
Mashaí (izquierda) y Rafsanyaní
Fuente: http://isna.ir/
Una vez más, el deseo del régimen islámico de tener el control absoluto de la vida política de Irán sorprendió a muchos cuando anunció apenas a ocho precandidatos presidenciales de entre los 600 aspirantes que se postularon.
Lo que es más controvertido es que el conservador Consejo de los Guardianes descalificó a dos candidatos de alto perfil: Akbar Hashemí Rafsanyaní, un ex presidente, y Esfandiar Rahim Mashaí, aliado del actual presidente Mahmud Ahmadineyad, quienes tuvieron la osadía [en] de discrepar con el líder supremo, Alí Jameneí. En este momento, sólo Jameneí puede revocar esta decisión.
Rafsanyaní acusó públicamente [en] al liderazgo de Irán de incompetencia e ignorancia tras haber sido excluido de su participación en las elecciones.
El bloguero Mola Hasani dice [fa]:
Me sentí muy aliviado cuando me enteré de que habían descalificado a Rafsanjani… Es raro que descalificasen al presidente del Consejo de Discernimiento del Interés [en] de Irán. [Los del Consejo de los Guardianes] son muy idiotas, y esa idiotez nos llena de alegría y esperanza.
Azarakan dice [fa]:
Es probable que Alí Jameneí revoque la decisión del Consejo de los Guardianes y permita que Rafsanyaní se postule a las elecciones presidenciales por varios motivos, entre ellos: Quiere que Rafsanyaní entienda que puede participar de las elecciones gracias a su generosidad. Jameneí puede demostrar a las víctimas de la opresión de 2009 que es un líder sensato y bueno. El líder también busca demostrar a los poderes de occidente que es él quien está a cargo.
َUn grupo en favor de Mashaí publicó [fa] una declaración en su blog en la que pide al líder supremo que intervenga para restituir la candidatura de Mashaí.
El bloguero Imayan afirma [fa] que el Consejo de los Guardianes miente, y que el líder supremo quiere imponer su único voto a toda la población.
Belgiran expresa [fa] que las próximas elecciones no van a solucionar nada.
«El régimen está muerto, el ejército lleva un cadáver sobre los hombros. Es hora de enterrarlo, el pueblo quiere un cambio».