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Homicidio de adolescente transgénero jamaiquino: No es solamente otro asesinato

Categorías: Caribe, Jamaica, Derecho, Derechos humanos, Juventud, LGBTQI+, Medios ciudadanos, Mujer y género, Periodismo y medios, Religión

¿Reconoce Jamaica su propia homofobia? Esa es la pregunta que discuten dos de los blogueros más destacados del país, luego del asesinato en julio del adolescente transgénero Dwayne Jones [1].

Annie Paul de Active Voice [2] [en], que fue invitada a formar parte del panel que discutió el homicidio en el popular programa de radio de la BBC World Have Your Say [3] [en], estuvo un poco incrédula [4] [en] sobre la perspectiva de un líder religioso local que también estaba en el panel:

El obispo Bailey parecía no darse cuenta de que esta particular guerra de géneros es para que gays y homosexuales se sientan libres de ser francos acerca de su sexualidad en Jamaica. Sus comentarios sugerían que se estaba hablando mucho y haciendo poco y hasta preguntó si estaba viviendo en la misma Jamaica de la que el resto de nosotros estábamos hablando. Su disputa es que hay muchos homosexuales que viven y trabajan pacíficamente en Jamaica y que la mayoría de asesinatos de gays los cometían otros gays. Cuando Jalna [una lesbiana que también era parte del panel] habló del miedo que sentía por amenazas dirigidas a ella cuando caminaba por la calle, [el obispo] preguntó cómo sabía la gente que es lesbiana (!). Esto sugiere que el bueno del reverendo no se da cuenta de que el debate es sobre los gays en Jamaica y que puedan ‘salir’ (del clóset) sin ser amenazados con daños corporales. Parece estar diciendo «aténganse a las normas de vestimenta y comportamiento de género, y todas las cositas van a estar bien».

Para Dwayne Jones, este no fue el caso. Carolyn Joy Cooper, que bloguea en Jamaica Woman Tongue [5] [en], discrepó con la interpretación de la Biblia [6] [en] cuando se trata de travestismo y homosexualidad:

La diabólica turba que asesinó a Dwayne Jones debe haber estado conformada por hombres y mujeres que creen que el travestisimo es un comportamiento pecaminoso. Deuteronomio 22:5 declara: ‘No vestirá la mujer traje que pertenezca al hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque es abominación para el Señor Dios’.

El problema con aplicar la regla de la abominación a la moda es el hecho indiscutible de que no hay parámetro universal de ropa de hombre y mujer. Los estilos de ropa de cada género varían en las diferentes culturas. En algunas partes del mundo, los hombres usan kilts y sarongs. Pueden parecer faldas, pero no son ropas ‘de mujer’.

La palabra ‘abominación’ aparece mucho en la Biblia. Pero no solamente la homosexualidad y el travestismo son abominaciones. Hay muchos otros pecados que fanáticos santurrones olvidan convenientemente. El adulterio es una abominación. Pero si fuéramos a matar a pedradas a los adúlteros en Jamaica, no quedaría ninguno de nosotros.

Esa turba primitiva afuera de la bahía ‘Gyal-tego’ era claramente muy selectiva sobre sus abominaciones. Sus pies corrieron rapidamente a la maldad, y derramaron la sangre inocente de Dwyane.

La bahía «Gyal-tego» a la que se refiere en el artículo es aparentemente «el nuevo nombre de Montego Bay en el retorcido vocabulario de ultrasensibles hombres jamaiquinos». Pasó a explicar [6] [en]:

Y Mandeville es ahora ‘Gyal-deville’. No es broma. Es un asunto muy serio. Los hombres sexualmente inseguros tienen tanto miedo de parecer ser homosexuales que no pueden ir a un pueblo o ciudad ‘de hombres’. Solamente gyal.

Es la misma ‘razón’ por la que los hombres malos no comen mamoncillos. Ellos no chupan semillas. Y, a pesar de toda esta bravuconería, no logran esconder su debilidad. Si tienes que ir a esos extremos para asegurarte de que eres un verdadero hombre de verdad, algo debe estar fundamentalmente mal.

Es el temor de ser manchado con homosexualidad lo que lleva a hombres irracionales a cometer actos de violencia contra los llamados desviados sexuales.

El artículo [6] [en] exploró los espacios dentro de Jamaica donde es «aceptable» el travestismo:

Tomen por ejemplo los clientes de la Semana de la Moda del Caribe. Los últimos años, dos travestis han venido al evento y nadie pensaría en atacarlos. Es más, he visto a otros clientes hablando con ellos. Son parte de la escena de la moda.

Algunos jamaiquinos pueden estar incómodos con este tipo de baile de disfraces. Pero en Trinidad y Tobago, en lunes de carnaval, los travestis usan almohadas para crear grandes traseros y senos. Usan pelucas y vestidos. Todo es juego. No se trata de una crisis de identidad. Los hombres hacen de mujeres y las mujeres hacen de hombres. Y hasta hacen de ellos mismos.

