El parlamento ruso prepara nuevas leyes «antiterroristas» para censurar Internet

Graffiti en Moscú, junio de 2013. Foto de Victor Griga. CC 3.0.

Graffiti en Moscú, junio de 2013. Foto de Victor Grigas en Wikimedia Commons (CC BY-SA 3.0)

Una nueva ola de represión en Internet parece acechar Rusia, donde la Duma revisa tres nuevas proposiciones de ley «antiterroristas» que podrían añadir fuertes restricciones a las actividades de operadores de webs y organizadores de la sociedad civil.

Dos de los anteproyectos tratan las atribuciones supervisoras del gobierno: uno impondrá nuevas exigencias que obligarán a los operadores de webs a informar de cualquier movimiento de sus usuarios, y el otro fija las sanciones por los delitos relacionados con el terrorismo. El tercero creará nuevas restricciones a personas y organizaciones que acepten donaciones anónimas a través de servicios en línea como PayPal, una medida que podría tener un impacto particularmente severo en los pequeños grupos de la sociedad civil.

Las tres proposiciones de ley

La primera de las tres leyes propuestas (Iniciativa Legislativa 428884-6 [ru]) impone nuevas exigencias en cuanto a archivos de datos y notificaciones obligatorias, concediendo al gobierno federal amplia jurisdicción. El artículo más inquietante del anteproyecto estipula que «personas o entidades legales» que «[organicen] la difusión de información o el intercambio de información entre usuarios de Internet están obligadas a almacenar toda la información sobre la llegada, transmisión, distribución y procesamiento de datos de voz, texto escrito, imágenes, sonidos y otros tipos de acción» que se produzcan mientras se utiliza su web. Estos archivos deben reflejar los últimos seis meses de actividad.

Parece que esta obligación se aplicará a propietarios y operadores de webs y servicios de todo tipo, desde multinacionales como Facebook a plataformas de debate y pequeños blogs comunitarios.

Los «organizadores» de webs también tienen que «informar» (уведомить) a los servicios rusos de seguridad cuando los usuarios utilicen por primera vez sus páginas, y cada vez que los usuarios «intercambien información». Si se interpreta literalmente, este requisito podría exigir un trabajo prácticamente imposible de realizar a administradores de blogs, medios sociales y otras plataformas de debate con grandes cantidades de usuarios.

La legislación también incluye una ambiciosa nota sobre jurisdicción, pretendiendo que se aplique a todas las webs a las que acceden ciudadanos rusos: «En el caso de que el organizador del servicio de comunicación se ubique fuera de las fronteras de la Federación Rusa, pero el usuario de los servicios se ubique dentro del territorio ruso, la ubicación del servicio proporcionado es la Federación Rusa». Las incoherencias jurisdiccionales y las normas de derechos humanos internacionales harían una política así prácticamente imposible de implementar.

Finalmente, la legislación propone multas para los propietarios de webs que no cumplan la ley, amenazando a las entidades legales (como Facebook, Vkntakte, Twitter) con multas de hasta 6000 dólares por infracción. También resulta difícil imaginar cómo se implementaría un esquema así a través de fronteras internacionales.

La segunda ley propuesta (Iniciativa Legislativa 428889-6 [ru]) ampliará el poder de la policía y aumentará las multas por terrorismo. Esta ley asigna al Servicio de Seguridad Federal (la sucesora de la KGB en la Rusia postsoviética) el derecho de inspeccionar a viajeros, hasta ahora privilegio de la policía. También incrementa el máximo de las sentencias de prisión para varios delitos relacionados con el terrorismo.

Finalmente, la tercera ley propuesta (Iniciativa Legislativa 428896-6 [ru]) impondrá nuevos límites a las transferencias de dinero en la red. Este anteproyecto limitará aún más las transacciones financieras internacionales en línea en las que el operador de dinero electrónico (como PayPal, Yandex.Dengi, WebMoney) no conozca la identidad legal del cliente. La legislación también eleva los costes operativos de las ONG, a las que exige informar de cualquier gasto a partir de 3000 dólares que se dedique a donaciones en el extranjero (actualmente, las ONG deben informar cuando la suma sobrepasa los 6000 dólares).

Las restricciones propuestas a las transferencias anónimas de dinero en la red son significativas. Actualmente, en Rusia se pueden depositar hasta 1200 dólares en una sola cartera virtual anónima, y se pueden pagar casi 450 dólares de esa cuenta en una simple transacción. Con la nueva legislación, los rusos solo podrán gastar un máximo de 450 dólares por mes natural de sus cuentas virtuales anónimas, y el total de las transacciones diarias estará limitado a algo menos de 30 dólares (1000 rublos).

¿Se congela la cartera electrónica de la sociedad civil?

