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Senador australiano deportado por ‘interferir’ en la política de Malasia

Categorías: Asia Oriental, Oceanía, Australia, Malasia, Derecho, Elecciones, Gobernabilidad, Medios ciudadanos, Política, Relaciones internacionales

El senador australiano Nick Xenophon estuvo detenido durante 15 horas en el aeropuerto de Kuala Lumpur en Malasia antes de ser deportado [1] [en] luego que fuera acusado de ser un ‘enemigo del estado’. Los funcionarios malasios dijeron que Xenophon “podría causar malestar y ser un peligro para la comunidad.»

Xenophon tenía programado encontrarse con los líderes de la oposición de Malasia y prepararse para desempeñarse como observador electoral este año. Participó de una reunión de la coalición de ONGs Bersih [2] [en] hace unos meses, una masiva manifestación callejera a la que asistieron personalidades de la oposición.

Se dice que Xenophon es el primer [3] [en] miembro del parlamento australiano en ser deportado de un país. El gobierno australiano expresó su decepción [4] [en] por la decisión de Malasia de deportar a Xenophon.

Senator Nick Xenophon. Image from Wikimedia [5]

Senador Nick Xenophon. Imagen de Wikimedia

El lider de la oposición Anwar Ibrahim condenó [6] [en] la decisión de deportar a Xenophon:

Me gustaría recordarle al Primer Ministro Najib Razak que no tiene derecho para tratar a los visitantes como enemigos del estado sólo porque critican la administración liderada por el partido político UMNO. Malasia no pertenece al UMNO. Pertenece a todos los malasios independientemente de su filiación política.

Aunque es verdad que el senador Xenophon ha manifestado su preocupación por las próximas elecciones generales, no ha violado ninguna ley escrita ni se ha comportado en una forma que podría constituir una amenaza a nuestra seguridad.

Tholu pregunta cómo una democracia como Malasia no puede ni siquiera tolerar la crítica [7] [en]:

Si el régimen del Primer Ministro Najib Razak no puede ni siquiera tolerar un comentario en contra de la gestión del gobierno de nuestro país realizado por un ciudadano de un país extranjero, ¿cómo podemos confiar en este régimen para que transforme a Malasia en una verdadera nación democrática, moderna y desarrollada con los atributos consiguientes de libertad de expresión y un registro impecable de derechos humanos?

¿El gobierno esconde algo [8]? [en], escribe Tan Zhong Yan

Tal vez Xenophon tiene razón al decir que el gobierno malasio es autoritario pues esto prueba que el gobierno no puede aceptar las críticas.

La deportación de Xenophon también arroja dudas sobre qué está tratando de esconder el gobierno cuando éste no debería preocuparse si todo es transparente.

Aliran se hace eco de que la deportación es injustificada [9] [en]:

¿Estuvo la deportación relacionada con la honesta crítica del senador al injustificado tratamiento ‘autoritario’ del gobierno hacia Bersih? Si es así, por supuesto que es deplorable sobre todo porque proviene de la administración de Najib, que una vez afirmó con orgullo que Malasia era la mejor democracia del mundo. Seguramente, cualquier crítica en una democracia floreciente, en contraposición a una dictadura, no justifica la deportación infundada de críticos

Pero Xenophon también fue criticado [10] [en] por interferir en los asuntos internos de Malasia. Rocky's Bru publica un fragmento escrito por RL que le recuerda a Xenophon que violó [11] [en] leyes internas de Malasia cuando participó de una reunión política hace unos meses:

…si Xenophon pretende colaborar como observador internacional en las elecciones de Malasia, no debería haber participado de manifestaciones callejeras ilegales en este país y debería haberse apegado a las estipulaciones de las leyes malasias al postularse para ser un observador reconocido.

Los malasios no deberían olvidar el largo alcance del poder de deportación de las leyes australianas, las cuales en forma rutinaria le otorgan el estatus de persona non grata a extranjeros por delitos menores. La deportación de Xenophon es un incidente desafortunado, pero a los extranjeros se les solicita que cumplan las leyes malasias si desean tener algún tipo de presencia ya sea observando las elecciones o permaneciendo en el país, de lo contrario, es perfectamente aceptable que las autoridades tomen acciones para salvaguardar los asuntos políticos de elementos extranjeros intrusivos.