- Global Voices en Español - https://es.globalvoices.org -

La red del Cáucaso: las sutilezas de la censura

Categorías: Asia Central y Cáucaso, Europa Central y del Este, Rusia, Medios ciudadanos, RuNet Echo
9 June 2013, photo by Sergey Ponomarev.

9 de junio de 2013, foto de Sergey Ponomarev.

Este artículo es parte de un extenso estudio de RuNet Echo [1] [en] sobre la blogósfera en el  Norte del Cáucaso. Explora el reportaje completo y las historias personales en la página de La red del Cáucaso [2].

En su artículo [3] [en] del 2010 para el Centro para Internet y Sociedad de la Universidad de Harvard, Bruce Etling, Karina Alexanyan, John Kelly, Rob Faris, John Palfrey y Urs Gasser describieron la censura del Internet ruso como “autoritarismo disputado”:

Primero, por muchos aspectos, Rusia es en el mejor de los casos una democracia electoral débil y algunos afirman que representa un nuevo tipo de regimen híbrido que podría ser llamado “autoritarismo disputado.” Cualquiera sea la manera que se decida catalogar el sistema político de Rusia, la mayoría de los observadores están de acuerdo en que el gobierno mantiene un estricto control sobre la política y la economía, y en menor medida sobre los aspectos cruciales de los medios de comunicación y la sociedad. El sistema no es tan restrictivo como el de la Unión Soviética, pero está muy lejos de ser libre.

Los mecanismos de censura del Internet en el Norte del Cáucaso no son radicalmente diferentes del resto de Rusia. Aunque las autoridades locales de la región normalmente tratan a la blogósfera como inofensiva, los esfuerzos para censurar contenido en línea han aumentado gradualmente, según blogueros y profesionales contactados para este estudio. A pesar de que el clima político de Rusia ha cambiado en los años recientes, el gobierno explota cada vez más los restos de la antigua estructura de la Unión Soviética. 

En el 2012, RIA Novosti reportó [4] [ru] que oficiales de vigilancia rusos firmaron un multimillonario contrato en dólares con la empresa de informática “Iteranet” para un proyecto diseñado con el fin de monitorear la blogósfera rusa a una escala masiva.

Incluso sin la participación activa del gobierno hoy en día, la sociedad rusa —tanto en el corazón como en el norte del Cáucaso—está acostumbrada a la expurgación de materiales públicos políticamente delicados.

Al igual que la mezcla nacional de censura formal e informal de Rusia, el control sobre la blogósfera del Norte del Cáucaso es notable por su sutileza. De hecho, el proceso depende principalmente de intermediarios en la industria de las telecomunicaciones supervisando meticulosamente las redes sociales de la región, así como de la autocensura de los propios blogueros. 

El fantasma de la autocensura

La mayor parte de la censura que enfrentan los blogueros en el Norte del Cáucaso es auto impuesta. Es raro que los blogueros puedan citar casos de presión externa de las autoridades o «roces con la ley» con respecto a algo cuestionable publicado en línea.

En mis propias entrevistas a muchos blogueros de cada región del Norte del Cáucaso, la abrumadora mayoría confesó censurar sus propios escritos al abordar ciertos temas. En la mayoría de los casos, dicen que tienen un especial cuidado cuando escriben acerca de temas que conciernen al estado, las tradiciones culturales o la religión organizada. Los pocos que negaron tales precauciones son individuos en los extremos del espectro político: los partidarios activos del gobierno y los opositores comprometidos.

De acuerdo con Interkavkaz (una red dirigida a promover el periodismo independiente), los blogueros practican la autocensura más para ampliar las oportunidades de empleo que para evitar represalias de las autoridades. 

Los opositores políticos activos que contacté me dijeron que algunas personas adaptan su manera de bloguear para encajar con la retórica afín al gobierno, en un esfuerzo por promover sus carreras dentro de la burocracia gubernamental, en la que todavía se pueden conseguir trabajos con relativa facilidad en el Norte del Cáucaso.

En la mayoría de los casos, sin embargo, la autocensura tiene el objetivo más pasivo de proteger el statu quo de un individuo, de no «complicar el asunto».

Control excesivo

Además de la autocensura, las personas involucradas en el mantenimiento de las redes sociales y la industria de las telecomunicaciones en el Norte del Cáucaso también juegan un papel en el manejo de contenido de la blogósfera de la región. Lo siguiente atañe a blogs que alguna vez fueron albergados en la sección norcaucasiana de PublicPost, la cual cesó sus operaciones el 1 de julio de 2013.

El acceso a Internet en el Norte del Cáucaso no está filtrado en su mayor parte, ni en conexiones privadas ni en espacios públicos como cafés o bibliotecas. A pesar de esta apertura, la blogósfera de esta región es monitoreada de cerca por posibles reportajes investigativos sobre temas relacionados con los derechos humanos y la corrupción. La publicación de comentarios informales sobre estos temas —o incluso las visitas frecuentes a sitios en la red de defensa de los derechos humanos—puede ser suficiente para causar una visita [5] [ru] de funcionarios del estado o autoridades de las telecomunicaciones.

Personal de las oficinas ejecutivas de la región monitorean cualquier blog que critique la actuación del gobierno. Según Magomed Mutsolgov, un abogado de derechos humanos y prominente bloguero de Ingusetia (a quien entrevisté para este estudio), la policía y los departamentos antiterroristas vigilan a los blogueros que se interesan en temas relacionados con los derechos humanos, especialmente operaciones antiterroristas. Mutsolgov asegura además que los métodos para censurar el contenido van desde una solicitud cortés hasta la eliminación de material, el ofrecimiento de sobornos y algunas veces amenazas concretas.

