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Los prisioneros políticos rusos no le interesan a nadie

Categorías: Europa Central y del Este, Rusia, Derecho, Derechos humanos, Medios ciudadanos, Periodismo y medios, Política, Protesta, RuNet Echo

Serguéi Udaltsov, uno de los líderes izquierdistas de la oposición en Rusia, se encuentra actualmente bajo arresto domiciliario y a la espera de que se inicie una investigación por organizar presuntamente los disturbios del 6 de mayo de 2012 en la Plaza Bolótnaya de Moscú (el llamado caso Plaza Bolótnaya [1] [en]). Su caso ejemplifica el dicho popular «ojos que no ven, corazón que no siente». Tiene prohibido tener contacto con cualquiera que no sea su familia o sus abogados, pero desde su detención ha luchado por mantener su lugar dentro del movimiento opositor. Udaltsov no está solo en este difícil trance: los doce hombres y mujeres que actualmente están siendo juzgados por su implicación en los disturbios (que en su mayoría estuvieron en prisión preventiva durante el pasado año) también parece que han pasado al olvido. En una entrevista publicada recientemente [2] [ru] en el periódico Nóvaya Gazeta, Udaltsov explicó por qué parece que la gente ha perdido el interés:

Да, сейчас все увлечены осенними выборами, да — «болотное дело» тянется очень долго, разбито на несколько частей, что не способствует поддержанию острого интереса общества и средств массовой информации.

Ahora todo el mundo está preocupado por las próximas elecciones de otoño y el «caso Bolótnaya» se está alargando mucho y dividiendo en varias partes, lo cual no ayuda a mantener el interés público ni el de los medios de comunicación.

Udaltsov hizo un llamamiento a los demás líderes opositores para combatir este malestar y para «participar activamente en las audiencias, llevar a cabo una gran campaña informativa» y «preparar nuevas manifestaciones y marchas de solidaridad».

María Barónova [3], una de las imputadas en el caso, se hizo eco de su reclamación. Barónova, que a diferencia de otros acusados se encuentra en libertad bajo fianza, ha estado intentando despertar la conciencia social a través de artículos, blogs y redes sociales, pero siente [4] [ru] que se está esforzando en vano:

[…] люди добавляют, что конечно же интерес к Болотному делу появится, ну, когда будет приговор. Ну и тогда, дескать, «Болотная» что-то с этим сделает. Например, напишет классные колонки […]

[…] la gente dice que está claro que habrá interés en el caso Bolótnaya, pero cuando haya un veredicto. Después, que a raíz del «Bolótnaya» pasará algo. Por ejemplo, que se escribirán artículos de opinión muy buenos […]

Maria Baronova asking people to come support the Bolotnaya prisoners. [5]

María Barónova pidiendo a la gente que acuda a apoyar a los detenidos por el caso Bolótnaya. Captura de pantalla de YouTube.

Las frustraciones de Barónova llegaron a su punto más crítico cuando se encontró con el tristemente célebre trol de Internet Yégor Prosvirnin en un bar de Moscú. Ambos acudieron a una cita improvisada que organizó Stanislav Yakovlev, miembro de DemVybor (la lista de participantes [6] [ru], entre los que se encontraban desde el ultranacionalista Prosvirnin, hasta los periodistas liberales Ivan Davydov y Elena Kostyuchenko, simplemente es una muestra del sectarismo y de la exclusividad de la «tusovka» (grupo de personas con los mismos intereses) política de Moscú, a pesar de la imagen fracturada que se puede percibir desde fuera).

Egor Prosvirnin at a nationalist rally. YouTube screenshot. [7]

Yégor Prosvirnin en una manifestación nacionalista. Captura de pantalla de YouTube.

Aparentemente Barónova preguntó a Prosvirnin, director de la popular publicación nacionalista en línea Sputnik & Pogrom [8] [ru], por qué no había publicado ningún dato sobre su juicio. La respuesta de Prosvirnin fue o brutalmente honesta o una burda provocación (juzguen ustedes mismos): no le importa ni a él ni a nadie. Barónova publicó en Twitter citas de su conversación y más tarde las recopiló en un artículo en Facebook [9] [ru]. Prosvirnin se pasó la noche explicándole que los dramas de los juzgados no tienen mucho éxito en las redes sociales y que no se convertirán en un tema de debate hasta que Alekséi Navalny los incluya en su campaña a la alcaldía (el propio Navalny se enfrenta a una condena de prisión por un caso político):

- Si escribes sobre los prisioneros del caso Bolótnaya, dice Yégor Prosvirnin, a 15 personas les gustará tu comentario. Es como pelearse con los molinos de viento. No hace falta escribir sobre ello.

- No voy a escribir sobre los prisioneros del caso Bolótnaya porque nadie da una m****a por ellos. Por Yégor Prosvirnin.

- Está escribiendo sobre una batalla totalmente perdida, porque si mañana saliera Navalny elegido presidente, la gente se olvidaría incluso más rápido del caso Bolótnaya. Por Erizo (apodo de Prosvirnin en el foro popular «Lepra»).

- La historia sobre los prisioneros del caso Bolótnaya empezará a tener sentido cuando Navalny empiece a escribir sobre ella. Hasta entonces no tiene ningún sentido. Por Prosvirnin.

- Si yo fuera Barónova, iría a la sede de Navalny y me quitaría el sostén hasta que empezara a escribir sobre los prisioneros. Por Prosvirnin.

Finalmente Barónova zanjó el tema diciendo:

Con este comentario, nuestra conexión en directo con el infierno se ha terminado. Esto ha sido lo mejor que he oído sobre el caso Bolótnaya durante este último año. Mucha gente pensaba lo mismo, y ahora ya se ha dicho.

Lo triste es que Barónova, que por supuesto trata el tema de su juicio de una forma muy personal, está luchando por una causa perdida. Si el voluble público ruso se ha olvidado del más que memorable caso de las Pussy Riot, tan solo un mes después de la sentencia, ¿qué oportunidades tendrán los acusados que no han bailado en una catedral con máscaras de colores?