Este post es parte de nuestra serie sobre género y sexualidad en América Latina y el Caribe en colaboración con NACLA (North American Congress on Latin America [en]- Congreso Norte Americano sobre América Latina).
Leer a Coral Herrera es dar una gran bocanada de aire fresco y optimismo estimulante en la lucha por el respeto a la diversidad. Su blog, sus artículos, sus libros y sus ideas son viajes al fondo de lo que se cree obvio y normal. Coral se interesa principalmente en la igualdad de género y en el efecto que han tenido los imaginarios románticos en el modo en que los hombres y las mujeres se relacionan y se ven a sí mismos.
Podría decirse también que Coral Herrera forma parte de una nueva generación de luchadores que empiezan con la igualdad de género pero rehusan quedarse allí. Sus escritos analizan problemas estructurales en las sociedades occidentales. También identifican el malestar expandido en la vida íntima de hombres y mujeres. La idea es hacer una deconstrucción y una crítica honesta a las causas y las consecuencias de las imágenes que se perpetúan y de los imaginarios que defendemos sin siquiera saber por qué.
Coral Herrera es una gran entusiasta de los nuevos medios, en los que comparte gran parte de su trabajo. Pero además de blogger, Coral es también Doctora en Humanidades y Comunicación Audiovisual. Nacida en España y desde hace pocos años residente en Costa Rica, Coral ha trabajado como docente y consultora en UNESCO, ILANUD y AECID, en la Universidad de la Sorbona en París IV y en la Universidad Carlos III de Madrid. Su especialización principal es en género y su punto de partida, el amor romántico. Así, mucho del trabajo que Coral Herrera ha publicado en línea se centra en la defensa de los amores diversos, los mitos y la dimensión política y colectiva de lo que entendemos por amor. En Los mitos románticos, por ejemplo, va a los orígenes de las imágenes que tenemos sobre el amor y les pone el dedo directo en la llaga:
A través del amor romántico, inoculando deseos ajenos, el patriarcado aprovecha para controlar nuestros cuerpos, para heterodirigir nuestro erotismo, para lograr que asumamos los limites que tiene la feminidad y soñemos con la llegada de El Salvador (Jesús, el príncipe azul…) que nos elija como buenas esposas y nos ofrezca el trono del matrimonio.
En cuanto a las estructuras culturales dentro de las que este fenómeno tiene lugar, señala:
En nuestra cultura occidental el amor está constreñido, al menos en el discurso cultural hegemónico. La homofobia es cultural, la transfobia es cultural, el racismo y el especismo son culturales. En la cultura se gesta el miedo a lo otro, a lo diferente; en ella se crean los mitos, las metas, las prohibiciones, los prejuicios, y las obligaciones sociales.
La autora señala también la importancia de las historias que nos contamos dentro de estos contextos. Parte de la moraleja de los trabajos de Herrera es ayudar a darnos cuenta cómo los imaginarios, ideales y objetivos pasan de generación en generación a través de narrativas sobre nosotros mismos que además se ven apoyadas por los círculos dominantes. Sin embargo, de acuerdo a lo que piensan muchos movimientos sociales, lo que se arma en una dirección puede replantearse y tomar otro rumbo:
Lo lógico debería ser poder transformar los relatos, contar nuevas historias, cambiar los modelos idealizados que han quedado obsoletos, construir héroes y heroínas de carne y hueso, crear nuevos mitos que nos ayuden a construir unas sociedades más justas, igualitarias, ecologistas, cultas y pacíficas. Encaminar nuestros esfuerzos al bien común, trabajar para proponer otras realidades, luchar por construir otras nuevas en lugar de huir de lo que hay mediante paraísos emocionales y promesas de salvación individuales.
Los libros se consiguen fácilmente a través de su blog, en el que Coral comparte también sus artículos de prensa y su canal de YouTube, en el que pueden verse algunas de sus conferencias y charlas académicas. Su último libro Bodas diversas y amores queer es «un libro a medio camino entre el ensayo y el relato en el que se mezclan reflexiones teóricas, anécdotas personales, historias de vida y unos cuantos análisis de ritos nupciales románticos alternativos».
¿Por qué la gente se casa tan masivamente?, ¿por qué hay gente que solo se casa una vez en la vida y otros se casan siete veces? (…) ¿por qué todo el mundo pregunta por un bebé pero está mal visto que la novia esté embarazada?, ¿por qué hacemos vídeos románticos de nuestras bodas y torturamos a los más allegados durante meses?, ¿por qué las mujeres invierten tantos recursos en encontrar pareja?,(…) ¿por qué no pueden casarse tres personas que se aman y conviven juntas?, ¿por qué nos emocionamos cuando nos ofrecen matrimonio?, ¿por qué deseamos tanto que nos lo ofrezcan?, ¿por qué la gente aguanta infiernos conyugales tantos años?, ¿por qué hay gente que nunca se casa…?, ¿cómo son las bodas en otras culturas?, ¿qué hay después de las bodas?…
Para profundizar la reflexión sobre la lucha de igualdad de género por internet, presentaremos el trabajo de Coral Herrera en dos partes. Cerraremos esta entrega con la primera parte de una discusión en línea que tuvimos con Coral, en la que hablamos sobre el papel de los nuevos medios en la lucha por la igualdad de género y las luchas que toman forma gracias a las nuevas tecnologías.
