Brasil: Travestis ven al Mundial como una oportunidad de comercio sexual

Este post escrito por Andrea Dipp, de la Agência Pública, fue publicado originalmente como un reportaje titulado “VOU BOMBAR PARA COBRAR MAIS NA COPA” [pt] y forma parte de la cobertura especial #CopaPública [pt] sobre la Copa Mundial de Fútbol 2014. El material será publicado como una serie de tres artículos en Global Voices Online. Esta es la última parte de la serie.

Revise el primer post: Brasil: Travestis se ponen siliconas para atraer clientes durante el Mundial.

Revise el segundo post: Brasil: Sin perspectivas, travestis son víctimas del tráfico de personas.

Marcela cuenta que descubrió su homosexualidad a los 13 años y que por algún tiempo escondió esta opción a su madre y a sus cuatro hermanas:

Tenía mucho miedo de como reaccionarían ellas y la sociedad. Pero no había otra cosa, era lo que era. Entonces se los conté y lo aceptaron.

Pero el proceso de ser travesti fue mas difícil:

Mi madre me amenazó con echarme de la casa, decía que yo nunca conseguiría un trabajo, no aceptó.

Cuenta que se prostituyó a los 17 años pero que prefería trabajar. Consiguió una beca de estudios a través del programa ‘Vira Vida’ y pasó un año y medio estudiando en la mañana y en la tarde haciendo el curso. Recuerda:

Siempre me gustó hacer cursos, estudiar, quería trabajar en una empresa, nunca quise prostituirme.

Marcela dice que tuvo un empleo en una firma de ropa interior pero que fue despedida cuatro meses después porque se enfermó:

“…y el patrón no aceptó los certificados médicos”.

De ahí en adelante aceptó trabajar recibiendo la mitad del salario de otros empleados de una empresa pero en cierto momento no pudo vivir con lo poco que ganaba y no encontró más trabajo:

Todas las puertas se cerraron para mi. No tuve otra opción que salir a la calle. Si yo pudiese escogería otra vida. Como no puedo me concentro mucho en el trabajo para poder juntar algo de dinero para un día abrir un negocio propio. Voy a llegar a vieja y nadie más me va a querer.

Vanidosa, maquillada y bien vestida, Marcela cuenta que hoy paga 30 reales diarios (aprox. 14,8 dólares EE.UU.) a la regenta (del prostíbulo) donde vive y mas de 30 reales al día al cine donde la regenta es socia, pero que pretende salir de la casa de la regenta y alquilar un cuarto con tres colegas de Fortaleza para poder atender a los clientes durante la Copa mundial de fútbol 2014.

Tengo puestos anuncios en sitios web y también quiero salir a la calle en el momento de la Copa. São Paulo estará llena de gringos y de brasileños de otros estados, quiero aprovechar.

Para tener mayores ganancias, Marcela reconoce que ya ha tenido sexo sin preservativo y se contradice:

Tengo gente que paga el doble y hasta el triple del valor para hacerlo sin preservativo y termino haciéndolo. Tengo miedo de hacerme el examen [del HIV], pero sé que la salud es en primer lugar.

Arena Castelão em Fortaleza/ Imagem:Castelao Stadium/Wikimedia Foundation/Uso livre

Arena Castelão en Fortaleza será uno de los lugares de la Copa 2014/ Imagen:Castelao Stadium/Wikimedia Foundation/Uso libre

Después de la Copa Marcela pretende ir a Europa para ganar en euros.

Ya hablé con una persona que lleva travestis para allá; cobra 10.000 reales para pasar a la gente.

Le pregunto si no tiene miedo.

Nada, es lo mismo que aquí solo que ganando en euros.

Volver para Fortaleza, lo mismo como fue hace pocos meses:

Wow, me sentí como una celebridad allí, ¡me sentí como la presidente Dilma! Todo el mundo venía a hablar conmigo, ver como cambié, hasta las personas que hablaban mal de mi vieron que conquisté.

Con el dinero recaudado en la Copa más lo que pretende conseguir en Europa, Marcela piensa aprovechar el éxito para volver a Ceará y abrir su negocio. Un salón de belleza o una tienda de ropa porque adora la moda. Mirando el reloj se despide. Es hora de volver al cine.

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