¿Cuánto dinero envían habitualmente los internautas rusos cuando transfieren rublos por Internet? Consideremos la campaña a la alcaldía de Moscú de Alexey Navalny en 2013, que se financió sobre todo con donaciones en la red a través de Yandex.Dengi (un servicio similar a PayPal). La auditoría pública [ru] que hizo Navalny de sus donaciones en línea aún se puede consultar, y a primera vista está claro que un elevado número de las transferencias estaban muy por encima de los 1000 rublos.

Quizás anticipando la reacción negativa ante las nuevas restricciones a las transferencias anónimas de dinero en la RuNet, a finales de diciembre de 2013, la Duma elevó el balance máximo autorizado [ru] de las cuentas en línea identificadas (es decir, las que no son anónimas) de 100 000 rublos (3000 $) a 600 000 rublos (casi 18 000 $).

Arkady Babchenko en una entrevista el 18 de marzo de 2012. Captura de pantalla de YouTube.

Arkady Babchenko en una entrevista el 18 de marzo de 2012. Captura de pantalla de YouTube.

De hecho, el potencial impacto de la legislación en proyectos financiados popularmente (como la campaña de Navalny a la alcaldía, sus organizaciones anticorrupción y otras iniciativas populares) ha provocado una gran alarma en la blogosfera rusa. El escritor y activista Arkady Babchenko, que dirige un grupo cívico llamado «Periodistas sin Intermediarios» [ru], publicó un emotivo artículo en su blog [ru] del Eco de Moscú en el que declaraba que la nueva legislación destruiría cualquier esfuerzo de financiar su proyecto, financiación que promueve incansablemente en este medio social (que dirige a sus lectores a la cuenta del grupo en Yandex.Dengi). «Ahora puedo dar carpetazo al proyecto con la conciencia tranquila», anunció con pesimismo.

El «gurú» de la RuNet Anton Nosik blogueó [ru] en términos similares en LiveJournal, afirmando que los rusos que pidan pizzas por Internet que cuesten más de 1000 rublos se arriesgan a acabar etiquetados de «terroristas». Utilizando una hipérbole aún mayor, el economista y concejal Konstantin Yankauskas proclamó en una entrada de Facebook [ru] que «con el pretexto de luchar contra el terrorismo, la Duma Federal está preparando el cierre de Yandex.Dengi». Al igual que Babchenko, Yankauskas dirige su propio grupo cívico financiado popularmente, un periódico local en el suburbio moscovita de Zyuzino.

Resulta llamativa la forma en que Babchenko, Nosik y Yankauskas minimizan el hecho de que las limitaciones propuestas para las transferencias de dinero en Internet solo se aplican a las cuentas anónimas. Lo más probable es que estos temores tengan su raíz en la suposición de que los rusos solo donarán a las iniciativas cívicas si pueden hacerlo de forma anónima, sin alertar a las autoridades de sus movimientos de ostensible apoyo a la oposición.

Estas reformas previstas pueden estar diseñadas para forzar que los simpatizantes de la sociedad civil rusa se den a conocer, y así reducir su número. Incluso ahora que los anteproyectos aún no son ley, grupos cívicos como los de Babchenko y Yankauskas están lejos de tener un gran éxito. Periodistas sin Intermediarios tiene solo 110 «likes» en Facebook y «Yo vivo en Zyuzino» tiene menos de 300 seguidores [ru] en Vkontakte. Mientras el propietario de la primera web se apresura en anunciar la clausura de las operaciones y el director de la segunda concluye inmediatamente que «Yandex.Dengi cerrará», parece que algunas iniciativas en línea poco exitosas podrían utilizar la nueva ola de represión en la RuNet para ahorrarse el ordinario bochorno de la impopularidad.

Según el diario Vedomosti [ru], ya hace un tiempo que se trabaja en las propuestas, pero la reciente oleada de atentados terroristas en la ciudad de Volgogrado ha acelerado el proceso. Cuatro de los valedores de las leyes han sido profesionales del aparato ruso de seguridad (un antiguo fiscal, dos ex agentes de las SSF y un antiguo vicepresidente del «Comité de Política de Información» federal). Los borradores se escribieron en reuniones a puerta cerrada con representantes de Rosfinmonitoring (agencia que lucha contra el blanqueo de dinero), el Servicio de Seguridad Federal y el Ministerio de Interior.

Sean cuales sean los motivos de los legisladores rusos y las estrategias recaudadoras de los grupos cívicos, esta maniobra para eliminar la privacidad de los intercambios en línea enfriará inevitablemente la organización autónoma de los internautas del país. Uno de los autores de los anteproyectos, Oleg Denisenko, llegó a admitir [ru] al diario Kommersant que la legislación «será impopular». Cuando la Duma debata y revise las proposiciones de ley, Denisenko sabrá si sus colegas están de acuerdo en que la lucha contra el terrorismo justifica semejantes sacrificios. No obstante, las reacciones iniciales en la RuNet indican que las medidas propuestas nunca serán populares entre los blogueros del país.

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