Foto del coche accidentado en el que murieron Oswaldo Payá y Harold Cepero. Foto del blog Botella al mar.

Ángel Carromero, dirigente  de Nueva Generaciones del Partido Popular de España, está condenado a cuatro años de prisión por el homicidio involuntario de los disidentes cubanos Oswaldo Payá y Harold Cepero en un accidente de tráfico sucedido el 22 de julio de 2012 cerca de Bayamo (Cuba). El gobierno español debe tomar una decisión en los próximos días sobre su indulto, pero la Audiencia Nacional acaba de emitir un informe en que desaconseja la concesión de dicha dispensa en este caso.

El accidente generó gran controversia desde el principio. Aunque en un primer momento Carromero asumió su responsabilidad, después cambió su versión de los hechos, culpando a un segundo vehículo que, según él, golpeó el automóvil que conducía por detrás, sacándolo de la carretera.  En una entrevista con el Washington Post [en] en marzo de 2013, Carromero afirmó que se trataba de un vehículo del gobierno y que más tarde le obligaron a firmar la versión oficial del accidente bajo amenazas. Esta entrevista mereció el siguiente comentario de Falstaff8:

Ahora mismo, en España, Carromero da mucha risa. Político de segunda fila sin mérito alguno, que vive muy bien del partido, tan incompetente que se las apaña para ir a Cuba de vacaciones y aún así, tiene un accidente y mata a uno de los principales líderes de la oposición democrática. Es el sueño húmedo de los servicios secretos cubanos, que nunca hubieran conseguido un montaje tan perfecto.

En el momento del siniestro, Ángel Carromero carecía de permiso de conducir, ya que las autoridades españolas se lo habían retirado por acumulación de infracciones graves (pérdida de todos sus puntos). Además, en las fotos del coche accidentado, la parte trasera del coche no presenta signos de haber recibido ningún golpe, lo que desmentiría su relato de los hechos.
En el blog «Botella al mar», Luis Fernando Areán afirma:

Pretender que no existe [delito] es una patética y tramposa maniobra que intenta echar balones fuera para ocultar lo obvio: alguien, en España, envió a un niñato inconsciente a una peligrosa misión. Y el tío la cagó. Big time.

(…)

A mí todo este asunto me da mucha rabia. Rabia porque Oswaldo Payá era un hombre decente, esté uno de acuerdo con sus ideas o no. Y rabia porque estos personajes impresentables (…), jugando estúpida e irresponsablemente, han roto a ese hombre, que sabía el significado de sacrificio y libertad, a diferencia de ellos.

En octubre de 2012, Carromero fue condenado a cuatro años de prisión por «homicidio vehicular involuntario». El gobierno español comenzó inmediatamente a negociar su repatriación a España para el cumplimiento de su condena, y en diciembre de ese mismo año llegó a España e ingresó en la cárcel de Segovia. El 14 de febrero se le colocó un control telemático que le permite vivir en su casa. Su partido lo nombró asesor en el Ayuntamiento de Madrid con un sueldo de 50.500 euros anuales, lo que generó una considerable controversia. Averno decía en «El confidencial»:

Que ha hecho este inútil para percibir ese sueldo, que (…) le pagamos entre todos los madrileños. Que proposiciones va a hacer este patético personajillo, rasputín de la corte madrileña. Informes de que?. De como quedarse sin puntos por conducir como loco?

La familia de Oswaldo Payá siempre ha apoyado a Carromero, aceptando su versión de los hechos y acusando al gobierno cubano de haberlos manipulado para ocultar un asesinato de estado. Tanto así que fue la propia familia Payá quien solicitó al gobierno de España el indulto de Carromero. El 4 de septiembre de 2013 se conocía el informe de la Audiencia Nacional [pdf], en contra de este indulto, alegando que «no encuentra razones de justicia, equidad o conveniencia», que Carromero desarrolla «su vida profesional sin limitación alguna» gracias al tercer grado, y que no ha mostrado arrepentimiento, además de aludir a sus desafortunados antecedentes como conductor.

A juzgar por los comentarios que se leen en la red sobre este tema, parece que el informe de la Audiencia Nacional está en sintonía con el sentir mayoritario de los internautas españoles.

Oswaldo Payá con su esposa en 2010. Foto del blog Along the Malecón

Después de conocer esta decisión, El Mundo publicó una entrevista en la que Carromero recordó que el informe de la Audiencia Nacional no es vinculante y que la decisión «está en la mesa del Consejo de Ministros». Según dice, la organización Human Rights Watch está elaborando un informe en el que denuncia la falsedad de su proceso judicial. Esta entrevista mereció el siguiente comentario de loser:

Vale! Y sigue muy bien todo en este país. Que lo coloque el PP como Diputado, para Ministro o, que porras, que lo presente a Presidente del Gobierno. Si, total, tampoco iba a empeorar la casta política que sufrimos.

También la cadena de televisión Tele 5 entrevistó a Carromero, que además de insistir en su versión del accidente, dijo haber temido por su vida mientras se encontraba en la cárcel cubana. En referencia a su posible indulto comentó:

Tengo la esperanza de que cuando Ofelia [viuda de Payá] venga mañana y pida mi indulto, la miren a los ojos y no puedan negárselo

Maviin1 dejó este comentario en la web de Tele 5:

Seguis con la tendencia de ofrecer minutos de gloria a convictos…, muy edificante. (…)

«Queremos que Carromero sea el chófer del presidente». Imagen de la revista satírica «La cremallera»

Tampoco en Twitter despierta simpatías, como muestran los tuits de osec y Juventud SIN futuro:

La audiencia nacional también trabaja para el servicio secreto cubano y @angelcarromero se queda sin indulto :D http://t.co/NlDpJaXLRd

— osec (@osec) September 6, 2013

Indulto a Carromero es 3, 2, 1..Contra la opinión del fiscal si es necesario http://t.co/uxiXQaRkRS. Debe molar ser el protegido d Esperanza

— Juventud SIN futuro (@juventudsin) September 4, 2013

El gobierno español tiene ahora la difícil tarea de calibrar las consecuencias que tendría un posible indulto a Carromero en la relaciones hispano-cubanas y en la opinión pública española.