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México: Un Tribunal Federal detuvo controvertido parque eólico

Categorías: Latinoamérica, México, Ambiente, Derecho, Derechos humanos, Desarrollo, Gobernabilidad, Medios ciudadanos, Política, Protesta, Pueblos indígenas, Últimas noticias

La gran oposición indígena a los campos eólicos en el Istmo de Tehuantepec de Oaxaca, en México, obtuvo una gran victoria el 7 de diciembre de 2012 cuando un juez del Tribunal Federal del VII Distrito concedió un amparo para detener temporalmente la construcción de un controvertido parque eólico en San Dionisio del Mar, al sur del Estado de Oaxaca. El juez, que se encuentra en Salina Cruz, decretó que «basándose en el artículo 233 de la Ley de Amparo, ordenaba inequívocamente la suspensión de los actos cuestionados al constituir una violación de los derechos de propiedad de la tierra de la comunidad».

Mientras los pueblos indígenas Ikojts (huaves) del Istmo de Tehuantepec celebraban y pedián al Gobierno y a la industria acatar la decisión, su lucha continuaba.

Al día siguiente de la decisión del tribunal, Mareña Renovables [1], el consorcio internacional que construye el parque, anunció que no “cedería a chantajes [2]” y que continuaría dialogando con los pueblos. Su gerente de relaciones gubernamentales, Edith Ávila, señaló que el proyecto supone una inversión de mil millones de dólares y mantienen que traería inmensos beneficios a la comunidad. Aspiran a continuar la construcción como estaba planeado.

El gobernador de Oaxaca, Gabino Cué Monteagudo, anunció [3] que el amparo ha sido «un mal emblema para la inversión privada en el Estado». Dijo que esperaba que esta sentencia no estableciera un precedente para el desarrollo del resto de la región.

Wind Farm, Isthmus of Tehuantepec

Un parque eólico en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca. Foto de Rachael Petersen, enero de 2011.

Los actores internacionales han entrado en el conflicto. Noticias Net informó [4] de que en la toma de posesión del nuevo presidente de México, Enrique Peña Nieto, la embajadora australiana Katrina Cooper entregó una petición al Secretario de Relaciones Exteriores, Jose Antonio Meade, para “resolver el conflicto del Istmo de Tehuantepec, que ha impedido el inicio de la construcción del parque eólico más grande de América Latina». La sucursal australiana de Macquarie Infrastructure Fund es una de las empresas que componen el consorcio de Mareña Renovables, junto a Mitsubishi Corporation, un conglomerado japonés, y PGGM, una entidad gestora de fondos de pensiones holandés.

El proyecto planeado de 396 megavatios (MW) en San Dionisio Del Mar, situado en las áreas a las que se hace referencia como Barra Santa Teresa y Santa María del Mar en el Istmo de Tehuantepec, será el parque eólico más grande de México y uno de los más grandes de América Latina. El proyecto de 132 turbinas, valorado en alrededor de 985 millones de dólares estadounidenses, proporcionará electricidad a las mayores empresas de bebidas de América Latina: Femsa y Cuauhtémoc Moctezuma, lo que les permitirá ahorrar un diez por ciento en sus gastos energéticos, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El proyecto de San Dionisio del Mar está apoyado por inversiones de más de quince bancos, incluido el BID, que ha prestado 72 millones de dólares estadounidenses [5] [en] para su construcción.

Oaxaca, punto clave del viento en el mundo

El Gobierno de México continúa construyendo parques eólicos a pasos agigantados [6], con 521 MW instalados [7] [en] actualmente, siendo un total de 3.000 MW [8][en] su objetivo para 2014. A lo largo de 2012, México estableció las bases para alrededor de 900 MW de capacidad eólica [9] [en], casi 70 MW en Oaxaca, uno de los mejores regiones del mundo por sus recursos eólicos. Hay 14 proyectos de energía eólica sólo en el Istmo de Tehuantepec de Oaxaca con más de 400 aerogeneradores, así como otros cinco proyectos en marcha.

Sin embargo, una parte importante del terreno de Oaxaca está habitado por indígenas o pertenece a conjuntos de campesinos, lo que se denomina ejidos [10]. La resistencia local al desarrollo eólico es tan antigua como los propios parques. Las empresas multinacionales eólicas que operan en la zona han sido acusadas de contratos injustos, sobornar a líderes locales, falta de las consultas adecuadas y promesas incumplidas. La oposición local a los parques eólicos continúa creciendo en medio de una violencia cada vez mayor y una compleja situación general saturada de alianzas políticas entre el gobierno local, nacional y municipal, empresas eólicas transnacionales y propietarios del terreno.

