La violencia recurrente en la República Democrática del Congo en las últimas décadas ha erosionado las bases políticas, sociales y económicas de la sociedad. La región oriental está incluso más debilitada por la lucha periódica entre los rebeldes armados y el ejército congoleño que volvió a estallar en 2012 [en].
El conflicto en la región de Kivu [en] este año es una continuación de una guerra entre los rebeldes del 23M, compuestos básicamente por los amotinados soldados tutsi contra el ejército congoleño, mayoritariamente hutu. Respaldados por el gobierno de Ruanda, los rebeldes del 23M tomaron la ciudad de Goma, en la región de Kivu, cerca de la frontera con Ruanda.
A pesar de los informes de que la rebelión ha acordado retirarse de Goma, parece que todavía hay una gran incertidumbre acerca de si en efecto lo harán y si podrían volver. Melanie Gouby de Associated Press informó sobre el extremadamente inestable calendario de retirada [en]:
El retraso aumenta la posibilidad de que los rebeldes del 23M no pretendan irse de la ciudad que tomaron la última semana de noviembre, lo que da crédito a un informe de expertos de la ONU que dice que la vecina Ruanda está utilizando a los rebeldes como un intermediario para anexionar el territorio rico en minerales al este del Congo. Un portavoz del 23M dijo el viernes que, por «razones logísticas», los rebeldes necesitaban 48 horas más para completar la retirada, prometiendo que los soldados se habrán ido de Goma para el domingo 2 de diciembre.
Una noticia posterior afirmó que los rebeldes habían comenzado a retirarse y que la retirada está casi completa [en]:
El general de brigada ugandés Jeffrey Muheesi, que es parte de una misión enviada por los líderes regionales para supervisar la retirada de los rebeldes, dijo que la retirada de Goma estaba completa. «Se han retirado de Sake y Goma, y ahora la policía del gobierno congoleño está controlando el banco central, la oficina del gobernador y el puesto fronterizo», dijo desde las afueras de Goma.
Testigos presenciales dicen que mientras estuvieron en Goma, los rebeldes del 23M saquearon la ciudad, irrumpieron en casas y comercios y robaron coches, teléfonos móviles y dinero. Radio Okapi informa [fr]:
Les rebelles du M23 ont pillé plusieurs habitations et bâtiments de Goma le jeudi 29 novembre dans la journée. Ce butin aurait été acheminé vers Kibumba, futur quartier général du M23, à près de 30 Km de Goma. Ce sont notamment les quartiers Katindo, Katoyi et Keshero qui ont été pillés par ces hommes en uniforme. La plupart des édifices publics, par contre, ont été épargnés puisque gardés par les forces de la Mission des Nations unies en RDC (Monusco) à Goma.
Los rebeldes del 23M asaltaron muchas casas y edificios de Goma el jueves 29 de noviembre. Su botín fue transportado hasta Kibumba, su cuartel más próximo, a 30 km de Goma. El botín fue llevado a cabo por hombres en uniforme mayoritariamente en los distritos de Katindo, Katoyi y Keshero. Las oficinas administrativas fueron abandonadas en su mayoría porque las fuerzas de la MONUSCO de la ONU las estaban protegiendo.
Evidentemente, se quiere una solución sostenible para el conflicto. Por ahora, el International Crisis Group recomienda las siguientes medidas [en] entre las que incluye estas iniciativas:
- la reactivación de un mecanismo de verificación común permanente para la frontera entre RDC y Ruanda, como previo el CIRGL (Conferencia Internacional sobre la Región de los Grandes Lagos), que debería ser facilitado con los recursos humanos y técnicos necesarios;
- la adición de los individuos y entidades que apoyaron el 23M y otros grupos armados a la lista de sanciones de la ONU y la consideración de la prohibición de la venta de armas en Ruanda,
- el lanzamiento de iniciativas de paz local por parte de MONUSCO y del gobierno en las zonas de Walikale, Masisi, Shabunda y Kalehe donde hay una alta tensión étnica.
Dado el apoyo de Ruanda al 23M y a pesar de la recomendación de la ONU del retiro del 23M de Goma, no queda claro si el 23M se retirará por completo de la ciudad.
Mientras, el 23M fue desalojado de Facebook la semana pasada. Antes, Gabriella Mulligan de Humanipo se preguntaba cuánto tiempo permitirían que un grupo rebelde reclutara [en] y tomara el pelo al gobierno congoleño en la red social, y Trésor Kibungula ilustró en Jeune Afrique su evolución en los medios sociales [fr].
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