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Perú: Un país de sitios arqueológicos en peligro

Categorías: Latinoamérica, Perú, Desarrollo, Historia, Medios ciudadanos

Este artículo, escrito por Jessica Mota, fue publicado originalmente [1] [pt] el 21 de agosto del 2013 por la Agencia Pública, en una serie sobre el Patrimonio Amenazado [2] [pt].

Lea la primera parte en Global Voices: La lucha de los peruanos por salvar El Paraíso [3].

En Perú, cualquier equipo de construcción está obligado a tener un arqueólogo entre sus miembros. Se han descubierto cerca de 13 mil sitios arqueológicos por todo el país. Solo en la región central de Lima, la capital peruana, se encuentran 366. “Y son solo el 10 o 15% de lo que hay”, dice Miguel Diaz, asesor de prensa del Ministerio de Cultura – creado en diciembre del 2011 (anteriormente los trámites se realizaban por el Instituto Nacional de Cultura). Además cuenta la razón del derrumbe de la pirámide de El Paraíso:

Desde los años 1930, las invasiones de tierras que, presuntamente deberían ser de propiedad del Estado, son frecuentes en el Perú. Además hay traficantes de tierras, que falsifican los documentos y venden las tierras como si fueron suyas.

Hasta Machu Picchu, patrimonio cultural de la humanidad, fue disputado en litigio por reivindicaciones de la familia Zavaleta de los lucros civiles de los terrenos que se encuentran dentro del Parque Arqueológico Nacional de Machupicchu [4][pt]. En 2009, en una región urbana cerca de Lima, en el Callao, los Montículos de Oquendo, semejantes a los que se ven hoy en  El Paraíso, también fueron destruidos [5].

A pirâmide central do Complexo de El Paraíso.  Foto: Jessica Mota / Agência Pública [1]

La pirámide central del Complejo de El Paraíso. Foto: Jessica Mota / Agencia Pública

El arqueólogo director del proyecto desarrollado por el Ministerio de Cultura en El Paraíso, Marco Guillén, explica que las empresas destruyen los montículos para desaparecer las pruebas de que sea una zona arqueológica:

Antes de ser excavados, los sitios arqueológicos están llenos de montículos. Y las empresas inmobiliarias y otros interesados se aprovechan para decir que son apenas piedras. Su objetivo final es urbanizar todo el sitio arqueológico

En El Paraíso, la pelea es con la Inmobiliaria Alisol S.A.C y la Empresa y Promotora Provelanz E.I.R.L, ambas representadas legalmente por Alicia Romaní Vargas, contra quien el Ministerio de Cultura hizo una denuncia penal por los daños causados a El Paraíso, en la Fiscalía Provincial Penal del Norte de Lima.

Marco Guillén no Ministério da Cultura: "Não se pode deixar o Complexo assim ao Deus dará como querem algumas pessoas." Foto: Jessica Mota / Agência Pública [1]

Marco Guillén en el Ministerio de Cultura: «No se puede dejar el Complejo abandonado como quieren algunos.» Foto: Jessica Mota / Agencia Pública

Marco critica:

Las zonas arqueológicas son por ley, propias del Estado peruano. Pero, a pesar de eso, de manera ilegal o poco transparente, existen constructoras e inmobiliarias que compran los terrenos arqueológicos. ¿Con que objetivo una inmobiliaria compraría una zona arqueológica si no la de intentar urbanizar el área?

Después de las denuncias, según cuenta Estequilla Rosales, vicepresidenta de la asociación Kapaq Sumaq Ayllu, la choza donde el equipo de la asociación, los vigilantes y los arqueólogos guardan su material fue atacada el 2 de agosto:

Un grupo de vándalos entró y quemó nuestras cosas, con el objetivo de asustarnos y hacer que nos vayamos de ahí.

