Costa Rica se prepara para reñidas elecciones presidenciales

Foto de Ingmar Zahorsky en Flickr, bajo licencia Creative Commons  (CC BY-NC-ND 2.0)

Foto de Ingmar Zahorsky en Flickr, bajo licencia Creative Commons (CC BY-NC-ND 2.0)

Costa Rica está a pocos días de elegir presidente en medio de una de las elecciones más reñidas en la historia del país. Todos los sectores tienen opciones de lograr la presidencia -izquierda, centro y derecha. Sin duda alguna, una clara muestra de una fiesta democrática.

Según la ultima encuesta de Unimer para el periódico La Nación, hay tres candidatos empatados en el primer lugar: José Maria Villalta (Frente Amplio), Johnny Araya (Liberación Nacional) y Otto Guevara (Movimiento Libertario).

Según los datos suministrados por la empresa Unimer el pasado 16 de enero de 2014, José María Villalta tiene un respaldo de 22.2%, Johnny Araya de un 20.3% y Otto Guevara un 20.2%. Tomando en cuenta el margen de error de 2.2 puntos porcentuales, se puede considerar un empate técnico. Los otros dos candidatos de los cinco con mayor cantidad de seguidores presentaron números muy bajos: Luis Guillermo Solís (Partido Acción Ciudadana) con un 5.5% y Rodolfo Piza (Partido Unidad Social Cristiana) con un 3.6%.

Claramente, estos números encendieron las luces de alarma en la campaña del partido oficialista Liberación Nacional, ya que siempre habían estado en primer lugar con datos muy alentadores, donde incluso una segunda ronda no era considerada.

En cambio, otra encuesta de Cid Gallup para Noticias Repretel, que se publicó el día 28 de enero, muestra a Johnny Araya con un 35.6%, seguido por José Maria Villalta con un 21%, en tercer lugar a Otto Guevara con un 17.6%, en cuarto lugar Luis Guillermo Solis 15.6% y con un 6.5% Rodolfo Piza.

Estas son unas elecciones con múltiples contrastes, donde un partido tradicionalmente minoritario como el Frente Amplio (etiquetado de izquierda) ha tenido un apoyo que ni el más de los optimistas hubiera pronosticado; donde Luis Guillermo Solis en los últimos dos meses ha presentado un avance y apoyo popular, principalmente entre los jóvenes; y donde la situación del actual gobierno ha afectado muy duramente a su candidato Johny Araya, que bajó mucho en las encuestas, si bien ya se encuentra estable.

Estas pueden ser, sin duda alguna, las elecciones que marquen una generación y definan claramente el futuro del país de una forma radical.

Juan Carlos Hidalgo, analista político sobre América Latina en el Cato Institute, dice:

La de este domingo es quizás la más importante que hemos enfrentado en una generación: el 2 de febrero tenemos ante nosotros una clara disyuntiva: seguimos igual, retrocedemos o avanzamos.

Las redes sociales han servido de caja de resonancia en la discusión política cotidiana. Antes, discutíamos entre familia y amigos. Hoy, nos vemos enfrascados en interminables discusiones con desconocidos sobre una amplia gama de temas.

Es claro que la baja popularidad del gobierno actual de la presidenta Laura Chinchilla afectará el resultado de las elecciones, y principalmente al Partido Liberación Nacional. El lema en prácticamente todos los anuncios publicitarios de los otros partidos políticos enfatiza el cambio que Costa Rica necesita.

También es claro que, como nunca antes en la historia del país, la población esta informándose, gracias a las redes sociales y al acceso digital a los planes de gobierno de los candidatos. Si bien antes existían ambas cosas, ahora se han convirtido en una herramienta que los partidos políticos están aprendiendo a utilizar. Definitivamente, estas elecciones marcarán un antes y un después de cómo se hace política en el país.

Los candidatos han estado usando las redes sociales para hacer aclaraciones, desmentir rumores e informar sobre sus propuestas.

Reiteradamente, a Johnny Araya lo han atacado por su labor en la Municipalidad de San José, puesto que ocupó por más de 20 años, donde como él dice, si bien lo denunciaron en múltiples ocasiones por delitos como peculado y enriquecimiento ilícito, ninguna acusación llegó a una condena en contra y la mayoría fueron desestimadas por la fiscalía.

A Luis Guillermo Solis últimamente lo están atacando por su posición a favor del aborto en el caso de violación y por una aparente alianza con el partido Frente Amplio, alianza que él ha negado cada vez que le mencionan el tema.

Otto Guevara ha centrado su campaña en la generación de nuevos empleos y en la reducción del precio de la luz.

José Maria Villalta fue el candidato que comenzó a marcar la diferencia con la oposición al continuismo, estrategia que todos los demás partidos imitaron al notar lo efectiva que estaba resultando.

El escenario después de las elecciones es incierto. Si bien unos candidatos abogan por aumentarle impuestos a la “clase media privilegiada”, favorecer a los sindicatos y rechazar los tratados de libre comercio, otros abogan por las aperturas, reducir los monopolios del estado, eliminar privilegios de los trabajadores del sector público y en ciertos casos aumentar algunos impuestos.

La mayor crítica que se les puede hacer a todos los candidatos es la falta de ideas de cómo solucionar claramente los problemas actuales como infraestructura, déficit fiscal, evasión fiscal o educación. Todos mencionan estos temas en sus planes de gobierno pero no dicen en suficiente detalle cuál va a ser el mecanismo que utilizarán para combatir todos estos problemas. Que esto quede como lección para las próximas elecciones en cuatro años.

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