«Soy dominicano como tú»: Miles de dominicanos de origen haitiano despojados de su nacionalidad

Manifestantes en contra de la decisión del Tribunal Constitucional de la República Dominicana de despojar a miles de ciudadanos dominicanos de su nacionalidad. Tomado de la página de Facebook de reconoci.do.

Manifestantes en contra de la decisión del Tribunal Constitucional de la República Dominicana de despojar a miles de ciudadanos dominicanos de su nacionalidad. Tomado de la página de Facebook de reconoci.do.

¿Por qué en el Caribe siempre hay que huir hacia la libertad, o mejor, hacia un espacio que se dibuja en la imaginación como el de la libertad? La respuesta es obvia: las sociedades caribeñas son de las más represivas del mundo.

Antonio Benítez RojoLa isla que se repite: El Caribe y la perspectiva posmoderna

Luego de la decisión del Tribunal Constitucional de la República Dominicana de despojar de su ciudadanía a todo aquel que desde 1929 haya nacido de inmigrantes que hayan entrado irregularmente al país, la verdad contenida en la cita de arriba se revela con pasmosa claridad.

Las repercusiones de esta decisión inapelable del Tribunal Constitucional afectan a varias generaciones de dominicanos de origen haitiano que han hecho su vida entera en la República Dominicana. La mayoría de ellos ni tan siquiera han visitado Haití jamás, ni tienen familia allí. Aún así, de la noche a la mañana, miles de personas han quedado efectivamente apátridas. No se sabe con certeza cuántas personas quedarían perjudicadas por esta decisión. Según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas, hay 244,151 personas nacidas de padres «extranjeros»; 86 por ciento de estas personas son de origen haitiano.

La campaña reconoci.do se ha dado a la tarea de recoger testimonios de dominicanos cuya situación jurídica se encuentra en el limbo debido a la política de desnacionalización del gobierno dominicano. A continuación, Deisy Toussaint, una joven autora ganadora de premios literarios a nivel nacional, cuenta cómo no se le ha permitido obtener un pasaporte para poder representar a su país internacionalmente en eventos culturales:

La campaña reconoci.do también tiene presencia en Twitter (@reconoci_do), donde mantiene una comunicación más activa con sus seguidores. En Twitter también se creó el hashtag #EsoNoSeHaceRD.

La comunidad internacional respondió alarmada al darse a conocer la decisión del Tribunal Constitucional. Chiara Liguori, investigadora de Amnistía Internacional sobre el Caribe, dijo lo siguiente:

Esta última decisión destroza totalmente las vidas de los ciudadanos dominicanos de origen haitiano, especialmente si son obligados a salir del país por el Plan Nacional de Regularización.

Es totalmente injusto decir que personas que han vivido como dominicanos durante décadas ya no pertenecen al país ni tienen ningún derecho en él.

UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) hizo lo propio en su comunicado de prensa, señalando que desde mucho antes de la decisión del Tribunal Constitucional, habían expresado su preocupación en torno al gran número de niños que quedarían desamparados de toda protección legal:

En 2008, en las observaciones finales para la República Dominicana, el Comité de los Derechos del Niño señaló que el derecho constitucional de adquirir una nacionalidad por jus solis se negaba frecuentemente a niños que carecían de certificados oficiales de nacimiento o que habían nacido de padres sin residencia oficial en la República Dominicana. El Comité expresó su grave preocupación por el amplio número de niños apátridas que generaba esta política.

El blog La neurona impasible publicó en enero de este año una reflexión sobre Haití que adquiere especial relevancia en este momento:

Realmente somos todos Haiti ? Cuando hace tres años tembló la tierra y arrasó un ya de por sí desolado país, la comunidad internacional enseguida salío al paso con promesas de ayudas materiales y económicas. Que muchas de ellas se quedaron en eso, en promesas, al fin y al cabo publicidad para sus causas particulares y sus ansiado y ególatras baños de masas.

[…]

La comunidad internacional no ha hecho seguramente todo lo que podía, aunque los ciudadanos han hecho el grueso.

Quizás vaya siendo hora de redimirse y enmendar todos los errores del pasado.

La polifacética autora y cantante Rita Indiana Hernández añadió su voz al coro de indignación en el periódico El País:

La maldición que ahora se cierne sobre los haitianos es producto de artilugios más potentes, siniestros y escurridizos que los que se hacen acompañar del tambor. Esta magia, como otros colegas han señalado, es la que se ampara en la ley para justificar un racismo despiadado. Ya la temían las víctimas del holocausto esclavista, quienes durante generaciones le vieron la cara a esa maldad que la avaricia habilita en los hombres. Entre las muchas tradiciones heredadas por la sincrética sociedad dominicana, esta magia sobrevive de manera especial. Tras casi un siglo de trabajos forzados y maltratos de todo tipo, queremos arrebatarle el derecho a la nacionalidad a los hijos que los haitianos tienen en la República Dominicana.

Narciso Isa Conde, en el blog Lo Cierto Sin Censura, señala los motivos racistas detrás de la decisión del Tribunal Constitucional:

Mis abuelos paternos eran árabes libaneses, vinieron con pasaportes turcos truqueados y se registraron con nombres no originales, al punto que el abuelo Antonio Isa no era ni Isa ni Antonio.

Si nos atenemos a la esencia de esa cruel sentencia, mi papá, Tony y yo, sus hijos y los míos, descendemos de “ilegales” y, entonces, deberían despojarnos de nuestra nacionalidad y documentos dominicanos.

Pero sucede que somos “blanquitos” y no provenimos de la inmigración haitiana.

Es claro que más allá de la población dominicana haitianodescendiente, muchos dominicanos y dominicanas de hoy estamos en condiciones parecidas, procedemos de troncos familiares traídos o venidos de fuera. Nuestros habitantes originarios, llamados “indios”, fueron exterminados por invasores blancos.

Entonces, es fácil percatarse del carácter racista, neonazi, de esa sentencia, en un país donde el racismo y la xenofobia dominantes se expresan fundamentalmente contra la emigración negra de origen haitiano y contra su descendencia; al extremo de imponerle la declaración como “indios/as” en el registro de identidad a los/as dominicanos/as color café o café con leche claro u oscuro.

Puede leer un antecedente de esta historia aquí.

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