Los vientos de resistencia en el Istmo

[11]

Los manifestantes contra la energía eólica recibidos por la policía nacional en Unión Hidalgo, en Oaxaca, el 30 de octubre de 2012. Fotografía de la Asamblea de Pueblos del Istmo, usada con su permiso.

Muchos indígenas de los pueblos principalmente afectados mantienen una cultura de pesca tradicional que depende del océano tanto para el sustento como para el comercio. Temen al parque, construido en parte sobre una estrecha extensión de terreno, que impactará sobre los recursos marítimos fundamentales y los frágiles manglares. También hacen hincapié en que la construcción proporciona pocos beneficios a los pueblos y viola sus derechos de propiedad de la tierra, haciendo referencia a contratos que a menudo les pagan sólo 100 pesos por hectárea al año, una suma muy pequeña para compensar la pérdida de los recursos naturales y de la tierra. La Secretaría de Asuntos Indígenas de Oaxaca también ha reconocido [12] las violaciones de los derechos humanos que se han producido con la creación de campos eólicos por toda la región.

Varios grupos se han movilizado para protestar (y también desde los blogs), una oposición que es constante en las regiones eólicamente ricas de Oaxaca. Las comunidades que se oponen al proyecto de San Dionisio del Mar actualizan juntos un blog [13], llamado Pueblos en resistencia contra el megaproyecto eólico en San Dionisio del Mar, con imágenes, vídeos y comunicados sobre sus actividades. El principal grupo antieólico, la Asamblea de Pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio, mantiene una página [14] en Facebook y un blog [15]con informes sobre noticias en el desarrollo de la energía eólica. La UCIZONI o Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo, un grupo que ha defendido los derechos de los indígenas en México durante más de veinticinco años, creó el siguiente vídeo en YouTube [16] para informar de los antecedentes en San Dionisio del Mar y ofrece explicaciones de primera mano de los miembros de la comunidad afectados por el desarrollo de la energía eólica:

El 7 de diciembre la decisión del Tribunal Federal estuvo seguida por una serie de confrontaciones violentas en la región entre los manifestantes locales, la industria y la policía nacional. En una rueda de prensa [17] el 11 de diciembre, los habitantes de San Dionisio del Mar y San Mateo del Mar pidieron al Gobierno y a la industria que mostraran respeto por el amparo y suspendieran indefinidamente el proyecto Mareña. Declararon que

A partir del 2007, año en que se anunció la entrada de empresas trasnacionales de energía eólica en nuestro territorio, se inició un hostigamiento, una represión policiaca contra el pueblo, tanto de las empresas como por parte de los gobiernos estatal y federal, coludidos con los presidentes municipales de toda la región del Istmo.

El periódico La Jornada informa [18] que la defensa de su territorio le ha costado a los Ikojs «al menos 14 sucesos violentos, intimidación y acoso durante los últimos cuatro meses». El  blog [19] de la organización, con sede en Chiapas, Servicio Internacional para la Paz, tiene una descripción completa de los conflictos surgidos en torno al parque eólico desde septiembre de 2012.

Una laguna informativa, un futuro incierto

El bloguero zapoteca, periodista y etnohistoriador Gubidxa Guerrero escribe que aunque Mareña Renovables lo niegue, el amparo del Tribunal Federal afectará a la construcción, y este tema podría convertirse rápidamente en un asunto de importancia nacional. Menciona [20] que la falta de información pública es la principal culpable de la politización de los parques eólicos en Oaxaca:

La información es vital para tomar una decisión que afectará por treinta años el destino de sus terrenos (que es la duración promedio de los contratos). Por desgracia existe un vacío de información que provoca que unos cuantos vivales la aprovechen para dos fines: sembrar el pánico contra los proyectos, o presentar selectivamente sus «bondades».

La decisión del Tribunal Federal es un primer paso fundamental para parar, o al menos retrasar, el desarrollo de la energía eólica en Oaxaca, para permitir una evaluación más sincera de los impactos y beneficios de la energía eólica en el Istmo. Sin embargo, queda aún por ver si el Gobierno y la industria eólica respetarán las peticiones de los huaves del Istmo para terminar el proyecto de San Dionisio completamente.

Para más detalles sobre los antecedentes de la situación de Oaxaca, por favor vea:

Upside-down World [21] [en]: Los pueblos indígenas de México luchan contra las empresas de campos eólicos

AIDA [22]: Desafíos en la implementación de proyectos de energía eólica en México. El caso del Istmo de Tehuantepec.