El pasado 1 de marzo, la revista WSJ [en] anunció que Medellín había sido elegida como la ciudad más innovadora del mundo en el concurso City of the Year organizado por el Urban Land Institute (ULI).
El mismo día, la prensa reportó que la alta comisión de los derechos humanos de la ONU calificó a la ciudad como una de las más desiguales del mundo debido a los asesinatos, las desapariciones, el desempleo, la guerra entre combos delincuenciales y el control de éstos en algunos barrios.
No obstante, en la distinción para Medellín como la ciudad más innovadora fueron relevantes aspectos como el moderno sistema de transporte, la política medioambiental, los centros culturales, los parques bibliotecas, las escuelas públicas, la reducción de las emisiones de CO2, las escaleras eléctricas de la comuna 13 y la reducción de la criminalidad.
Medellín ganó este reconocimiento después un arduo proceso de selección entre 200 ciudades del mundo. Finalmente fue elegida por más de un millón de votos en la ronda final contra Tel Aviv y Nueva york.
Este contraste de anuncios ha generado diversas reacciones en las redes sociales.
Algunos ven el premio como un alivio para mitigar el estigma de la desigualdad, la violencia o el narcotráfico. Sin embargo, aunque «felicitaciones Medellín» fue tendencia en Twitter y la etiqueta #MedellínInnovaodra se hizo muy popular, los usuarios también han usado las redes sociales para llamar la atención a los problemas de la ciudad. A juicio de algunos ciudadanos, muchos de los desafíos que enfrenta Medellín se escondieron tras el despliegue mediático de altos dirigentes y de la mayoría de los medios tradicionales.
En la cuenta oficial de la alcaldía de Medellín en Facebook muchos ciudadanos manifestaron su preocupación por la violencia y la indigencia, como Steven ABall:
Pensaré que es verdad que somos innovadores cuando haya un esquema de seguridad que funcione, cuando ya no vea tanta indigencia en el centro ni en las periferias, cuando los programas sociales funcionen, cuando chatarricen tanto bus viejo y volquetas que dejan estelas de humo y gases invernadero, cuando se tenga un plan para embellecer el centro. NO me sirve de nada que sea «innovadora» mi cuidad, si no puedo salir a disfrutarla, solo porque a la administración no le da la gana hacer funcionar las cosas!
En Twitter, Andrea González Ospina (@AndreGonzalezO) citó una frase del rector de la universidad EAFIT:
@AndreGonzalezO: “En Medellín tenemos dos grandes retos: superar la inequidad y la violencia (…) este reconocimiento nos obliga a esa tarea» Juan Luis M.
A estas preocupaciones se ha sumado el arzobispo Ricardo Antonio Tobón Restrepo con fuertes cuestionamientos sobre la violencia de la ciudad. Para muchos, las declaraciones del arzobispo y de la ONU opacaron la euforia por el reconocimiento a “Medellín innovadora”.
Pero los medellinenses siguen apostándole a una ciudad mejor, como lo expresó Gloria Cabrera Sosa (@CabreraGlo):
@CabreraGlo: Cuidemos a Medellín y aún podemos sacarla adelante a pesar de la violencia o la desigualdad. Seamos innovadores.
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