Rasul Mirzaev [en], campeón mundial de artes marciales combinadas de Daguestán, es un homicida convicto. Su víctima fue Ivan Agafonov, muchacho ruso de 19 años, a quien mató en una riña afuera de un centro nocturno en agosto de 2011. El 22 de noviembre de 2012, una corte de Moscú lo dejó salir libre, tras poco más de un año de detención.
Las opiniones entre los blogueros rusos estuvieron muy divididas entre los que creen que la sentencia era justa y los que acusan a los fiscales rusos de mostrar una indulgencia indebida hacia Mirzaev.
El caso de Rasul Mirzaev
El incidente [ru] ocurrió cuando Mirzaev y su novia salían de un lugar nocturno de moda en Moscú. Cuando Ivan Agafonov trató de coquetear con la novia de Mirzaev, los dos hombres empezaron a discutir y Mirzaev lanzó un único golpe a la cara de Agafonov, y lo derribó. En la caída, Agafonov golpeó su cabeza en una contenedor metálico en la calle, y murió cuatro dias después por traumatismo encefálico.
Tras apenas un año de detención, el juez Andrey Fedin sentenció a Mirzaev a dos años de libertad limitada [ru] por homicidio negligente. Los expertos en el caso determinaron que no hubo intención de matar. El juez Fedin explicó que ya había cumplido su sentencia en detención previa al juicio (un día es equivalente a dos días cumplidos en una prisión formal, según la ley rusa) y por lo tanto Mirzaev podía irse en libertad. El juez citó las circunstancias atenuantes: el campeón se entregó y se declaró culpable, no tenía antecedentes y es padre de un niño pequeño.
Un enorme interés público rodeó el caso. Mirzaev es un ávaro natural de Daguestán —república étnica en el Cáucaso del Norte ruso. En los años post Unión Soviética, cientos de miles de caucásicos predominantemente musulmanes se mudaron de sus repúblicas étnicas a Rusia central para buscar trabajo, lo que a veces ha desencadenado choques culturales a veces dramáticos con las poblaciones rusas locales, que por lo general culpan a los migrantes no rusos por el aumento de la delicuencia y la comercialización de drogas. El día de la sentencia de Mirzaev, los nacionalistas rusos (que se oponen a la entrada de migrantes e inmigrantes no rusos, al igual que al multiculturalismo, en principio) protestaron frente a la corte [ru]. El destacado activista nacionalista Dmitri Demushkin fue detenido [ru] rápidamente por la policía.
¿La verdad está del lado de Mirzaev?
Inmediatamente después del anuncio de la sentencia, las redes sociales y blogs en todo RuNet explotaron con miles de reacciones a menudo polarizadas.
Entre las voces de apoyo a la sentencia se encontraban mayormente comentaristas de tendencia liberal, y también algunos autodescritos como nacionalistas rusos. Dimitry Bavyrin comentó [ru] en Facebook:
Как русский националист и человек доброй воли еще раз подчеркиваю: я не просто считаю, что приговор адекватен, я считаю, что Мирзаев наказан даже больше, чем заслуживал.
Como nacionalista ruso y persona de buena voluntad, vuelvo a destacar esto: no creo simplemente que esta sentencia sea adecuada, creo que a Mirzaev se le ha castigado más de lo que merece.
El 15 de noviembre, antes de la sentencia, cuando se supo que la fiscalía había pedido al juez que condenara a Mirzaev a dos años, la bloguera de chismes Bozhena Rynska escribió [ru]:
Я совсем не поклонница кавказцев, я считаю, что большинство дагов, чеченов и прочих – плохие соседи. Я считаю, что многие из них – люди дикие, дурновоспитанные, и зверьками их в России называют не случайно, и вообще, пусть не забывают, что они тут в гостях. И – да, – мне не нравится, как нагло они себя ведут в России с русскими женщинами.
Но закон есть закон. Дело Мирзаева это ПРИЧИНЕНИЕ СМЕРТИ ПО НЕОСТОРОЖНОСТИ. Мирзаев прав – его нельзя судить как кавказца. Закон един для всех.
No soy simpatizante de los caucásicos [y] considero que la mayoría de daguestanos, chechenos y otros [son] malos vecinos. Considero que muchos de ellos [son] salvajes, con mal comportamiento y el hecho de que se les llame “zveriaki” [animalitos salvajes] en Rusia no es accidental, y por lo general no deben olvidar que acá son invitados. Y —si—no me gusta lo arrogantemente que se comportan en Rusia con las rusas.
Pero la ley es la ley. El caso Mirzayev tiene que ver con HABER CAUSADO UNA MUERTE POR NEGLIGENCIA. Mirzaev tiene razón —no se le puede juzgar como caucásico. La ley es la misma para todos.
