Documental vivo: Testimonios de esterilizaciones forzadas

«Este concepto de hablar y escuchar podría sonar bastante simple, pero es realmente poderoso para la comunidad» – María Court, creadora del proyecto Quipu.

Un grupo de mujeres de Huancabamba que contribuyen al proyecto Quipu. (Fotografía de Alejandra Vélez, publicada con permiso).

Un grupo de mujeres de Huancabamba que contribuyen al proyecto Quipu. (Fotografía de Alejandra Vélez, publicada con permiso).

El Proyecto Quipu es un «documental interactivo». No solo investiga y registra historias personales, sino que es un proyecto en marcha dirigido por la comunidad accesible en la red.

Quipu pretende recabar y hacer públicos los testimonios de algunas de las 300 000 personas, mayoritariamente indígenas, afectadas por las campañas de esterilización que se realizaron en Perú durante los años 90, muchas de las cuales nunca fueron informadas convenientemente antes de dar su consentimiento o fueron forzadas a hacerlo.

En la actualidad, Quipu trabaja en un episodio piloto en Huancabamba, al norte de Perú. Esperan propagar el proyecto por todo el país, dando a todos los afectados la oportunidad de contribuir.

Contar la historia por teléfono

Las personas que contribuyen pueden registrar sus historias y escucharlas, solos o acompañados de otras personas, por medio de una línea de teléfono interactiva, aprovechando el creciente acceso a los teléfonos móviles. Las historias estarán así disponibles en la red, en la web de Quipu.

Su objetivo es acabar desarrollando el sistema que permita al protagonista saber si la historia ha sido escuchada. Esta afirmación intenta contrarrestar la exigua representación de estos grupos indígenas en los ayuntamientos y medios locales.

Hay otras razones para este proyecto. El proyecto Quipu funciona como un ejercicio para aprender a contar estas historias tan personales. Como la investigación de estos delitos está en marcha, el juicio podría reabrirse a otros testimonios, en cuyo caso habría una posibilidad de que algunos de estos miembros de la comunidad fueran a la capital del país, Lima, a defender su caso. Si así fuera, esta capacidad para relatar historias no solo tendría un impacto personal, sino también judicial.

Conectar con las comunidades

El Dr. Matthew Brown, especialista en Hispanoamérica de la Universidad de Bristol, colabora con Quipu. En setiembre escribió en el blog del proyecto:

He hablado del proyecto con numerosos peruanos, calibrando las oportunidades que podríamos ofrecer para compensar las muchas dificultades que envuelven el proyecto y las politizadas opiniones que rodean cualquier tema vinculado con el polarizador régimen de Fujimori… las memorias del proyecto masivo de esterilización podrían no haber recibido el mismo nivel de atención política o judicial como las que podríamos considerar violaciones de los derechos humanos más claras y «políticas».

Quizá se deba a fatiga de la memoria, a un deseo de la sociedad peruana de dejar de pensar en el pasado en un momento de relativa bonanza económica. Quizá la causa sea que la crisis económica mundial ha reducido los fondos de que disponen las ONG que apoyan la causa. O quizá se deba a que la mayoría de las víctimas eran mujeres y vivían en provincias, lejos del gobierno central.

El equipo Quipu –que cuando no se encuentra en Perú está radicado en el Chaka Studio [en] de Londres– reconoce que existen dificultades para conectar con esas comunidades, a menudo remotas. Actualmente sus miembros trabajan con la organización local de mujeres Instituto de Apoyo al Movimiento Autónomo de Mujeres Campesinas (AMAMC) de Huancabamba para contactar con mujeres líderes locales.

Un viejo anuncio pintado sobre planificación familiar: «Solo tú puedes decidir».

Un viejo anuncio sobre planificación familiar: «Solo tú puedes decidir». Por Alejandra Velez, publicado con autorización.

Durante el periodo de investigación para el proyecto también organizaron un proyecto para evaluar el interés local. Así se describe en el blog del proyecto:

La recepción por parte de la organización de mujeres de Huancabamba fue increíble. Esperanza, una de sus líderes, comenzó a promover el taller interactivo que estaban organizando en colaboración con Quipu días antes de que llegaran el equipo. Envió un mensaje a través de la radio local, llamando por sus nombres a todas las mujeres invitadas a venir. Sin su ayuda y entusiasmo nunca hubiéramos podido conseguir el éxito que tuvo la prueba de una tecnología tan ajena para la mayoría de nuestros participantes.

Perú es muy diverso geográficamente hablando, y la campaña de esterilización afectó a muchas comunidades indígenas de todo el país, de las montañas del norte a la costa oeste. Muchas de las comunidades, como las de Huancabamba, hablan español. No obstante, otras, como los grupos incas que viven cerca de Cuzco, hablan quechua. Es probable, dice María Court, que pongan en marcha un programa de traducción para alojar otras lenguas.

Un folleto del proyecto Quipu que anuncia el programa. Publicado con autorización.

Un folleto del proyecto Quipu que anuncia el programa. Publicado con autorización.

«Quipu» es un antiguo sistema de comunicación inca hecho de hilos anudados, no muy distinto de un «hilo colectivo de historias orales».

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