Los arqueólogos y los miembros de la Asociación cuentan que las amenazas ocurren constantemente desde el inicio del proyecto arqueológico. Además del incendio, Estequilla fue personalmente amenazada:

Estequilla Rosales, vice-presidenta da Associação Kapaq Suma Ayllu. Foto: Jessica Mota / Agência Pública [1]

Estequilla Rosales, vicepresidenta da Asociación Kapaq Suma Ayllu. Foto: Jessica Mota / Agencia Pública

Estaba volviendo a casa, y presuntamente nos asaltaron, un coche, una furgoneta verde. Estaba sentada en el asiento delantero, y me pusieron una arma, no miré que arma era, aquí [señala la sien derecha]  Hablaron con brusquedad, preguntando que hacíamos allí. Decían: «Has traído al Ministerio aquí». Dicen que es mi culpa el hecho que el Ministerio este aquí realizando este proyecto.

Aun así, Estequilla no quiere marcharse:

Tengo miedo, como suele tener la gente. Pero siento que si me acobardo, no haré nada. No valdría para nada la vida de uno en la tierra si no hiciera nada por su país. Eso es lo que me fortalece y anima a seguir adelante.

Fuera del campo

Marco Guillén no es hombre de usar traje. Prefiere estar en el campo, trabajando como el arqueólogo que soñaba ser cuando de niño, le fascinaban los libros de historia. Todavía su rostro se ilumina al explicar la cultura y la historia arqueológica de El Paraíso y su voz traiciona la ansiedad de lo descubierto. “Estamos descubriendo muchas de las creencias que atribuíamos a los Incas o a los Waris”, explica. En realidad, pertenecen a civilizaciones todavía más antiguas, dice.

Aquí la división es bien clara, tenemos más figuras, y están más preservadas- al menos por ahora.

En el trabajo de rompecabezas, como lo llama a la arqueología, El Paraíso se va revelando, explica Guillén:

Todas las semanas, los arqueólogos nos sentamos para discutir lo que debe ser excavado, lo que se está encontrando, y compararlo con otros sitios arqueológicos del Perú. Así podemos ver la relación que existe entre los sitios arqueológicos e irnos formando una idea de la sociedad de la época.

El interés por El Paraíso viene de los tiempos de estudiante, cuando hizo su trabajo de conclusión de curso, cuenta Guillén, hoy con 33 años:

Grandes investigadores de todo el mundo querían explicar el origen de la civilización en ese sitio, y lo explicaban de manera tan apasionada, que eso se quedó grabado en mi memoria. En 1999, como estudiante, decidí que iba, algún día, a excavar El Paraíso.

Junto a un grupo de arqueólogos y la Asociación Kapaq Sumaq Ayllu, Guillén inició el trabajo de revitalización de El Paraíso. En 2006, cuando fue nombrado para un cargo junto al Ministerio de Cultura, defendió el desarrollo del proyecto arqueológico de El Paraíso, pero, se quedo sin presupuesto por tres años, solo en fines de 2012 las cosas empezaron a moverse.

El Paraíso é cercado de morros limitado por vários terrenos privados. Foto: Jessica Mota / Agência Pública

El Paraíso esta circundado de montes y limitado por varios terrenos privados. Foto: Jessica Mota / Agencia Pública

Lo que une a Guillén – y Estequilla – a El Paraíso es la pasión. “No es justo que un sitio tan importante se pierda», dice el arqueólogo.

La gente me pregunta: Marco… ¿porque te metiste en este sitio si sabías que irías a tener problemas con la inmobiliaria, por qué no elegiste otro sitio para trabajar? No, les contesto, renuncio a mi casa, a trabajar tranquilo ganando más en la oficina, para quedarme en el sitio, pues alguien lo tiene que hacer. A pesar de las amenazas de muerte, también en contra de los arqueólogos de mi equipo, creemos que es importante que el Perú valore este sitio. No se puede dejarlo abandonado, como quieren algunos.

¿Con todo eso, crees que la situación se arreglará?

Si me hubieras hecho la pregunta hace un mes, contestaría que sí, la cosa se va a arreglar. Pero ahora, después de todo lo ocurrido… no lo sé

Habla con el semblante desesperanzado:

No sé si se va a arreglar.