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Unidos en encuentro mundial contra la pena de muerte

Categorías: Europa Occidental, España, Derechos humanos, Medios ciudadanos, Política, Relaciones internacionales

El V Congreso Mundial contra la Pena de Muerte se celebró del 12 al 15 de junio en Madrid, España. Periodismo Ciudadano [1] (PC) y Global Voices en Español han estado colaborando [2] en la cobertura de este importante evento. A continuación Anabel Sánchez Sierra [3], de PC, ofrece un resumen del congreso.

Gran expectación suscitó el 5º Congreso Mundial contra la Pena de Muerte [4] en la que participaron 90 países. Algunos temas claves que se discutieron fueron la abolición de la pena de muerte, que llevará consigo la adhesión a los tratados sobre derechos humanos, la consecución de moratorias en las condenas a este tipo de pena, y reformas del Código Penal.

Este evento internacional fue gestado en el anterior congreso celebrado en Ginebra (2010). España se comprometió en aquel momento crear la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte [5] (finalmente constituida en el Día Mundial contra la Pena de Muerte de ese mismo año) para conseguir que se  declarara una moratoria universal de la pena de muerte en los próximos 5 años.

Congreso Pena de Muerte Madrid

En esta ocasión hubo numerosa presencia de parlamentarios y representantes políticos, en especial de asiáticos y africanos por ser sus regiones objetivo principal a tratar, y de varios Premios Nobel de la Paz. En la Ceremonia de Inauguración la viceministra de Noruega (Gry Larsen) hizo hincapié en el ejemplo a seguir que suponía Europa para el resto del mundo [6]. Entre estos países destacan la presencia de algunos que hasta no hace demasiados años mantenían vigente la pena de muerte, Francia (abolida desde 1981) y España (desaparece en 1995 para todo tipo de crímenes). El ministro francés de Asuntos Exteriores Laurent Fabius destacó la importancia de que los actores políticos tengan conciencia de la necesidad de acabar con la pena capital, pese a que en muchas ocasiones la opinión pública sea favorable a que se mantenga.

El ministro, además, avanzó los temas clave que fueron desarrollados en los posteriores debates, talleres y sesiones plenarias (21 en total). Estableció la necesidad de que la actuación política se moviese a través de redes parlamentarias, en las que diputados de todo el mundo pudieran discutir sobre pena de muerte. Ejemplos de pioneros en estas redes son países tan distintos como Reino Unido o Marruecos. El primero ha creado un grupo parlamentario especial (compuesto tanto por Lores como Comunes) cuyos miembros viajan hasta parlamentos de países abolicionistas para intentar cambiar su postura. El segundo ha conseguido unir a un total de 160 parlamentarios que trabajan por unos objetivos comunes [7]: abolir la pena de muerte, que llevará consigo la adhesión a los tratados sobre derechos humanos, y también la consecución de moratorias en las condenas a este tipo de pena (previstas para el próximo 2014) y una reforma del Código Penal.

La sesión de apertura también contó con la presencia de representantes de otros países en diferentes situaciones como Benín, Filipinas, Burkina Faso, Irak y Túnez. Destacó la intervención de este último país por la expresa petición que hizo su representante en el Congreso de que la abolición se convirtiese en un tema a tratar en las próximas elecciones y la esperanza de convertirse en uno de los principales países abolicionistas del Norte de África.

Medio Oriente y Norte de África

El eje geográfico sobre el que discurrió la mayor parte de la programación del Congreso se centró en la región de MONA (Medio Oriente y Norte de África) [8]. Son muchos los problemas que impiden avanzar en esta línea a la región: radicalización religiosa de los gobiernos y la existencia de una justicia que crea desconfianza entre la población a la hora de castigar a los infractores de la ley. Se presentó como imprescindible la separación de los derechos humanos de la religión.

En la sesión de apertura, el propio ministro de justicia iraquí, Hassan Al Shammari, justificó la posición del país en la necesidad de castigar de forma ejemplar los delitos cometidos por «terroristas», y añadiendo, que la decisión de adoptar o no la pena de muerte era una cuestión muy influida por la cultura y la religión. Estos argumentos fueron desmontados al día siguiente en una sesión plenaria, en la que Youssef Seddik (filósofo y antropólogo del Corán, Túnez) decía que el problema para no avanzar hacia una posición abolicionista radicaba en que estos países habían hecho una mala interpretación del Corán, el cual no impone la aplicación de la Ley del Talión a los musulmanes y, sin embargo, sí la prevalencia de la vida ante el perdón.