Algunas personas apoyaron abiertamente la acción de Mirzaev. Después de todo, razonaron, lo amenazaron y tuvo que defender a su novia y a sí mismo de un atacante agresivo.
El bloguero Eduard Bagirov (@eduardbagirov), partidario del Kremilin, expresó este sentimiento en una reacción en Twitter [ru] a la sentencia:
Когда на предложение отстать от девушки какая-то наглая дичь отвечает, что «сейчас и тебя сниму» – вариантов не остаётся в принципе.
Cuando a tu pedido de dejar a la chica en paz, un matón insolente responde: “te voy a derribar”. y no te deja ninguna otra opción en principio.
¿Rusia no es para los rusos?
La mayoría de comentaristas de RuNet expresaron rabia e insatisfacción con la indulgencia de la corte. Muchos vincularon el caso de any Mirazev con otro homicidio que provocó disturbios en Moscú [ru] en 2010. Los disturbios explotaron después que un hombre caucásico disparó y mató al hincha de fútbol ruso Ivan Sviridov. Pronto, el pistolero y sus amigos fueron arrestados, pero la policía los dejó en libertad [ru] tras una visita de representantes locales de la diáspora. La sentencia de Mirzaev también vino tras una serie de notorios crímenes cometidos en Moscú por inmigrantes del Cáucaso (incluidos disparos al aire [ru] durante celebraciones de bodas y un ataque con cuchillo [ru] en un tranvia de la ciudad).
La libertad de Mirzaev aumenta la percepción común de que la policía y otras autoridades estatales se arrastran ante influyentes minorías daguestanas. Como prueba, los blogueros citan el hecho de que —a lo largo del juicio— la fiscalia redujo las acusaciones contra Mirzaev de “severo daño corporal” (que implica pena de prisión de hasta 15 años) al delito menos serio de “homicidio negligente”. Señalan que los políticos daguestanos han hecho un llamado público por la liberación de Mirzaev, con lo que dieron al juicio una indiscutible dimensión política. A pesar de la falta de evidencia concreta, muchos comentaristas sugieren que el Kremlin estuvo involucrado en la negociación del veredicto.
El opositor nacionalista Vladimir Tor (nombre real Vladlen Kralin) expresó en su blog [ru] sentimientos de impotencia contra las autoridades y predijo que la violencia pasaría a las calles.
Возможность в России легальным способом отстаивать человеческие права в борьбе с молохом государственной машины и шайтаном «малого, но гордого Канзаса» – исчезающе мала. Власть не стесняют законы – она сама их для себя пишет. Власть ощущает угрозу своему существованию от агрессивного и нестабильного Кавказа – соизмеримых же проблем на среднерусской полосе для себя она не видит. А слезы и боль убитой русской семьи её не трогают вообще. Россия – она не для русских, как общеизвестно. […]
Воистину, никто не делает больше для розжига «экстремизма», чем сама же россиянская власть.
En Rusia, la posibilidad de usar medios legales para defender derechos humanos en la lucha contra los moloch de la maquinaria estatal y el Satán del «pequeño pero poderoso Cáucaso» es dramáticamente pequeña. Las autoridades no están obligadas por las leyes —escriben las leyes para que les acomoden. Las autoridades sienten una amenaza existencial que surge del agresivo e inestable Cáucaso, pero no llegan a ver problemas comparables para ellos en Rusia central. Y no los conmueven las lágrimas y el dolor de la familia rusa caída. Rusia —no es para los rusos, como es bien sabido. […]
Ciertamente, nadie hace más para atizar las llamas del «extremismo» que las propias autoridades rusas.
Algunos comentaristas liberales respondieron contraponiendo la sentencia de Mirzaev con la condena a Pussy Riot. El destacado opositor y bloguero anticorrupción Alexey Navalny recordó a sus lectores [ru] que (apenas semanas antes) el mismo juez sentenció a Maksim Luzyanin [ru], arrestado luego de una protesta de la oposición que se tornó violenta, a cuatro años y medio en prisión por provocar “desorden masivo”. Luzhanin, como Mirzaev, admitió su culpa y hasta pagó los gastos dentales de un oficial de policía herido al pelear con los manifestantes.
El politico liberal de oposición Vladimir Milov también cree que las autoridades rusas a menudo se la dan fácil a los caucásicos. Milov advirtió que sentencias así amenazan con traer descontento masivo. Blogueó [ru]:
Ничего себе справедливость такая – убил человека, а тебе 2 года «ограничения свободы». Самое интересное, что это ведь системное явление – мягкие приговоры кавказцам за убийства […]
Власти боятся диаспор, в доле с диаспорами, чувствуют в них свою опору. Не могут пойти им наперекор.
