Filipinas: un fracaso la comparecencia ante el Senado de la ‘Reina de la estafa’

Protesters denounce senators who are implicated in the corruption scandal. Photo by James Sarmiento, Flickr (CC License)

Manifestantes denuncian a los senadores implicados en el escándalo de corrupción. Foto de James Sarmiento, Flickr (Licencia CC)

Muchos filipinos estaban frustrados por la comparecencia ante el Senado de la presunta autora intelectual [en] de la estafa clientelista, Janet Lim-Napoles, quien simplemente fingió inocencia y negó tener conocimiento de los cargos de corrupción en su contra.

Napoles está acusada de desviar millardos de fondos públicos a organizaciones no gubernamentales fantasma, a través de asignaciones fraudulentas de senadores, congresistas y gobiernos locales.

El problema de la corrupción, que fue expuesto hace unos meses, generó protestas masivas e indignación en el país y obligó al goberno a declarar que ya está aboliendo las asignaciones clientelistas a legisladores.

La audiencia del senado fue conducida luego que tres senadores estuvieron implicados en el escándalo. Ellos ahora enfrentan cargos por robo.

El público esperaba que Napoles divulgara detalles del robo masivo de fondos públicos, pero ella optó por guardar silencio.
El bloguero BongV describe de forma concisa cómo la audiencia no sirvió para nada [en] -excepto para los legisladores involucrados en la estafa que usaron la audiencia para cubrirse entre ellos:

Primero y principal, el Senado no es un tribunal. No puede enjuiciar ni condenar a Napoles.

Segundo, no es sólo Napoles quien está bajo escrutinio –es prácticamente todo el cuerpo legislativo (y el director ejecutivo también).

Es temerario dejar que un partido bajo investigación, se autoinvestigue.

Esa es la receta para un encubrimiento en proceso.

Si estamos buscando justicia, dejen que el poder judicial se encargue –no el poder legislativo. ¡Eso es obvio!

De hecho, si la audiencia fue secuestrada [en] por alguien más que la señora Napoles, fue por la senadora Miriam Defensor-Santiago, quien captó la mayor atención durante su turno en el interrogatorio a la presunta ‘Reina de la estafa’. La veterana periodista Raissa Robles observa:

En algún punto del procedimiento, la senadora Miriam Santiago apareció y logró secuestrar los recursos con una prolongada lectura acerca de los puntos débiles de la ley sobre una persona invocando el “derecho a la autoincriminación” comparado con decir “No sé”. Ella convenció, o intimidó, a Napoles para invocar el derecho contra la autoincriminación en comparación con sólo decir “No sé”. Hay diferencias entre las dos respuestas, así que sería interesante ver qué efectos secundarios traerá esto.

Además de los méritos de convertirse en testigo estatal –ella dijo a Napoles que esta última tendría 90 años cuando saliera de la cárcel si era condenada por robo.

Santiago sonó como que estaba igualmente interesada en amolar sus propias hachas e ir tras los enemigos políticos, mientras aclara el problema de la estafa.

Y desde que la senadora Santiago acaparó los reflectores durante la audiencia, sus palabras fueron analizadas de cerca por seguidores y críticos por igual, The Pinoy Catholic [en] tomó la propia obra de la señora Senadora sobre los Diez Mandamientos y la confrontó sobre el tema de la salud reproductiva:

Ahora, parafraseemos eso y vamos a voltear las cartas en su contra.

«¿Es cierto que usted es cercana a cierta escuela católica teológica? ¿Está familiarizada con el Catecismo de la Iglesia Católica? ¿Está familiarizada con la Humanae Vitae? ¿Está familiarizada con las enseñanzas acerca de la Iglesia Católica que se opone a la contracepción artificial? Y aún así, con títulos de teología usted sigue debatiéndose y al redactar la Ley RH e insultar públicamente a los obispos y sacerdotes, ¿quién sostiene la doctrina católica que a usted le queda y la considera una católica devota?»

An activist wears a 'miss piggy' mask in reference to the pork barrel scam. Photo by James Sarmiento, Flickr (CC License)

Una activista lleva una máscara de la ‘señorita Piggy’ en referencia al escándalo de corrupción. Foto de James Sarmiento, Flickr (Licencia CC)

Por otro lado, Adrian Pantonial [en] nos señala el lado bueno de las cosas, mientras comparte sus opiniones sobre la audiencia:

1. Catalizadores del cambio confrontan y corrigen a la gente. Los informantes del escándalo y la senadora Santiago demostraron sabiduría y agallas, defensa de lo que es correcto y narración de toda la verdad. Sus vidas fueron puestas en riesgo por su valentía, pero igual tomaron el riesgo.

(…)

3. Restringir la verdad y decir mentiras sólo complica las cosas. Obviamente, Napoles evadió las preguntas de los senadores con sus respuestas cautelosas y breves. Santiago infirió anteriormente que hay alguien (o un grupo de personas) “más culpable” que Napoles en este caso. Ella aconsejó a Napoles que expusiera toda la verdad y el(los) Senador(es) involucrados antes de ella podría(n) ser asesinados –probablemente el mejor consejo que pudo haber obtenido del lado de la Fiscalía.

Con las audiencias suspendidas hasta nuevo aviso y el país enfocado en recuperarse de la devastación causada por el tifón Yolanda (Haiyan), hay poco interés en una segunda comparecencia de la señora Napoles en la próxima audiencia ahora que el público sabe que ella no cambiará su tono ni se abrirá.

Sin embargo, hay una preocupación creciente de que las audiencias legislativas sean contraproducentes. Lo que quiere la gente actualmente es que toda la controversia sea dirigida hacia un camino más claro o llevada a un juicio completo en tribunales.

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