La Cámara de Representantes de Uruguay ha aprobado un proyecto de ley para legalizar y regular la producción, distribución y venta de marihuana. Si dicho proyecto de ley es aprobado por el Senado y firmado por el Presidente José Mújica, Uruguay se convertiría en el primer país del mundo en legalizar la marihuana.
Con el proyecto de ley aprobado por la Cámara «el Gobierno estaría autorizado a vender marihuana», según informó BBC News [en] el 1 de agosto de 2013:
El Estado asumiría «el control y la regulación de la importación, exportación, plantación, cultivo, cosecha, producción, adquisición, almacenamiento, comercialización y distribución de cannabis y sus derivados».
Los compradores tendrían que estar registrados en una base de datos y tener más de 18 años. Estarían autorizados a comprar un máximo de 40g (1,4 onzas) por mes en farmacias con una licencia especial o cultivar un máximo de seis plantas en casa.
Pero el proyecto de ley se enfrenta a una «virulenta oposición» según explicó The Economist en un artículo titulado «El experimento» [en]:
Una encuesta realizada el mes pasado reveló que el 63% de las personas consultadas está en contra y los detractores aseguran que el consumo aumentará. Pero sus defensores argumentan que la prohibición de la droga ha ocasionado más problemas -en forma de crimen organizado y riesgos de consumo clandestino- que la droga en sí misma.
The Economist también publicó un artículo para explicar [en] el proyecto de ley.
El debate comenzó el año pasado, cuando el Gobierno del Uruguay desveló su plan para despenalizar la venta controlada de marihuana.
El debate ha continuado en línea, donde ciudadanos y analistas del Uruguay y del resto del mundo sopesan las consecuencias de la legalización de la marihuana.
En Twitter Seba Sánchez (@SebaSanchezuy) se ha referido a recientes decisiones de los legisladores uruguayos en materia de aborto y matrimonio homosexual:
Te recuerdo que sos parte de un momento único. Leyes sobre la interrupción del embarazo, el matrimonio igualitario y la marihuana. Pasa acá.
— Seba Sánchez (@SebaSanchezuy) August 5, 2013
Por otra parte, Alejandro Figueredo (@afigue2010) remarcó la oposición pública al proyecto de ley:
Algo hay que destacar en los que impulsan y votan el proyecto de ley de regulación de marihuana. Poco les importó la opinión de la gente.
— Alejandro Figueredo (@afigue2010) July 31, 2013
Carlos Aloisio, en el blog Razones y personas: repensando Uruguay, escribió que la regulación de la marihuana es «una solución, no una panacea«. Carlos indagó en el debate nacional acerca del proyecto de ley y argumentó que muchos uruguayos no apoyan este último porque «nos pone en la molesta tesitura de elegir entre dos males»:
Por un lado, esto implica aceptar que tenemos un problema, y que estamos en la peor situación. Por otra parte, también implica reconocer que la regulación es una solución, pero está muy lejos de ser una panacea. La literatura internacional sobre el tema reconoce la ausencia de soluciones o recetas universales al problema, y admite de hecho que no hay diseños óptimos. La solución para Uruguay será algo que iremos descubriendo juntos a medida que ganemos conocimiento y experiencia en el problema. Pero, para hacer esta búsqueda posible, el primer paso es regular.
En Asuntos del Sur, el analista chileno Eduardo Vargas escribió acerca del proyecto de ley uruguayo y lo que significa para la legalización de la droga en la región. Llegó a la conclusión de que:
El desafío para Uruguay es grande. Ser pionero no es fácil. Sin embargo, el éxito de esta política también depende del resto de América Latina. Urge que el resto de países inicien revisiones profundas a sus leyes de drogas y tomando la experiencia uruguaya, junto con la de los estados de Colorado y Washington, finalmente piensen, diseñen y ejecuten políticas de drogas más humanas, serias y responsables. Es el momento para que nuestra región se sume a la visión y pragmatismo que llevará al país de Pepe Mujica a liderar con responsabilidad, con una regulación responsable.