Lo llaman justicia: mataste a un hombre, y te dan dos años de «libertad limitada». Lo que es más interesante es que es un fenómeno sistemático —sentencias leves a los caucásicos que cometen homicidios […].
Las autoridades les temen a las comunidades en el extranjero, están con las comunidades en el extranjero y sienten un cierto apoyo con ellos. No las pueden desafiar.
El bloguero liberal más conocido de Rusia, Rustem Adagamov (@adagamov), tuiteó [ru] sarcásticamente:
Я не пойму, Мирзаеву дали Героя России или еще нет? Сколько можно тянуть?
No entiendo. ¿Ya premiaron a Mirzaev como “Héroe de Rusia”? ¿Cuánto puede demorar?
En otro tuiteo, agregó [ru]:
Нет судебной системы в стране, еще один пример. Был бы на месте Мирзаева Иванов или Сидоров — сидел бы лет пять, как минимум.
Es otro ejemplo de que no hay un sistema judicial [que funcione] en este país. Si fueran Ivanov o Sidorov [nombres étnicos comunes rusos] en lugar de Mirzaev, hubieran recibido por lo menos cinco años.
Justicia para los que tienen buenas relaciones
Algunos comentaristas también observaron que la indulgencia de la corte se debió en gran parte a que Mirzaev es un luchador campeón mundial. Después de todo, es un celebridad en Rusia y un nombre conocido en su república natal.
Como dijo el periodista Evgeny Levkovich en Facebook [ru]:
Плохо вовсе не то, что Мирзаеву дали два года. (…)
Плохо другое. Понятие «справедливо» у нас распространяется исключительно на чемпионов из Дагестана, чиновничьих детишек и жен, и прочей блатной нечисти. Оно никак не распространяется на политических активистов – правых и левых «радикалов», например.
Lo que está mal [con esta situación] no es el hecho de que a Mirzaev le dieran dos años.
Lo que está mal es la noción de que la justicia se extiende únicamente a los campeones daguestanos, las esposas e hijos de funcionarios, y otra basura criminal. Pero de ninguna manera esta justicia se extiende a activistas políticos —a “radicales” de izquierda y derecha, por ejemplo.
Alexey Lapshyn expresó su opinión en su blog [ru]:
Приговор Расулу Мирзаеву, конечно же, нужно рассматривать как следствие социального расслоения общества, а не межнациональных отношений. Сколько молодых людей на Северном Кавказе брошены в жуткие тюрьмы по обвинению (или подозрению) в экстремизме, а по сути за свои религиозные и политические убеждения! Правозащитники справедливо причисляют их к политзекам. […] Так что разговоры о каком-то привилегированном положении кавказцев звучат там дико. Как и везде, вольготно чувствуют себя только номенклатура и причастные к миру больших денег.
Por supuesto, la sentencia de Rasul Mirzaev debió verse a través de los lentes de la estratificación social de la sociedad, no de relaciones interétnicas. ¡Cuántos jóvenes en el norte del Cáucaso son arrojados en horribles prisiones no con acusaciones (o sospechas) de extremismo, si no por sus creencias religiosas y políticas! Los activistas de derechos humanos los cuentan con todo derecho como prisioneros políticos. […] Así que esta charla sobre condición privilegiada para los caucásicos suena ridícula por allá [para los caucásicos que viven en el Cáucaso]. Como en todas partes [en Rusia], solamente los burócratas y los que tienen grandes fortunas se sienten seguros.
Las repúblicas del norte del Cáucaso tienen una violenta insurgencia islamista. A las fuerzas de seguridad «antiterrorista» que operan ahí, las organizaciones de derechos humanos las acusan con frecuencia de maltratar a los lugareños [en] con detenciones arbitrarias, secuestros y desapariciones dirigidas a personas sospechosas de ser terroristas o de haber albergado opiniones extremistas. La mayoría de blogueros que comentan sobre el caso de Mirzaev ignoraban los bien documentados abusos de las autoridades [eng] en el Cáucaso. Esto tal vez sea porque los nacionalistas rusos no consideran el norte del Cáucaso como parte de Rusia. Más bien, lo ven como un «vecino» culturalmente distante y extranjero.
En el meollo del problema yace el disfuncional sistema de justicia ruso, cuya corrupción ha carcomido y su influencia ruin está sesgada. Pocos discuten que las cortes de Rusia son una herramienta de las autoridades, lo que produce una dramática falta de confianza en la imparcialidad de las decisiones judiciales. En los últimos meses, los investigadores rusos y su procesamiento aparentemente arbitrario de activistas políticos de oposición han agravado la falta de confianza en Rusia. El caso de Mirzaev es un claro ejemplo de esta falta de confianza que daña irreparablemente a la sociedad rusa exacerbando tensiones étnicas.