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¿Quién vive realmente en las casas construidas tras el terremoto de Haití?

Categorías: Caribe, Haití, Desarrollo, Economía y negocios, Gobernabilidad, Medios ciudadanos, Periodismo y medios, Política, Respuesta humanitaria

Esta es una versión editada y condensada de artículo original [1] [en] de Haiti Grassroots Watch [2] [en] del 8 de enero de 2014 y se reproduce en Global Voices como parte de un acuerdo de difusión de contenido.

Cuatro años después del terremoto del 12 de enero [3] [en], las preguntas rondan en torno a los cuatro principales proyectos de vivienda post desastre, construidos por los gobiernos de René Préval [4] y Michel Martelly [5]. ¿Quién vive ahí? ¿Quién los administra? ¿Pueden los habitantes pagar los alquileres o hipotecas? ¿Son los ocupantes las víctimas del terremoto?

Según algunos estimados, la catástrofe mató a unas 200,000 personas y dejó a 1.3 millones sin hogar de la noche a la mañana. Pero los nuevos proyectos no necesariamente alojan a las víctimas del terremoto, de los cuales 200,000 siguen vivendo en carpas o en las tres nuevas barriadas llamadas Canaán, Onaville y Jerusalén.

Empty homes at the heart of the Lumane Casimir Village. Photo: HGW/Marc Schindler Saint-Val

Casas vacías en el corazón de la aldea Lumane Casimir.
Foto HGW/Marc Schindler Saint-Val

Una investigación de Haiti Grassroots Watch [6] [en] que incluye más de 20 entrevistas y muchas visitas, descubrió que, aunque eran familias recién alojadas –muchas, probablemente la mayoría– no necesariamente eran víctimas del terremoto. Varias otras se ven afectadas de falta de servicios y persistentes actos de vandalismo, robos y desperdicios.

Casas muy costosas

El 21 de julio de 2011, el presidente Martelly, el expresidente estadounidense Bill Clinton [7] y el entonces primer ministro Jean Max Bellerive [8] [en] inauguraron la Exposición de vivienda: una feria que presentaba unos 60 modelos de casas en Zoranje.

La exposición fue uno de los primeros proyectos aprobados por la Comsión Interina de Recuperación de Haití [9] [en] y costó más de US$2 millones de dinero de reconstrucción pública. Empresas constructores extranjeras y haitianas también gastaron otros dos millones de dólares. El objetivo era brindar modelos para las agencias y empresas comprometidas en la construcción de viviendas luego del terremoto.

Todos coinciden en que la exposición fue un fracaso. Pocos visitaron el lugar y menos aun eligieron uno de los modelos –muchos de los cuales eran muy costosos para los parámetros haitianos [10] [en]- para su proyecto.

Según David Odnell, director de la Unidad para la Construcción de Viviendas y Edificaciones Públicas (UCLBP) [11] [en], una de las tres agencias del gobierno involucradas con el asunto de la vivienda:

Hubo algunos ejemplos realmente raros. Algunos no tenían nada que ver con la manera en que los haitianos vivimos o pensamos acerca de las viviendas. Fue algo completamente importado.

Hoy, rodeadas de hierba y cabras, las casas rotas y arruinadas son hogar de docenas de ocupantes ilegales.

Una joven embarazada que dijo que sus padres eran “arrendatarios”, explicó:

Todas las casas tienen nuevos dueños. Las han usurpado.

A woman cooking in front of a model house on the Expo site.  Photo: HGW/Marc Schindler Saint-Val

Una mujer cocina frente de una casa modelo del lugar de la exposición. Foto: HGW/Marc Schindler Saint-Val

La joven que dijo que era “dueña” de la casa de la muchacha, estaba sentada cerca con un bebé. Ambas mujeres quisieron permanecer en el anonimato, pero le alegró compartir su historia:

No seguí ningún procedimiento para conseguir esto. Solamente lo tomé. Mi hermano era guardia de seguridad. Nadie nos pidió pagar nada y nadie dijo nada. De todas maneras, ¿quién pagaría?

Según por lo menos cuatro habitantes y un consultor del gobierno, todos los ocupantes ilegales ya vivían en Zoranje. Muchas de las unidades ahora se alquilan.

En una entrevista de noviembre de 2013, el arquitecto Odnell estuvo de acuerdo:

Sí, eso es posible, y ya saben por qué. Hay un vacío… y ahí no hay autoridad. Pero [el proyecto] no es exactamente un desperdicio. Lo calificaría de planificación deficiente, porque las casas siempre se pueden recuperar.

Patrick Anglade, contraparte de Odnell en la agencia gubernamental Fondo para Asistencia Social y Económica (FAES por su nombre en inglés) [12] [en], dijo casi lo mismo:

Aparte de la semana de inauguración, el proyecto quedó olvidado. Nadie va por ahí porque nadie estaba realmente administrando el proyecto. Las empresarios se fueron y nadie promocionó las casas. Es un problema que se puede solucionar, pero tenemos que averiguar cómo hacerlo.

Reino de ocupantes ilegales

Otro nuevo proyecto está prácticamente al otro lado de la calle de la exposición: 128 departamentos construidos por el gobierno venezolano por US$ 4.9 millones (según sus cifras) durante la presidencia de Hugo Chávez. Se les conoce como “Kay Chávez yo” – “Las casas Chávez”.

Resistentes a los sismos, con dos dormitorios, un baño, sala de estar y cocina y pintadas en brillantes colores, hoy la mayoría de casas albergan a personas que simplemente derribaron las puertas y se instalaron. Solamente 42 de las 128 tienen habitantes “legales”: familias invitadas por la Embajada de Venezuela. Estuvieron vacías durante 15 meses, y algunas fueron objeto de saqueos [13] [en]. Se robaron mobiliario, inodoros, lavabos y otros artículos, incluidas bombas de agua.

