una ocupación. Tampoco pueden darse el lujo de ser demasiado quisquillosos, como quien dice. Deberían, y esto es algo que siempre les digo a mis alumnos: ‘Acepten el primer [trabajo] que les ofrezcan, y una vez dentro, pueden eschar una miraa alrededor» [nota: Elsa Fornero ha sido catedrática de Economía en la Universidad de Turín].
Su declaración, hecha en un momento particularmente dramático en el frente del desempleo, sobre todo entre los jóvenes, provocó controversia inmediatamente, pues fue interpretada como una acusación contra los jóvenes, de que luchan por encontrar trabajo porque son «melindrosos». Según las más recientes estadísticas de ISTAT (siglas en italiano del Instituto Nacional de Estadística de Italia), el desempleo de jóvenes en Italia llega al 34.5% [it] entre jóvenes de 15 a 24 años, y cerca de la mitad de jóvenes solamente tienen trabajos temporales y a menudo mal remunerados. Italia tiene el tercer mayor porcentaje de NEETs [siglas en inglés de No en educación, ni empleo ni capacitación] de todos los estados europeos, luego de Bulgaria y Grecia, con cada vez tasas de migración cada vez mayores, que ha llevado a la llamada «fuga de cerebros».Luego, la Ministra explicó su comentario, y declaró que «nunca dijo» que los jóvenes italianos fueran quisquillosos y que «están preparados para aceptar cualquier trabajo, porque es cierto que hoy los jóvenes están en una posición precaria». Fornero explicó que su comentario se refería a una situación muy difundida antes, cuando la negativa a hacer trabajos que consideraban por debajo de sus capacidades era una actitud común entre los jóvenes italianos, en tanto que «los jóvenes de hoy no pueden darse el lujo de ser quisquillosos».
Esta aclaración no logró ponerle fin a la controversia provocado por el comentario y el término ‘choosy’ [quisquilloso] pronto se convirtió en una «moda» en línea, y se la usó sarcásticamente con frecuencia para criticar la decaración de la Ministra.
Twitter ofreció varios juegos de palabras con la etiqueta #choosy [quisquilloso] — incluidas las siguientes:
@jacopopaoletti: Quédate con hambre, quédate #choosy.
@sergioragone: #choosy en el cielo con diamantes.
@taniuzzacalabra: #choosy è se vi pare.
@taniuzzacalabra: #choosy eres (si te parece) [nota: es una referencia a la obra de Luigi Pirandello, «Così è (se vi pare)» («Tienes razón (si así lo crees)»)].
En Facebook, muchas personas han hecho comentarios sobre la declaración, también sarcásticamente. Por ejemplo, el grupo musical Lo Stato Sociale [El estado social], publicó una serie de parodias de títulos de películas, libros y canciones adaptados con el tono de choosy, animando a sus fans a agregar a la lista.
Por su parte, el sitio web Generazione Choosy [it; Generación Quisquillosa] ha creado una galería automática de todas las imágenes relacionadas con este asunto que se han cargado en Instagram.
Sin embargo, no todas las iniciativas fueron tan alegres. El blog de Tumblr Choosy Sarai Tu (Quisquilloso lo serás tú) reunió críticas y acisaciones más serias, informando sobre aquellos que enfrentan problemas con el desempleo y el subempleo. Muchas personas aprovecharon la oportunidad para expresar su propio resentimiento, compartir sus experiencias, a menudo de jóvenes altamente calificados con pocas oportunidades profesionales. También entre los colabroradores, había personas con calificaciones que, hasta hace pocos años, eran altamente apreciados en el mercado laboral. Entre las diversas cartas que hay en el sitio, hay una de una muchacha que, luego de cuatro años de haberse graduado en ingreiería de la construcción y una serie de pasantías y contratos ya acordados, escribió que encontró un trabajo en un estudio técnico donde solamente le pagan cinco euros por hora. Mientras tanto, también están los que trabajan por apenas tres euros por hora. a pesar de tener títulos de primer nivel, como revela la carta que aparece más abajo.
Varios colaboradores expresaron su intención de irse de Italia, mientras que los que ya viven en el extranjero expresaron su certeza de que las condiciones de trabajo son mejores. Esto refleja una realidad nacional en la que, según los últimos datos del ISTAT [it], un tercio de los jóvenes planea emigrar.
De otro lado, otros le quitaron importancia a la controversia, destacando la importancia de la adaptabilidad y describiendo a los jóvenes que siguen renuentes a aceptar trabajos que no colman sus expectativas. En el blog de la organización juvenil RENA [it], Irene Borin contó de sus experiencias en Francia, donde empezó como cuidadora de niños para convertirse, gracias a un encuentro afortunado en este trabajo, en gerente de comunicaciones para un grupo banquero, la profesión para la que estudió en Italia y en Francia:
Capisco perché sia valsa la pena di non essere schizzinosa e di accettare di fare la babysitter prima e la tuttofare poi. Capisco perché un ministro, o più semplicemente un adulto di buon senso, possa consigliare ai giovani di non essere “choosy” ma di rimboccarsi le maniche e di cominciare da qualche parte. Non è certo rimanendo chiusa in casa a mandare CV che avrei trovato il lavoro che svolgo ora.
Entiendo por qué vale la pena no ser quisquilloso y aceptar cuidar niños al comienzo y hacer de todo después. Entiendo por qué un ministro, o cualquier adulto con algo de sentido común, aconsejaría a los jóvenes no ser «quisquilloso», sino a subirse las mangas y empezar en alguna parte. Ciertamente, quedándome en casa y mandando CV no hubiera conseguido el trabajo que tengo hoy.
Por último pero no menos importante, están los que reaccionaron positivamente [it], los que vieron más allá de la controversia y decideron lanzar Io Voglio Restare [it] (Quiero quedarme), iniciativa que tiene el objetivo de hacer que la gente trabaje junta para mejorar las condiciones laborales para los jóvenes italianos y evitar que Italia se convierta en un país del que la gente solamente quiere salir.