El bloguero libanés Habib Battah narra en este [en] post en Beirut Report cómo lo retuvieron sin su consentimiento, lo obligaron a borrar fotos de la cámara de su teléfono y lo atacaron repetidas veces. Cuando informó del caso a su estación de policía local, los oficiales a cargo dijeron que era su palabra contra la de ellos. Agrega:
Tenían razón. Si los hombres en el sitio estaban tratando de golpearme para complacer a su jefe, ciertamente mentirían por él. Y me quedé encerrado, nadie en la calle podría ser testigo de cómo me atacaron repetidamente.
Salí de la estación de policía sintiendo que los ciudadanos libaneses no tienen protección bajo la ley. Los ricos empresarios constructores pueden aplastarnos como hormigas, si nos atrevemos a molestarlos.