Los habitantes ya están haciendo ajustes: cambian puertas, agregan ventanas, construyen entradas y cercas.

One of "The Chavez Houses". Photo: HGW/Marc Schindler Saint-Val

Una de las «Casas Chávez». Foto: HGW/Marc Schindler Saint-Val

Rodeado por hombres del barrio, Jules Jamlee se sienta en una silla rota al frente de una casa que está creciendo con la adición de un dormitorio extra. Como sus amigos, insiste en su derecho a “su” casa:

El presidente sabe muy bien que somos revolucionarios. Puede amenazar pero sabe que no estamos de acuerdo con eso.

El proyecto inmobiliario todavía carece de agua y los habitantes se quejan de que la falta de agua adecuada significa que los inodoros no funcionan bien. En cambio, muchos de los habitantes usan las áreas cercanas cubiertas de maleza para sus necesidades fisiológicas.

Cuando Haiti Grassroots Watch visitó en junio de 2013, los periodistas se enteraron que seis de los diez habitantes encuestados dijeron que caminan para recoger agua en baldes. Cuatro dijeron que sus baños no funcionan.

Mala calidad

Conocido como el proyecto 400% o “400 en 100” porque Martelly prometió que se construirían 400 casas en 100 días, el proyecto cercano de US$ 30 millones, financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo [14], se inauguró el 27 de febrero de 2012. El complejo tiene tres kilómetros de calles pavimentadas, sistema de agua (que carecía de agua hasta hace poco), sistema eléctrico, iluminación en la calle y una plaza con cancha de baloncesto.

Pero no todos los nuevos habitantes son víctimas del terremoto. Muchos son trabajadores de la administración pública. Hubo apuro en llenar las casas al comienzo. Y hay otras complicaciones, porque las casas no son regalos. Los habitantes deben pagar una hipoteca de cinco años.

Las hipotecas oscilan entre los US$ 39 y US$ 46 al mes. El contrato dice que “la falta de pago por parte del arrendatario/beneficiario por tres meses consecutivos resultará en una penalidad de 5% por cada mes no pagado» y que “la falta de pago puede llevar a la expulsión”.

El contrato ha causado gran cantidad de quejas. Yves Zéphyr, padre de familia desempleado con dos hijos que ha vivido en el complejo desde noviembre de 2012, anotó:

El presidente no nos dio una casa. Nos la está vendiendo. Son demasiado caras. ¿Qué puede hacer una persona en este país si no hay trabajo? ¿Cómo puede una persona encontrar 1,500 gourdes (US $39) al mes?

FAES admite que enfrenta un desafío:

No estamos llegando al 100% de los pagos, ni al 70%. Al menos el 30% está retrasado.

Una pequeña encuesta de Haiti Grassroots Watch da un idea de por qué algunas personas están atrasadas. La mitad de los habitantes encuestados dijeron estar sin trabajo.

Cuando se lanzó el proyecto, el gobierno recibió financiación para preparar el terreno, construir las casas e instalar el sistema de electricidad, pero no para los verdaderos servicios necesarios en un complejo de viviendas, como agua, sistema de limpieza séptica, mercado, colegios, una clínica, transporte a precios asequibles al centro. Odnell de UCLBP explicó:

The unused toilet of one resident, who said the septic system  is not deep enough. Photo: HGW/Marc Schindler Saint-Val

El baño no usado de un habitante, que dice que el sistema séptico no es muy profundo. Foto: HGW/Marc Schindler Saint-Val

Tenemos espacio para todos los servicios necesarios, Todos estaban en el plan inicial, pero no pudimos lograrlos todos. Al final, solamente pudimos construir las casas. Recién pudimos poner agua hace poco, una vez que buscamos y tuvimos el financiamiento necesario.

Aunque muchos habitantes dicen que están contentos con sus nuevos hogares, también hubo problemas. Algunos techos goteaban cada vez que llovía, y los habitantes decían que la electricidad era muy escasa. Algunas de las casas habían sido objeto de saqueos antes que los habitantes se mudaran: los techos de lata y los inodoros habían desaparecido. Los sistemas sépticos de algunas de las casas también causaron problemas.

¿A la altura del desafío?

El gobierno haitiano reconoce que enfrenta un enorme desafío. Cerca de 150,000 víctimas del terremoto todavía viven en 300 campos y otros 50,000 viven en las nuevas barriadas que se extienden en Canaán, Onaville y Jerusalén. La mitad de los campos no tienen servicios sanitarios y solamente el 8% cuenta con agua, según un informe de octubre de 2013 del UCLBP y de la Coordinación del Campo y Administración del Campo (CCCM)/Refugio. Habitantes de más de 100 campos están en peligro inminente de ser desalojados. En diciembre, 126 familias se vieron obligadas a dejar sus casas y cabañas en Canaán, cerca de la aldea Lumane Casimir.

Según el gobierno, el déficit de vivienda solamente aumentará mientras la gente siga saliendo del campo y de ciudades más pequeñas y se mude a las ciudades.

Según la nueva Política de vivienda y planeamiento urbano (PNLH, por su nombre en inglés) [15] [en] de UCLBP:

Haití necesita cumplir el desafío de construir 500,000 nuevas casas para satisfacer el actual déficit de vivienda entre hoy y 2020.

La nueva política es ambiciosa pero vaga. El lenguaje del documento sugiere que el gobierno buscará resolver el déficit en sociedad con el sector privado. Aunque esta clase de orientación no necesariamente debe hacerse sin más trámite, ya con los proyectos de la aldea Lumane Casimir Village, las 400% y las Casas Chávez, parece que el gobierno no va a construir viviendas sociales que estén al alcance de la mayoría de haitianos.