Vladimir Milov: «Acerca de Khodorkovsky»

Mikhail at his first press conference after being freed from prison, 22 December 2013, Berlin, Germany, photo by Mitya Aleshkovskiy, CC 3.0.

Mikhail Khodorkovsky en su primera conferencia de prensa luega de ser liberado de prisión, 22 de diciembre de 2013, Berlín, Alemania, foto de Mitya Aleshkovskiy, CC 3.0.

Vladimir Milov [en] es un experto del sector energético. En 2002, ejerció como Viceministro de Energía de la Federación de Rusia. Actualmente, Milov lidera el partido político opositor “Opción Democrática[ru], registrado oficialmente por el Ministerio de Justicia de Rusia en setiembre de 2012. El siguiente texto se publicó en ruso en el blog «Eco de Moscú» el 23 de diciembre de 2013, tres días después de que Vladímir Putin le otorgara el indulto a Mikhail Khodorkovsky y lo liberara de prisión. Con la aprobación de Milov, Kevin Rothrock de RuNet Echo ha traducido dicho texto al inglés en su totalidad y luego lo publica aquí en Global Voices.

La discusión sobre la conferencia de prensa del 22 de diciembre de Mikhail Khodorkovsky se asemeja a la que surge sobre algunos de los últimos álbumes no tan brillantes de gigantes de la música como David Bowie o U2. A los fanáticos, como siempre, les encantan. Sin embargo, para todos los demás, claramente son inferiores a lo que esperaban de estrellas de ese calibre. Sería imposible cualquier tipo de diálogo entre estas dos partes. Los músicos son realmente prodigios y sus canciones son ciertamente muy buenas, pero la pasión de los comienzos desapareció (aunque mejor no mencionar esto frente a los fanáticos: Podrían abalanzarse sobre ti).

No existe razón alguna para esperar pasión de Khodorkovsky, quien pasó los últimos diez años tras las rejas. No solo se encuentra sumamente agotado, sino también obviamente «amarrado» por ciertas «limitaciones»: Posiblemente contraídas al negociar su liberación y definitivamente por las condiciones de otros exmiembros de Yukos, todavía arrestados y rehenes en Rusia. Khodorkovsky inequívocamente pide liberar a estas personas como una prioridad, lo cual es totalmente acertado y no podemos hacer otra cosa sino apoyarlo. Lo mismo sucede con el petitorio de indulto que Khodorkovsky presentó. Las condiciones son completamente irrelevantes, sin importar los mensajes moralizadores en Twitter.

Pero me doy cuenta de que mucha gente no puede dejar de pensar que «algo no está bien». Por supuesto, mucho tiempo en prisión. Está bien, está agotado. Tiene que cumplir con algunas cláusulas…tiene sentido. Y sin embargo… Se liberó a un hombre sobre quien de lo único que se habló durante los últimos diez años fue que, ni bien saliera de prisión, intántaneamente comenzaría a gobernar el país. Era una visión desorientada proyectada por todos los medios disponibles, desde afiches hasta desmotivadores que proponían que Khodorkovsky remplazara a Putin.

Incluso en su condición debilitada, Khodorkovsky podría haberse tomado cinco minutos para hablar de su visión del futuro de Rusia. Algo acerca de cómo podríamos curarnos de nuestra depresión nacional o algo acerca de su propia «visión del futuro». Algo para darles seguridad a sus entusiasmados seguidores, diciéndoles: «Señores, a pesar de que no me voy a meter en la política, tienen de su lado a un hombre poderoso que les cuida la espalda y les dirá cómo deben hacer las cosas».

Mas nada de esto sucedió. En vez de eso, asistimos a una conferencia de prensa que era principalmente «acerca de Khodorkovsky» y no acerca de Rusia. Escuchamos el eclecticismo acostumbrado: Algo acerca de por qué las empresas privadas deben ser una prioridad, pero no deben dejar de ser «socialmente responsables», ¿no hemos escuchado esto en otra parte? Prestamos nuestros oídos a las palabras de siempre sobre la necesidad de una sociedad civil, pero por aquí y allá se descubren indicios escondidos de estatismo (Khodorkovsky dio su anuncio de que él «iría a la guerra por el Cáucaso Norte» fuera de la conferencia de prensa, pero aun así es un indicio importante). Estoy recibiendo cartas y llamadas de personas que, después de quince años de putinismo, han tenido suficiente de este eclecticismo y me preguntan: «¿Qué es todo esto? ¿Quebraron su espíritu en prisión? ¿Qué sucedió con el Nelson Mandela ruso?”.

En cuanto a mí, mientras lo escuchaba en la conferencia de prensa de ayer, recordé al Khodorkovsky con el que me crucé ocasionalmente en mi trabajo durante 2002 y 2003. Es el mismo «estratega» de siempre: construir un gasoducto por aquí, otro por allá. Impulsar Siberia Occidental. Construir un oleoducto de Rusia a China. Prohibir los acuerdos de producción compartida y reemplazarlos con un sistema de impuestos nacionales. Adoptar regímenes impositivos con un tipo único para la extracción de petróleo. Incrementarla de 400 a 500 millones de toneladas. Eso es todo lo que hay que saber de esa «estrategia».

