Sangre rusa en el asfalto, manos armenias al volante

No ocurre todos los días en Rusia que más de una docena de personas mueran en un solo accidente de tráfico, así que cuando un ciudadano de Armenia chocó un camión de carga con un bus lleno de pasajeros a mediados de julio, causando la muerte de dieciocho personas, logró atraer la atención del público. El incidente incluso quedó captado en un video aficionado (ver abajo). Dos días después del accidente, el 15 de julio de 2013, una corte de Moscú dispuso el arresto [ru] del conductor del camión, Grachia Arutiunian (46 años), a quien las autoridades acababan de despertar de un coma inducido artificialmente, que los doctores decidieron como innecesario, luego de determinar que sus heridas (aunque significativas) no amenzaban su vida. El conductor armenio está acusado de homicidio negligente y enfrenta hasta siete años de prisión.

En conversaciones en línea, el caso de Arutiunian ha avivado el fuego del incesante debate nacionalista de Rusia, que se encendió recientemente en la ciudad de Pugachev, donde el 5 de julio, la muerte de un ruso a manos de un joven checheno provocó manifestaciones callejeras contra los inmigrantes.

Con Pugachev todavía fresco en la mente del público, los nacionalistas rusos ha tomado el trágico accidente de julio como otro fracaso del gobierno para proteger al país de inmigrantes sin ley. Por ejemplo, Vladimir Tor se quejó [ru] en LiveJournal que personas como Arutiunian representan un peligro para el público:

Но главное – надо решительно менять ситуацию на дорогах: масса диких шахид-такси, джихад-газелей, камаз-бабаев в ужасающем техническом состоянии и с дикими шоферами за рулём – это постоянная угроза нам всем. Так жить нельзя – этому необходимо положить предел.

Pero lo principal es que decididamente debemos cambiar la situación en las carreteras: todos estos salvajes taxis shakhid, transportes jihad y camiones babevs [insultos dirigidos a conductores trabajadores migrantes de Rusia] están todos en condiciones técnicas terribles y los manejan conductores salvajes detrás del volante. Es una amenaza constante a todos nosotros. No podemos vivir así, y debemos parar esto.

Escribiendo en el sitio web del Partido Nacional-Democrático, Rostislav Antonov expuso un argumento similar [ru], criticando a los legisladores federales por permitir que ciudadanos extranjeros manejen vehículos motorizados en Rusia sin tener permisos de conducir rusos, algo que ciertamente Arutiunian no tenía. (Resulta que ya en abril de 2013, el gobierno adoptó una nueva legislación [ru] para cerrar este vacío, aunque estará vigente desde el 5 de noviembre de 2013).

Muchos blogueros rusos también han mostrado su desacuerdo [ru] con la comunidad armenia (tanto los que están en Rusia, que brindaron a Arutiunian dos abogados defensores, y a los blogueros armenios [ar]) por su desbordado apoyo al conductor, ahora en prisión. En verdad, varias docenas de armenios llevaron a cabo una manifestación [ru] en el exterior de la Embajada de Rusia en Ereván el 16 de julio, exigiendo poner fin al trato degradante a Arutiunian mientras está preso. Los blogueros también han reaccionado bruscamente a fotos de Arutiunian en el tribunal, donde compareció el 15 de julio con una bata femenina de hospital y pantuflas de hule. Cubriendo su cara llena de lágrimas y dependiendo de un traductor para entender los procedimientos en ruso de la corte (algo necesario a pesar que vive en Rusia desde hace una década, señalan ansiosos los nacionalistas), Arutiunian parecía ser un hombre completamente humillado.

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Grachia Arutiunian en la corte, 15 de julio de 2013. Captura de pantalla de YouTube.

El usuario maggel de LiveJournal ofreció su propia sugerencia [ru] poco compasiva por “rehabilitar” al hombre:

1. Халат снять.
2. Выдать белые тапки.
3. Отвезти в Подольск на тот самый перекресток.
4. Положить обиженного под вот это-

5. Дать порулить агрегатом родственникам погибших.

1. Sáquenle la bata.
2. Pónganle pantuflas blancas.
3. Llévenlo a Podolsk, a la misma intersección [donde ocurrió el accidente].
4. Pongan al ofendido [Arutiunian] debajo de esto:
[imagen de una aplanadora].
5. Que las familias de las víctimas manejan la aplanadora.

Otro usuario de LiveJournal, pavell, atacó las expresiones de compasión hacia Arutiunian, pero admitió una cierta envidia por la solidaridad de la comunidad. Con extractos de una carta [ru] del defensor de derechos humanos de Armenia a su homólogo ruso que condenaba el trato a Arutiunian, pavell calificó [ru] el texto de arrogante, pero se preguntó en voz alta cuál de los funcionarios estatales estaba trabajando con igual dedicación para proteger a los rusos:

И всё же, несмотря на плевки в лицо Лукину, завидно. Армянина, убившего в России 18 человек, есть кому защищать. А кто защитит русского? Я не говорю в Армении, а просто в России?

Y aun así, a pesar del [funcionario armenio] escupiendo a la cara de Lukin [su homólogo ruso], estoy celoso. Un armenio que ha matado a 18 personas en Rusia tiene alguien que lo defienda. Pero, ¿quién defendería a un ruso? Ni siquiera hablo en Armenia—¿qué hay de Rusia?

Aunque la corte de Moscú condene a Arutiunian y lo sentencie a varios años en prisión, es poco probable que la decisión calme los temores de que las personas de etnia rusa son una mayoría perseguida. El protagonismo de grupos criminales vinculados a algunas etnias y las actuales tensiones entre la población natural de Rusia y la fuerza laboral migrante —dos de las causas más significativas del fervor nacionalista del país— no van a desaparecer. Ya sea que a Arutiunian le devuelvan su ropa o que lo ejecuten debajo de un camión de cemento, los problemas de Rusia con raza e integración no han cobrado todavía su última víctima.

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