Por ello, se planteó como uno de los puntos clave para esta zona el intentar que de una vez por todas se acabe con la contrariedad que supone la existencia de la pena de muerte y el derecho a la vida en la mayoría de las constituciones de estos países. Para hacer posible todo esto, es necesaria una verdadera democratización que proteja los derechos humanos por encima de todo, y no se limite a celebrar elecciones. Ghassan Moukheiber (parlamentario libanés), resumió muy bien las esperanzas de la región: ’hace falta valor, tiempo y seguir actuando’’.

Estados Unidos y América Latina

Se habló también mucho de Estados Unidos y la contradicción que supone que la primera potencia mundial  protectora de los derechos humanos sea sin embargo defensora y practicante de la pena capital. Del Caribe, se destacó la especial situación de Puerto Rico, país que desde el 1929 declaró la abolición de la pena de muerte y que, sin embargo, la podría seguir aplicando por la influencia norteamericana (hasta el momento, en ningún caso, un jurado ha impuesto la pena de muerte como sentencia).  Las sentencias se pronuncian en otro idioma (el inglés) distintas al hablado por la mayor parte de la población (el español), lo que acentúa aún más la situación. Guatemala tiene una grave situación que puede resumirse en cifras: 42 muertos por cada 100.000 habitantes, 16 por día y un clamor ciudadano a favor de la pena de muerte.

Asia

Sobre Asia, se empezó por enunciar alguno de los avances conseguidos en el movimiento abolicionista, como la adopción de la moratoria por muchos países. No obstante, existe una preocupación por el hecho de que se decida volver a ejecutar debido a la presión de la opinión pública, como ya ha ocurrido en Taiwán o India. El problema se encuentra, además,  en que las condenas no sólo se aplican a delitos de sangre, sino también a otros como los de narcotráfico (Indonesia o Singapur). Mongolia fue el que más esperanzas positivas dio a la región [9] y según Sosormaa Chulunnbaatar, asesora de Derechos Humanos en Mongolia, el país podría adoptar la abolición el próximo año.

En los debates también se trataron temas que generan mucha polémica, como la cuestión de los menores [10]. En Irán se acepta la pena capital para menores (niños, a partir de los 15 años y niñas, desde los 9), la cual suele ser negociada por las familias. Éstas pagan en muchas ocasiones por la vida de los menores, valiendo más la de un niño que la de una niña.  En Sudán, la mayor parte de los menores condenados son niños-soldado que suelen ser ejecutados con la horca, la lapidación o de la misma forma que mataron. Actualmente, hay 7 niños-soldado en el corredor de la muerte.

Panelistas de la Mesa Redonda: Menores de edad y la pena de muerte en el mundo.

Panelistas de la Mesa Redonda: Menores de edad y la pena de muerte en el mundo.

El narcotráfico

El problema del narcotráfico es que, aun no siendo considerado un delito muy grave, se producen numerosas ejecuciones relacionadas. Maya Foa, subdirectora de la sección pena de muerte de Reprieve [11], dio unos datos muy significativos. La pena de muerte es obligatoria para delitos relacionados con drogas en un total de 12 países. El mayor número de ejecutados por estos motivos corresponde a Irán (10.000 ahorcados públicamente entre 1979-2001), país que, además, posee el  mayor problema de drogadicción por heroína entre menores de 35 años en todo el mundo.  Estos hechos se ven agravados por dos motivos: los países europeos financian la ‘’caza’’ de narcos y, en muchos casos, hay una extradición de los presos de países abolicionistas a otros que no lo son para poder ser ejecutados.

Para conseguir la abolición mundial de la pena capital son necesarias las soluciones. La mayor parte de las sesiones se centraron en su búsqueda a través del diálogo y la puesta en común de experiencias entre los distintos países del mundo. Se coincidió en señalar que una de las más eficaces  es la de educar a la población de los países que aún no han adoptado la abolición. En Puerto Rico se elaboran talleres para periodistas (proporcionándoles información, estadísticas y datos) para conseguir una mayor cobertura en la prensa y también organiza actividades culturales relacionadas con el tema. Junto con países como Marruecos o Líbano, apuesta por la promoción del debate y la sensibilización entre los estudiantes. En EEUU se pretende incidir en la difusión de testimonios y campañas informativas que penetren en la conciencia de los norteamericanos. Los planes de comunicación y marketing a través Internet son claves, junto con la creación de redes internacionales de víctimas del sistema judicial.

El Congreso se cerró el pasado 15 de junio en una ceremonia de clausura en Callao City Lights (plaza Callao) con la presencia de representantes del mundo de la política y los derechos humanos, así como portavoces de la Coalición Mundial contra la Pena de Muerte [12],  y el Director junto con el Secretario General de  de Juntos contra la pena de muerte (ECPM) [13], estos últimos organizadores del evento.