La noticia [1] de que una petrolera facilitó el viaje de la presidenta Laura Chinchilla en un avión privado a Perú ha sacudido a la presidencia y a su estructura de colaboradores.
El viaje inicialmente era para asistir a la boda del hijo del Vicepresidente Luis Liberman, pero para aprovechar el viaje se coordinó una visita al presidente Ollanta Humala.
Previo al viaje, según comunicó el encargado de la comunicación de la presidencia, se coordinó la reunión con el presidente Humala para hablar sobre las posibilidades de ingresar a la Alianza del Pacifico y sobre el Tratado de Libre Comercio (TLC) ratificado en el mes de abril.
Luego se conoció que la presidenta también había utilizado este mismo avión para asistir al funeral de Hugo Chávez en Venezuela.
Si bien el hecho de que una empresa privada facilitara gratuitamente su avión a la presidenta para un viaje a Perú no estaba bien visto, el 15 de mayo se le agregó otro problema a la noticia: la compañía que prestó el avión [2] está ligada a un empresario cuestionado por narcotráfico en Colombia. El empresario es Gabriel Morales Fallón, el cual formó parte de la directiva de la empresa Thorneloe Energy, hoy THX.
Según publicaciones de los medios Semana [3] y El Tiempo [4] en Colombia, Morales fue investigado por vínculos con un narcotraficante apodado «Chupeta».
Francisco Chacón, ministro de Comunicación de Costa Rica hasta ese momento, indicó [5] que ellos creían que el segundo apellido de Gabriel Morales era Olafán y no Fallón, y adujo haber sido engañado. Luego se confirmó que el empresario se había cambiado el nombre.
La reacción de la presidenta no se hizo esperar y en una cadena nacional dio a conocer sus medidas correctivas.
La Presidenta menciona dos puntos importantes en su discurso televisivo: «La gestión y aceptación por parte de la presidencia se dieron de manera descuidada, sin mediar los procedimientos y controles necesarios para garantizar la integridad y la seguridad», y continua indicando: «Las omisiones fueron especialmente graves en lo que respecta a la seguridad nacional y a la protección de la Presidenta de la República. Además puede comprometer la sólida imagen internacional del país que siempre ha dado una lucha contra el narcotráfico y la delincuencia organizada».
“Nunca deberemos olvidar esta lección, es dura”, dijo la Presidenta al finalizar la cadena nacional de televisión.
Dos de los “hombres fuertes” de la presidenta renunciaron a sus puestos: el ministro de comunicación Francisco Chacon, y el Director de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS) Mauricio Boraschi.
Cristian Cambronero (@cambronero [6]) dijo en su cuenta de Twitter
@cambronero [7] Vuelo de la presidenta Laura Chinchilla acaba con la caída de su hombre fuerte.
También se conoció la salida de la asistente personal de la Presidenta, Irene Pacheco, asistente que la había acompañando durante muchos años.
Laura Chinchilla indicó que tanto Boraschi como Pacheco no cumplieron con sus obligaciones [8]en la verificación del origen del avión facilitado para sus viajes.
La presidenta Chinchilla (@Laura_Ch [9]) agregó en su cuenta de Twitter:
@Laura_Ch [10] He aceptado renuncia de 2 funcionarios, entre ellos Comisionado Antidrogas quien libró valiente lucha antidrogas pero descuidó mi seguridad.
Tras este episodio el gobierno quedó debilitado y el círculo de confianza de la presidenta cada vez más reducido. Además, la serie de errores y fallas en la seguridad han demostrado las carencias del servicio de inteligencia del país.
La Procuraduría General de la República y la Fiscalía han comenzado investigaciones [11] por separado sobre el viaje en el avión privado, sobre la relación del gobierno con la empresa cuestionada, y sobre el incumplimiento de deberes.