Global Voices: ¿Cómo pueden los nuevos medios retar a los viejos en cuanto a la construcción de mitos románticos? / ¿Cómo pueden los nuevos medios caer en el mismo rol de los medios tradicionales?
Coral Herrera: Los medios tradicionales siguen aferrados a los patrones tradicionales y a una visión de mundo totalmente patriarcal y capitalista, nos siguen vendiendo ideología hegemónica en forma de entretenimiento. La publicidad y la cultura de masas transmiten unos valores totalmente egoístas, individualistas, basados en el miedo y en la insatisfacción permanente de esta era del consumo.
Por eso creo que una de las mejores cosas que nos ha pasado en estos últimos años es internet.
Lo que no está tan claro es que podamos vivir de ello, porque nos hemos acostumbrado a que sea todo gratis. Yo misma no puedo apoyar económicamente a la gente que leo por mi situación de precariedad en España primero y luego como emigrante en Costa Rica, aunque pago a la compañía telefónica para estar conectada y poder acceder a todos los contenidos.
Y aunque creo que aún no hemos encontrado la forma de obtener ingresos (aunque sí hay casos de gente que está viviendo de ello), creo que las crisis que estamos viviendo nos están haciendo más conscientes de qué consumimos, de dónde viene lo que consumimos, y en qué condiciones ha sido producido. El consumo de cultura es ahora (y lo será cada vez más) un acto político, una muestra de apoyo a los artistas y las pensadoras que nos ofrecen historias en todos los formatos y soportes posibles.
Internet ha sido beneficioso para la cultura en general porque ahora tenemos acceso a coreografías, esculturas, películas, reportajes periodísticos, videocreaciones, canciones, novelas, ensayos, cuentos, cortometrajes, artículos académicos, fotografías… Los y las creadoras tenemos más libertad a la hora de innovar y de ofrecer otros modelos, otras heroínas, otras situaciones, otras formas de relacionarse. En definitiva, creo que estamos rompiendo con las antiguas estructuras narrativas que nos reducían a conflictos simplificados.
GV: ¿Qué significan las nuevas tecnologías para la lucha por la igualdad de género?
CH: Gracias a internet, todos somos emisores. [Esto nos hace] menos vulnerables a la construcción de la realidad que nos imponen los de arriba, porque podemos desmentir sus afirmaciones, porque podemos visibilizar todo aquello que permanece oculto para que todo siga como está.
Es cierto que tenemos que contar con que la privacidad es inexistente, que nos vigilan, comercian con nuestros datos, y nos censuran, pero pienso que hay que estar en la red de todas maneras.
GV: ¿Qué ventajas ves en el uso de las nuevas tecnologías para las conversaciones sobre género (especialmente en América Latina)?
CH: Pues yo soy muy optimista. Pese a la brecha digital que nos separa, creo que estamos creando redes de información y de reflexión colectiva transnacionales súper importantes. Estas redes nos permiten apoyarnos unas a otras, visibilizar las problemáticas, reunir firmas para hacer incidencia política, convocar acciones en el mundo real que tengan eco en el mundo virtual. Podemos aunar sinergías, prestarnos ideas, copiar modelos que funcionan en otros países y adaptarlos a nuestra realidad local, podemos enseñarnos las unas a las otras, podemos aportar a la construcción de conocimiento colectiva, y podemos modificar las agendas políticas gracias al eco de las acciones en las redes sociales.
En la próxima parte de este trabajo, que será publicada la semana próxima, discutiremos con Coral la evolución de la lucha por la igualdad de géneros y en las discusiones que aún se deben profundizar. Mientras tanto, recomendamos dar una vista al proyecto editorial Haika, impulsado y gestionado por la autora, y desde el que pueden descargarse muchos de sus trabajos.
4 comentarios
Para mí el trabajo de la señorita Herrera no muestra más que la película que es capaz de montar el hembrismo disfrazado de feminismo con tal de seguir viviendo de la industria del género: nadie, ni filósofos, ni sociólogos, sabe nada del amor y en cambio estas «feministas» de los jóvenes y las jóvenas se permiten decirnos a los demás cómo tenemos que pensar, ser, hablar y hasta amar. Luego las llaman feminazis y encima se ofenden.
Curioso el uso de la palabra «señorita» pretendiendo restar credibilidad a la persona que critica. «Nadie sabe del amor» pero a mi se me ha inculcado el amor romántico que describe Coral Herrera desde que tengo memoria, desde el entorno familiar y social hasta los medios de comunicación y cultura de masas, con sus roles de género jerarquizados y sus presiones sociales perc¡judiciales. Yo creo que si tanto le pica a alguien que se remuevan los cimientos, es que ya huelen la mierda desde tu posición y no quieren verla.