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Más de 10.000 víctimas del tifón Haiyan (Yolanda) en Filipinas se unieron [en] a una protesta denominada ‘People Surge’ [en] (Marejada popular), para condenar [en] la lenta llegada de la ayuda y los esfuerzos de rehabilitación en sus comunidades. La ‘Marejada popular’ también es una alianza de las víctimas del tifón Haiyan principalmente de las provincias de Leyte y Samar.
Haiyan, la tormenta más fuerte del mundo en 2013, embistió las islas Visayas de Filipinas el 8 de noviembre pasado, matando a más de 6.000 personas. Miles más quedaron sin hogar luego que la tormenta similar a un tsunami devastara varios poblados de la región.
Los participantes de la ‘Marejada popular’ se están quejando de la falta [en] de asistencia gubernamental en la restauración de los hogares y comunidades de las víctimas del tifón. También se oponen a la política ‘Zona de No Construcción’ ya que sostienen que eso llevará al desplazamiento de miles de residentes de la zonas costeras.
La ‘Marejada popular’ primero se formó en una universidad pública antes de marchar por la ciudad de Tacloban, la zona cero del desastre de Haiyan.
El evento usó la etiqueta en Twitter #PeopleSurge [en]. Angel de Guzman† piensa que la ‘Marejada popular’ fue una de las mayores congregaciones en la región en los últimos años:
Biggest mobilization I've seen in years. And Yolanda survivors have every right to be mad. #PeopleSurge pic.twitter.com/cfEtXMdyfl
— Angel de Guzman† (@sipsipbloom) January 26, 2014
La mayor movilización que he visto en años. Y los sobrevivientes de Yolanda tienen todo el derecho de estar molestos.
Leon Dulce, un ambientalista, explicó [en] por qué los residentes están en contra de la política de ‘Zona de No Construcción’:
Agravando los problemas de los sobrevivientes está la política de la zona de no contrucción que el gobierno impuso sobre las zonas costeras devastadas, que presuntamente alejó los asentamientos de los peligros presentados por las oleadas de tormenta, pero en el proceso separó al pescador y otras comunidades costeras de refugio y modos de vida.
Amando Doronila, veterano periodista, advirtió [en] al gobierno no socavar la ira de las pobres víctimas:
Luego de soportar por más de dos meses la falta de comida, refugio y medicinas, más de 12.000 residentes de Leyte y Samar convergieron en la devastada Tacloban para expresar su indignación contra la inacción agonizante del gobierno nacional, cuyos trabajadores aún recuperaban cuerpos en descomposicion de las ruinas, con un promedio de tres por día, así los familiares de los fallecidos puedan dar a los restos un entierro apropiado. Bajo la costumbre filipina, nada puede ser más sacrílego y profano que dejar a los muertos sin enterrar, especialmente por un Estado negligente.
Elle Freem, una trabajadora voluntaria, observó como se desplegó la campaña organizada [eng] en Tacloban:
La región Oriental de las Visayas es probablemente la epítome de la resistencia, la gente está dispuesta a enfrentarse no sólo a la dificultad material y psicológica de la súpertormenta, sino a un gobierno apático que está lucrando de la ayuda que llega. Decenas de miles de personas lograron llegar a la universidad de las Visayas Orientales para expresar su perspectiva sobre cómo rehabilitar sus hogares y regiones. Las comunidades están organizadas y tienen un plan claro de cómo quieren proceder, pero ¿los escuchará el gobierno?
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