No tenemos que ir hasta Trinidad y Tobago para apreciar el arte de los juegos de rol. Tenemos nuestras propias formas de juegos de máscaras tradicionales y travestismo. Piensen en jonkunnu. Hubo un tiempo en que los juegos de máscaras de jonkunnu fueron vistos como una abominación. Eran vulgares y pecaminosas. En 1841, el alcalde de Kingston prohibió el desfile de ‘John Canoe’ –tal como se escribía entonces. La actual escritura reconoce los elementos africanos en el ritual. La prohibición del desfile causó disturbios. Juerguistas furiosos se enfrentaron con la milicia y el alcalde tuvo que correr para buscar refugio. Fue obligado a retirarse a un barco en el puerto de Kingston.

Es una verdadera tragedia que Dwayne Jones no tuviera tanta suerte.

Por su parte, a Active Voice [4] [en] le preocupa la reacción de los medios -y por extensión, del público- a la muerte de Jones, y deja en claro que los «linchamientos NO son solamente cualquier otro asesinato»:

A nivel nacional, Emily Crooks [dijo] que el mundo no se daba cuenta de que la falta de reacción al asesinato de Dwayne Jones no debía leerse como homofobia sino como la señal de una población acostumbrada e insensible ante el asesinato en general… como si el linchamiento fuera equivalente a los asesinatos al azar que ocurren todos los días. Según ella, la falta de indignación por su muerte fue apenas excepcional para una población acostumbrada a dos o tres asesinatos por día y tampoco ha sido el único muchacho asesinado recientemente, agregó.

Crooks sostiene, como muchos otros, que simplemente no hay diferencia entre el asesinato de Dwayne y todos los otros horribles asesinatos que ocurren regularmente en Jamaica. Esta idea está también muy difundida en medios sociales y, para tal caso, en los medios tradicionales.

Los que hacen campaña por los derechos humanos trataron de señalar que el asesinato de Dwayne Jones calificaba como ‘crimen de odio’, pero esto tampoco ayudó. Muchos jamaiquinos en los medios sociales fueron tajantes en que la muerte de Jones no merecía preocupación ni atención especial.

Entonces, ¿qué pasa acá? Seguramente hasta un imbécil puede ver que hay una diferencia entre un asesinato común y corriente y un linchamiento.

Trajo a colación el caso de un «horroroso ataque de una turba contra un hombre y su hija en Trelawny, donde el padre fue cortado en trozos hasta que murió y su hija quedó seriamente herida, y su casa quemada hasta los cimientos» bajo acusaciones de que estaban relacionados con un sospechoso de haber sodomizado a dos niños que se habían ahogado en un río cercano (luego, la policía informó que no había señales de sodomía):

ESA fue una buena ocasión para hablar acerca de la homofobia, pero, ¿lo hablamos? NO. Lo escondimos bajo la alfombra, hicimos como si todo estuviera normal en el viejo Jamdown, y seguimos avanzando.

De manera similar, sabemos mucho más sobre Dwayne Jones, la familia de la que venía, las circunstancias de su abandono en sus manos, quiénes eran sus amigos, qué tipo de persona era, por los medios internacionales. Ningún medio de comunicación acá consideró que valía la pena humanizarlo dándonos detalles sobre él. Contrasten esto con la muerte de Tashanique James… noticia de primera plana de Gleaner, Niña muy franca se vuelve víctima de bala de pistolero [7] [en], nos mostró el rostro humano de la niñita a la que habían matado tan brutalmente y luego dieron seguimiento a la noticia con la guerra de bandas que tuvo como resultado su muerte.

No hubo esa consideración para Dwayne Jones. Ni siquiera porque murió en circunstancias extraordinarias que por sí solas ameritaban cobertura de primera plana. Pero, oh no, ¿cómo te atreves a decir que esta falta de atención de los medios se debió a que somos homofóbicos? Es solamente que los medios no pueden estar a la par con los asesinatos que ocurren acá todos los días.

Paul también atacó a los medios [4] [en] por una «sensacionalista primicia póstuma» que muestra a Jones bailando:

Es una medida de la disfuncionalidad de nuestros principales medios de comunicación, y los prejuicios de clase y género que sufren, que les tomó tres semanas darse cuenta de que tenían este material asombroso. Así es como los medios jamaiquinos debieron haber cubierto este terrible asesinato desde el comienzo.

Los dos blogueros terminaron con notas similares, apelando a la sensilibilidad con el asunto y al coraje de discutirlo constructivamente. Jamaica Woman Tongue [6] [en] dijo:

Masacraron a un chico de 17 años solamente porque estaba actuando a ser él mismo. Sus asesinos deben comparecer ante la justicia.

Una turba está compuesta de personas que eligen suspender la responsabilidad por sus acciones. Como sociedad, no podemos darnos el lujo de imitarlo. En esta época celebramos Emancipación e Independencia, debemos liberarnos de esas ‘abominaciones’ bíblicas que amenazan en convertirnos en salvajes realmente abominables.

Active Voice [4] [en] simplemente lanzó esta pregunta:

¿Alguna vez dejaremos de lado el cariñosamente arraigado mito de que Jamaica es una nación angloparlante, heterosexual, devotamente cristiana de gente educada que corre rápido y hace música grandiosa? Tu suposición es tan buena como la mía.