Según un empleado de la ya desaparecida plataforma de blogueo PublicPost, los dos principales métodos de monitoreo del Internet por parte del gobierno encajan dentro de lo que se podría describir como «barrida masiva» y «práctica de tiro al blanco». La última táctica consiste en señalar blogueros problemáticos, ponerlos bajo vigilancia regular y presionarlos para que caigan en alguna forma de autocensura. En el 2009, por ejemplo, muchos amigos y colegas del personal de Chernovic [6][ru], el periódico de oposición más prominente de Dagestán (que mezcla medios tradicionales y blogueo), padecieron una ola de citaciones y «conversaciones» informales pero acosadoras diseñadas con el propósito de intimidar a la publicación para que no acoja reportajes críticos.

La “Barrida masiva ” conlleva el cierre de blogs que publican frecuentemente ciertas palabras claves que las autoridades han determinado que son cuestionables. En entrevistas con empleados de muchas plataformas de blogueo (conducidas en condición de anonimato), los entrevistados explicaron que las decisiones de inhabilitar a ciertos usuarios son tomadas generalmente por los dueños de las plataformas de blogueo. Hasta donde tienen conocimiento los empleados, estas decisiones buscan prevenir la necesidad de una interferencia policial, pero las motivaciones también podrían ser financieras. Los dueños de las plataformas de blogueo de la región normalmente son reacios a permitir a los usuarios afiliarse al servicio con campañas políticas polémicas.

Plataformas como LiveJournal y Facebook disfrutan de reglas menos severas y generalmente parecen estar libres de vigilancia directa, según una entrevista con un asesor del presidente de Ingusetia, quien afirma que de hecho el gobierno disfruta de una buena relación con los líderes de plataformas como LiveJournal.

Cuando se toma la decisión de llevar a cabo una purga, la gerencia de la plataforma contrata a aproximadamente cinco personas, que pasan cerca de dos meses escudriñando blogs y comentarios buscando contenido desencadenado por palabras claves como «Rusia unida», «Putin», “Surkov,” “Kadyrov,” “Pussy Riot,” “Khorodkovsky,” etc. Los blogueros que usan tales palabras frecuentemente están en riesgo de perder su cuenta sin ninguna advertencia o explicación. Aunque no hay records de blogueros reclamando estás prohibiciones, los empleados de ciertas plataformas de blogueo me aseguran que esas «barridas masivas» ya son tan corrientes que no consiguen ninguna publicidad en la blogósfera o en los medios.

La práctica de la censura tiende a debilitarse cuando el blogueo aborda temas o eventos que producen una gran conmoción. En estas circunstacias, los blogueros se movilizan como comunidad, organizando a menudo protestas específicas.

En el 2010, uno de estos eventos impactantes —la violación en pandilla de la niña de trece años de edad Zalina Alubova [7]— [ru] puso en acción a la blogósfera de Dagestán en contra de la ineficiencia percibida de los cuerpos policiales. La indignación de los blogueros finalmente se trasladó a las calles donde los manifestantes (coordinados a través de mensajes en LiveJournal y Facebook) trataron de presionar [8] [ru] a la policía para que redoblara la investigación. El potencial democrático de la movilización ciberurbana sufre sin embargo por el déficit de atención que caracteriza el Internet y es por lo general breve. Casos más complejos y extendidos salen de la luz pública mucho antes de que la necesidad de apoyo público termine.

En otro caso destacado, Shami Abdulaev afirmó haber sufrido tortura durante una detención policial ilegal bajo el cargo de robo armado. Nariman Gadzhiev [9] [ru], un prominente bloguero y periodista en Dagestán (donde a menudo estas dos identidades se superponen) lanzó una petición en línea para apoyar a Abdulaev, escribiendo:

Друзья я опять к Вам с просьбой, нужна Ваша помощь , для того чтобы невиновного человека наконец выпустили из тюрьмы. К нам обратилась его тётяКлименкова Диана Гамидовна [10]. Вот как оказывается просто за неправильную фамилию можно схлопотать приличный срок. […] Теперь очередь за нами надо добиться чтобы судьбой паренька занились наши депутаты государственной Думы и Представитель Дагестана в Москве.

Amigos, una vez más debo pedirles un favor. Se necesita ayuda para que un hombre inocente pueda ser puesto en libertad. Su tía Diana Gamidovna Klimenkova nos ha contactado. Parece que podría enfrentar una larga sentencia sólo por tener el apellido equivocadoI. […] Ahora es nuestro turno de asegurarnos que nuestros delegados en el parlamento federal y el representante de Dagestán en Moscú intervegan en el destino de este compañero.

A pesar que los blogueros respondieron a la petición de Gadzhiev haciéndola circular y discutiéndola en línea, la corte condenó [11] [ru] a Abdulaev y lo sentenció a cinco años de cárcel, a pesar de la abrumadora evidencia de que la policía lo detuvo injustamente y obtuvo evidencia usando la tortura.

Aunque la censura ciertamente existe en el Norte del Cáucaso, no es particularmente ingeniosa o tecnológicamente avanzada. Depende de mano de obra, no de máquinas. (En comparación, el gobierno de Azerbaiyán [12][en] en sus esfuerzos de vigilancia ha comprado software especial a Israel y se ha unido a compañías de telemercadeo suecas). Por ahora, las autoridades de la región parecen conformes dependiendo principalmente de los distintos grados de autocensura en lo que se refiere a la vigilancia del Internet. Mientras tanto, la capacidad de la blogósfera de movilizar al público en general continúa siendo limitada, dejando al Internet como medio poco fiable para sostener el vibrante discurso público.

Este artículo es parte de un extenso estudio de RuNet Echo [1] [en] sobre la blogósfera en el  Norte del Cáucaso. Explora el reportaje completo y las historias personales en la página de La red del Cáucaso [2].