Le tomó cinco años al Poder Judicial húngaro condenar a los autores de los asesinatos a sangre fría de varios romaníes en Hungría. Cuatro húngaros tuvieron una conducta violenta en ese momento, y mataron a seis romaníes entre marzo de 2008 y agosto de 2009 [en]. El 6 de agosto, una corte de Budapest sentenció a Zsolt Peto y los hermanos Arpad e Istvan Kiss a prisión perpetua por la orgía de muerte, en tanto que su chofer Istvan Csontos recibió 13 años como cómplice.
Los cuatro homicidas, que tramaron sus planes en un pub en Debrecen al noreste de Hungría, son hinchas acérrimos de fútbol vinculados a organizaciones neonazis. No mostraron emoción alguna cuando se entegaron las sentencias.
La presión que activistas de derechos humanos y abogados ejercieron sobre el gobierno húngaro aparentemente tuvo resultados. La Oficina Nacional de Investigación de Hungría (NNI), oficina central de la policía de investigación del país que aborda principalmente casos de terrorismo y otras amenazas de seguridad nacional, ahora ha reabierto las investigaciones de una serie de asesinatos [en] de miembros de la comunidad romaní de Hungría en 2008 y 2009, para buscar fallos de los investigadores y posibles irregularidades en el caso, que causaron la demora en hallar y condenar a los autores. Se sospecha que uno o dos conspiradores más de estos crímenes sigue libre.
Los fiscales húngaros también han pedido investigaciones de las fuerzas militares involucradas, debido a sospechas de que el servicio de inteligencia militar de Hungría ayudó a facilitar algunos de los homicidios. El activista húngaro romaní Aladar Horvath y otros, dicen que estos anuncios representan «gestos tardíos pero bienvenidos» del gobierno hacia las víctimas.
Las reacciones de los cibernautas no han disminuido desde que se anunció la sentencia. Helene Bienvenu [en], reportera gráfica independiennte de Detroit que ahora vive en Budapest, comentó [eng] en Twitter:
50 years ago #MLK was marching on #Washington. Roma in #Hungary have a lot to go still @connellyandrew http://t.co/k4P4yh0GKN
— Helene Bienvenu (@bienvenuLN) August 28, 2013
Hace 50 años, Martin Luther King marchaba a #Washington. Los romaníes en Hungría tienen todavía mucho por recorrer.
John Clarke, activista en este rubro de Toronto, culpa [en] de estos hechos a las actitudes políticas y la sociedad convencional:
http://t.co/6zO8HSeQHw ‘Extremist’ violence against #Roma in #Hungary grows out of mainstream racist political attitudes and conduct.
— John Clarke (@JohnOCAP) August 25, 2013
Violencia ‘extremista’ contra romaníes en #Hungary crece de las actitudes y conducta política racista de medios convencionales.
En un reciente artículo [en] sobre este asunto, The Economist ha llamado a la población romaní «El mayor problema social de Europa». Kari Sperring, [en] escritora de Cambridge, pide [en] más información pues muchos medios sociales están cuestionando el estado democrático de Hungría debido al manejo del gobierno de este caso de homicidios en serie que involucran a un grupo minoritario:
Hungary is no longer a democracy http://t.co/5nNNYOtWCb Anyone have any more detail on this, please? #antisemitism #Roma
— Kari Sperring (@KariSperring) August 22, 2013
Hungría ya no es una democracia ¿Alguien tiene más detalles sobre esto, por favor? Antisemitismo Romaníes
Mientras tanto, el vicesecretario de Estado para Asuntos Globales de Hungría, Péter Wintermantel, dio un discurso [en] en la Cuarta Conferencia de la Asociación de Amistad Húngaro-Israelí, que se llevó a cabo en Zalaegerszeg entre el 24 y 26 de agosto. En su discurso, Wintermantel destacó que el gobierno húngaro seguía comprometido a luchar contra todas las formas de racismo y antisemitismo, y que tomaría todas las medidas necesarias para evitarlos.
Sin embargo, una investigación de Amnistía Internacional [en] sugiere que los crímenes de odio contra los romaníes siguen siendo una seria preocupación en Hungría, mientras la policía carece de pautas para investigarlos minuciosa y efectivamente. En un nuevo informe titulado «Violentos ataques contra los romaníes en Hungría», información recogida por Amnistía Internacional muestra cómo los crímenes con motivación racial impactan en víctimas individuales, comunidades y la sociedad como un todo. También muestra cómo los defectos del sistema de justicia húngaro dificultan la prevención y respuesta a esos ataques:
Jezerca Tigani, vicedirectora del Prorama para Europa y Asia Central [en] para Amnistía Internacional dijo:
Cinco años después de estos homicidios a sangre fría, los romaníes en Hungría siguen sin recibir protección adecuada de los crímenes de odio. […]
Este terrible caso debió haber sido una llamada de alerta sobre la continua y a menudo violenta discriminación que enfrenta la comunidad romaní, pero los autores de esos actos todavía no comparecen ante la justicia.