Una estudiante filipina se suicida por no poder pagar la universidad

Una estudiante de 16 años del primer curso de Ciencias de la Conducta de la Universidad de Filipinas, Manila, se suicidó el pasado viernes por la mañana [en]. El cadáver se encontró en la residencia de su familia en Tonto, Manila, dos días después de que la administración de la universidad la obligara a dejar sus clases por no haber podido pagar la matrícula.

La estudiante, la mayor de cinco hermanos, de padre taxista y madre ama de casa, había conseguido entrar en el grupo D para el programa STFAP [en], el sistema de ayudas económicas de la universidad.

La Universidad de Manila tiene como política [en] no aceptar retrasos en las pagos, por lo que los estudiantes que no pueden pagar la matrícula a tiempo, se ven obligados a despedirse de la universidad.

Education is a Right | Photo from Pixel Offensive

La educación es un derecho. Imagen de Pixel Offensive.

El duelo y la condolencia se extendieron por las redes sociales y los blogs poco después de la noticia del fallecimiento de la joven. Fueron muchos también los que expresaron su indignación [en] por los excesivos costes de las matrículas y las tasas educativas y por un sistema educativo que se ha comercializado, lo que provocó la muerte de la joven. Estas son solo algunas de las reacciones en Twitter:

@adrianayalin: Es muy, muy, muy triste la noticia sobre la estudiante de la Universidad de Manila que se suicidó porque, supuestamente, no podía pagar las tasas.

@teddycasino: Esos desalmados burócratas de la Universidad de Manila deberían dimitir por la culpa y la vergüenza.

@jcmaningat: El suicidio de la estudiante de la Universidad de Manila es una bofetada en la cara del @PresidentNoy, quien afirma que la vida es más fácil bajo su mandato #justice #fb

En el estado en Facebook [en] de Cleve Kevin Robert Arguelles, el representante de los 50.000 estudiantes de la universidad, se puede leer:

El caso de Kristel Tejada no ha sido un suicidio. No tuvo elección: o pagas o dejas de luchar por tus sueños. Fue asesinada por un sistema que se niega a reconocer que la educación es un derecho, que considera que la vida se mide en tu poder adquisitivo. Es un día muy triste e indignante para todos los Iskolars ng Bayan (estudiosos del pueblo). :(

En su blog [en], la estudiante de la Universidad de Manila Alyanna Morales espera que el incidente conduzca a cambios significativos en la política del pago de la matrícula.

Creo que pertenecemos a un sistema educativo que se enorgullece de su honor y excelencia. Pero si le negamos a alguien sus derechos por razones económicas, ¿no seremos peores que el sistema que detestamos y contra el que decimos luchar? ¿Donde está el honor y la excelencia en eso?

Candle lighting activity at UP Manila | Photo taken by Carl Marc Ramota

Ceremonia en la Universidad de Manila. Fotografía de Carl Marc Ramota.

Jefrey Tupas [en] compara el reciente suicidio con la muerte de una niña de 12 años en la ciudad de Davao hace un lustro:

Aquellos que provienen de familias con pocos ingresos, aquellos que viven por debajo del umbral de la pobreza, se ven directamente afectados por las políticas del gobierno sobre la comercialización de la educación. El gobierno amarillo (el gobierno de Aquino) persigue la misma fórmula que nos han inculcado los gobiernos anteriores.

Dean Lozarie responde [en] a los que buscan despolitizar el asunto al insistir en que la muerte de la joven fue por causas personales y no políticas.

No cabe duda de que fue política, ya que por política entendemos todo aquello que describe la situación de las cosas en una escala amplia y como reflejo de la sociedad en general. Podemos discutir sobre los hechos y sobre qué pasaba por su mente en aquellos últimos instantes. Pero en esto sí que debemos estar de acuerdo: después de apenas un año en la universidad más prestigiosa y con más tradición del país, las políticas del gobierno han conseguido impedirle que continuara con sus estudios. Rechazaron todas sus peticiones y las de su familia para que fuera reasignada a un grupo más bajo en el sistema de ayudas económicas de la universidad y que se tuviera en cuenta su situación económica, lo que le afectó mucho emocionalmente. Estas facetas de la sociedad, de la historia contemporánea de nuestra nación, están patentes en la biografía de la estudiante de Tondo que solo quería ir a clase.

No Money, No Entry | Image from Pixel Offensive

«La verdad sobre el sistema educativo: si no hay dinero, no hay acceso.» Imagen de Pixel Offensive.

El ex representante de los alumnos de la universidad, Krissy Conti explica [en] por qué el SRFAP (sistema de ayudas económicas de la universidad) es una cortina de humo para el aumento de los costes y conforma un trasfondo siniestro para el suicidio.

La recaudación del último pago de las matrículas está en el registro del gobierno. Nadie se ha atrevido a negar que esos ingresos han aumentado en los últimos años. De hecho, se han convertido en una fuente segura de liquidez de la que más o menos la mitad de los gastos de mantenimiento se abastece del fondo de las matrículas.

Priscilla Pamintuan comenta [tl] que el suicidio es un claro ejemplo del sistema de educación injusto que ahora prevalece en el país.

Ano mang paghuhugas-kamay ang gawin sa publiko ng Commission on Higher Education – na kesyo may sariling kapasyahan ang bawat state university na magtakda ng mga polisiya kaugnay ng matrikula – hindi maitatanggi na may pananagutan sila sa sinapit ng estudyanteng ito.

Quien sea que se esté lavando las manos en público en la Comisión de Educación Superior (puesto que cada universidad pública goza de la autonomía de establecer sus propias políticas en relación con los costes de la matrícula), no puede negar que es responsable de lo que les pase a sus estudiantes. ¿Acaso la Comisión y la administración de Benigno Aquino III no han estado recortando durante mucho tiempo los presupuestos anuales de las universidades públicas para que fueran «autosuficientes»?

En una nota de Facebook [en], Lisa Ito llama a la acción para honrar la memoria de la estudiante:

Algunos afirman a modo de súplica que el suicidio no es la solución, que no hay que rendirse, que hay esperanza. Estoy de acuerdo. La solución es luchar por nuestros derechos, ver cómo este combate llega hasta el fin. Nunca diré que le faltó valor, independientemente de la razón que tuviera para llegar a ese punto; su sacrificio y la pérdida de su familia nos han obligado a todos a confrontar finalmente una verdad dolorosa: no hay más solución que actuar según la situación actual.

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