Comienza proceso de reunificación monetaria en Cuba

Tres CUC. Imagen tomada de Hola Cuba.

Tres CUC. Imagen tomada de Hola Cuba.

El diario oficial cubano Granma anunció el inicio del proceso de unificación monetaria en el país el pasado 22 de octubre. Cuba es el único país del mundo en donde circulan dos monedas: el peso cubano (CUP) y el peso convertible (CUC). 

De acuerdo con el rotativo:

la unificación monetaria no es una medida que resuelve por sí sola todos los problemas actuales de la economía, pero su aplicación es imprescindible a fin de garantizar el restablecimiento del valor del peso cubano y de sus funciones como dinero, es decir de unidad de cuenta, medio de pago y de atesoramiento.

De acuerdo con un artículo publicado en Cubainformación por el investigador y profesor francés Salim Lamrani:

En 1993, ante la grave crisis económica que golpeó la isla tras la desintegración de la Unión Soviética, las autoridades de La Habana decidieron legalizar la circulación del dólar estadounidense en el país. Era necesario encontrar las divisas indispensables al funcionamiento de la economía y del comercio y subvenir a las necesidades de la población, particularmente en el sector alimentario. Así, dos monedas circulaban en el país: el dólar y el peso cubano (CUP).

En 1994, además del peso cubano y del dólar, el Banco Central de Cuba creó el peso convertible (CUC) con un valor igual al dólar, lo que hace de Cuba el único país del mundo que imprime una doble moneda. El CUC se usa particularmente en el sector del turismo y para adquirir productos de importación. Así, de 1994 a 2004 circularon tres monedas en Cuba, hasta la desaparición del dólar en 2004, tras las nuevas sanciones económicas que impuso la administración Bush. Ahora, el peso cubano circula con el peso convertible con una notable diferencia de valor: hacen falta 25 CUP para conseguir 1 CUC.

Tres pesos cubanos. Imagen tomada de Wikipedia bajo licencia de uso justo.

Tres pesos cubanos. Imagen tomada de Wikipedia bajo licencia de uso justo.

La nota oficial de Granma anuncia que «los principales cambios en esta primera etapa se producirán en el sector de las personas jurídicas», con el objetivo de propiciar «las condiciones para el incremento de la eficiencia, la mejor medición de los hechos económicos y el estímulo a los sectores que producen bienes y servicios para la exportación y la sustitución de importaciones».

La desaparición del CUC ha recibido notable atención de medios de prensa internacionales, blogs y analistas económicos. En una entrevista concedida a la revista Espacio Laical, el economista cubano Pavel Vidal alertaba:

El Gobierno debe manejar con inteligencia dos brechas que aparecerán en el proceso de eliminación de la dualidad monetaria. La primera es la brecha temporal que existe entre los costos y los beneficios de la devaluación del tipo de cambio oficial. Los costos son ciertos y se manifestarán en el corto plazo generando estrés en los balances de las empresas e inflación. Mientras que los mayores beneficios se apreciarán en el mediano plazo y son beneficios potenciales que deberán aprovechar las empresas estatales, sobre las cuales siempre pesa la duda en cuanto a su capacidad para reaccionar ante un nuevo marco de incentivos, en particular en una economía centralmente planificada y donde la burocracia ha venido rezagando la reforma.

La segunda brecha se encuentra entre las expectativas que tiene la población sobre la eliminación de la dualidad monetaria y los resultados que verdaderamente se pueden alcanzar. La reforma monetaria evidenciará que la dualidad monetaria no es la principal responsable del bajo poder adquisitivo del salario ni de las desigualdades como erróneamente se tiende a pensar. Estos son asuntos con determinantes estructurales y no solo monetarios. La baja productividad del sector estatal es la causante última de los bajos salarios y, en correspondencia, la que provoca las desigualdades en relación a otras fuentes de ingresos familiares.  

Desde la blogosfera, Gisselle Morales, en su blog Cubaprofunda, resume alguna de sus principales preocupaciones:

Dejando a un lado los problemas de la macroeconomía, demasiado complejos para mi aritmética básica, lo que más me preocupa es el efecto de semejante cambio para el cubano común: ¿en qué moneda se valorará el esfuerzo?, ¿cuál será el poder adquisitivo real del salario?, ¿saltará algún día, de los manuales marxistas a la realidad, aquello de “a cada cual, según su trabajo”?

Varios comentaristas señalan la ausencia de referencias a los salarios en esta primera comunicación oficial. Según Javier Soler, autor de Porque Cuba, «la nota se limita a ser un recuerdo de que ese camino debe ser andado pero que tan siquiera está aún trazado».

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