Bibliotecas móviles ayudan a haitianos a superar el gran terremoto

Si hoy fuera 12 de enero de 2010, el mundo estaría a punto de quedar sin habla al escuchar la noticia del terremoto que destruyó Puerto Príncipe, la capital de Haití. Las imágenes serían desalentadoras, y eso no detendría un impacto aun mayor tras estimados [en] de que, en apenas pocos minutos, 222 mil personas perdieron la vida y dos millones quedaron sin hogar. Y si los estimados se hicieran con el corazón, el cálculo sería que todos los nueve millones de haitianos han quedado con heridas por el miedo y la incertidumbre por sus propias vidas, así como de sus amigos y parientes.

La historia de este terremoto no entraría en un libro, pero es la propia lectura lo que está ayudando a la población haitiana a superarlo. Esto es porque Libraries Without Borders [en] (Bibliotecas sin Fronteras) está lanzando bibliotecas móviles para que circulen en toda la capital del país, brindando libros y, al hacerlo, ofrece un medio de acceso a la información y conocimiento.

BiblioTaptap Bookmobiles in Haiti. Photo from the Libraries Without Borders website.

Bibliotecas móviles BiblioTaptap en Haití. Foto del sitio web de Bibliotecas sin Fronteras.

Proyectos como este funcionan en las Américas, África y Asia, en países en desarrollo y que están en riesgo por desastres y conflictos. En Haití, la organización en sociedad con la Biblioteca Nacional del país, que está en reconstrucción [en], la Oficina Nacional Haitiana para Libros y la Fundación para el Conocimiento y la Libertad (FOKAL) [en].

Cuando enfrentan catástrofes, los gobiernos y las organizaciones internacionales unen fuerzas para distribuir medicinas, agua, alimentos, ropa y refugio para las víctimas. Sin embargo, las necesidades básicas de las personas van más allá del cuerpo a su mente, espíritu, corazón o donde quiera que hayan elegido conservar sus sentimientos acerca de lo que han pasado. Badis Boussouar, Jefe de Comunicaciones de Bibliotecas sin Fronteras, explica el rol de la lectura en este contexto:

Para Bibliotecas sin Fronteras, no hay duda de que organizaciones y gobiernos deben dedicar la mayor parte de sus esfuerzos en promover el bienestar físico de las víctimas de un desastre. Pero se le debe dar más atención a nutrir la mente como una segunda medida para ayudar a las víctimas a lidiar con la catástrofe y salir adelante. Los libros y la expresión ayudan a sostener estimulación intelectual y promover la autoestima y la resistencia en tiempos de crisis. A través de los libros, las computadoras o la capacitación, el acceso a la información y los recursos culturales fortalecen a la persona y le da las herramientas para reconstruir lo que se ha perdido.

BIBLIOTAPTAPS

Las bibliotecas móviles de la organización han sido inspiradas por los buses de libros que existen en otros países, sobre todo en áreas rurales, y han surgido del triste hecho de que la mayoría de las bibliotecas de Haití fueron destruidas por el terremoto, junto con 4,000 colegios. El 80% de los colegios en Puerto Príncipe y el 60% de los colegios del sur y oeste del país quedaron destruidos o afectados, según información [en] del Comité de Emergencia en Desastres [en].

Se les ha llamado BiblioTaptaps en homenaje a los típicos taxis locales. El primero se lanzó en julio de 2012, y se lanzarán dos más este marzo. Como se puede ver en el video de abajo [fr], el proyecto moviliza a haitianos de todas las edades, sobre todo niños, que suelen ser los más afectados.

Mientras recorre los barrios de Puerto Príncipe, cada BiblioTaptap lleva 400 libros, incluidas novelas, colecciones de poesía y obras, la mitad de ellos en el idioma natal. Además de temas literarios, hay libros de historia, política, economía y cultura, haitianos y de otras partes del mundo. Los usuarios de este servicio también tienen acceso a catálogos de fotografías, libros sobre artes y diccionarios, entre otras cosas. Los libros los eligen a diario los líderes de la actividad según el itinerario programado, para que la lectura siempre sea estimulante, ya sea para los niños que participan en las actividades de BiblioTaptap, jóvenes que quieren entender mejor la realidad de su país para cambiarla, o incluso adultos o mayores que buscan información sobre salud o cómo atender a sus comunidades o el ambiente.

Las donaciones de libros [en] son bien recibidas, pero se tiene cuidado de no afectar las economía de libros locales con excesivas cantidades de libros.

LA URGENCIA DE LEER

Todo esto forma parte de la creencia de que el poder de los libros ofrece conocimiento básico sobre cuidarse uno mismo junto con otra información vital para superar el trauma causado por el terremoto que, naturalmente, no se puede olvidar ni rectificar en tan breve tiempo.

UNICEF apoya la educación en contextos luego de un desastre y colabora con Bibliotecas sin Fronteras en Haití.

La reciente iniciativa de Bibliotecas sin Fronteras llamada La urgencia de leer [en] reafirma la convicción de la organización de que los libros y la lectura son medios importantes para que las víctimas superen este tipo de catástrofe. Llaman a organizaciones internacionales que hacen trabajo humanitario para: “1) expandir la lectura, los programas culturales y educativos, que activan el espíriu humano y ayuda a las personas a lidiar con el trauma; y 2) hace que brindar acceso a la información y a libros sea una prioridad para ayuda humanitaria internacional”.

Se les puede ayudar en esta tarea firmando una petición internacional [en], como ya lo han hecho Tzvetan Todorov, Mario Vargas Llosa, Zygmunt Bauman, J.M. Coetzee, Robert Darnton, Roger Chartier y muchos otros más.

A uno le hace pensar qué libro ayudaría en esta situación. Tal vez alguien en Bangladesh esté pensando en dar al pueblo haitiano un poema de Rabindranath Tagore, tal vez alguien en Rusia esté evaluando algo de Maiakovski, pero lo primero que vino a mi mente fue un verso del poeta brasileño Manuel Bandeira, que será asombroso cuando sea cierto para el mundo entero: Belo belo belo tenho tudo quanto quero (Bello, bello, bello, tengo todo lo que quiero). Mientras tanto, aumenta el reconocimiento a la importancia de los libros y la lectura en situaciones que implican desastres naturales y calamidades. Por ejemplo, la Biblioteca de Queens [en], está ofreciendo libros a las víctimas del Huracán Sandy en Estados Unidos. Para llevarles esperanza, Walt Whitman.

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