¿Les parece familiar algo de esto?

Es por esto que todos estos años estuve maravillado por la intensidad con la que los ciudadanos apostaban a Khodorkovsky como una especie de alternativa prometedora a las autoridades que actualmente están en el poder. Y es comprensible por qué han hecho esto: entre 2000 y 2003, Khodorkovsky, con gran astucia, nombro a un gran número de intelectuales rusos parte de [su organización] “Rusia Abierta», y los intelectuales infirieron que si Khodorkovsky los transladaba por el país para que pudieran dar sus clases magistrales, le debía gustar lo que ellos hacían. 

De cualquier manera, para mí, la lucha entre Putin y Khodorkovsky fue siempre entre dos grupos con objetivos y estilos similares que anhelaban subyugar al país por completo utilizando métodos que distaban de lo sutil: Tuve que lidiar con esto de primera mano, así que sé bien de lo que que estoy hablando. Yukos, por ejemplo, estaba atestado de exagentes de la KGB. Es suficiente con mencionar que el primer vicepresidente de la compañía era Viktor Ivanenko, el primer jefe de la KGB durante la presidencia de Yeltsin, quien desde 2000 hasta 2004 encabezó el llamado “Fideicomiso para el Desarrollo del Sistema Parlamentario», que, cómo digo esto,…gestionó «el trabajo personalizado con los miembros del Parlamento de la Duma del Estado», presentes y futuros. Sobornaron a los miembros a la vista de todos y al por mayor, y los fondos de Yukos no solo iban dirigidos a partidos opositores: el socio de Khodorkovsky y alguna vez copropietario de Yukos, Vladimir Dubov, fue candidato para un asiento en la Duma del Estado en 2003 por el partido Rusia Unida (Yukos no delegó a ninguno de sus otros pesos pesados a los partidos opositores). Los otros asociados de Khodorkovsky, como Nevzlin, Brudno y Dubov, no fueron (diciéndolo suavemente) exactamente lo que se dice luminarias del liberalismo y de una sociedad civil libre, y Dios te perdone ponerte en el camino de cualquiera de estas personas. Las leyes que Yukos necesitaba se abrieron camino en la Duma del Estado sin consideración de los intereses de la nación.

Ahora sabemos que el destripamiento de los acuerdos de producción compartidos (llevado a cabo a través de un acuerdo totalmente consensuado entre Putin y Khodorkovsky) congeló el desarrollo de nuevos proyectos (de extracción de petróleo) en Rusia y agotó el presupuesto con deducciones impositivas repartidas a diestra y siniestra (más detalles en este enlace [ru]). Y no olvidemos cómo Yukos le respondió a los ecologistas que protestaban contra los intentos de construir un oleoducto al costado del Lago Baikal (igual que lo que Putin quería salvo que no desde el norte sino desde el sur, a través del Parque Nacional Tunkinsky). Y no mencionaré qué estrategia de Relaciones Públicas utilizó Yukos contra esos ecologistas.

Además, la lucha por el poder entre chequistas de San Petersburgo y exmiembros de Komsomol de Menatep no comenzó en 2003 (como se cree popularmente). Por ejemplo, Dozhd publicó un extracto [ru] del primer discurso de Putin, realizado en la Duma del Estado en 1998 (cuando todavía era Director de la FSB), en el cual el actual presidente ataca de inmediato a Yukos.

Y échenle un vistazo a la biografía [ru] del vicedirector de Gazprom y jefe de “Gazprom Export,” Aleksandr Medvedev, y podrán leer que desde 1997 a 1998 trabajó, redoble de tambores… en la misma Compañía Petrolera Oriental (VNK por sus siglas en ruso) que Yukos compró en 1998, luego de lo cual Medvedev fue despedido sin demora. El problema fue que Medvedev y su socio, Andrei Akimov, el actual presidente de Gazprombank y miembro de la junta directiva de Gazprom, eran en ese momento directores administrativos de la compañía austríaca IMAG y querían, nuevo redoble de tambores… adquirir la Compañía Petrolera Oriental para ellos. Sin embargo, Khodorkovsky les robó este negocio debajo de sus narices. Y he ahí, mis lectores, la razón del conflicto entre los dos grupos, que data de 1998 (y tal vez incluso antes).

Por supuesto, existe una diferencia entre los chequistas de San Petersburgo y los miembros komsomoles de Menatep. Si los primeros no tenían experiencia para crear valor y operar en un contexto de libre mercado (y se mostraban a ellos mismos meramente como parásitos que viven a costa de otros), Yukos ciertamente fue una de las empresas de mercado más exitosas. Pero esto no significa que debamos sobrestimar a Yukos. Tomar medidas fundamentales para deshacerse de los directores de la era soviética en las industrias del gas y petróleo, adoptar normas de operación básicas occidentales, traer a las empresas occidentales de prestación de servicios Schlumberger y Halliburton con sus tecnologías avanzadas que optimizaban la extracción de petróleo y comenzar a publicar las cuentas anuales de la NIIF (IFRS por sus siglas en inglés): Todo esto fue muy acertado, pero díficilmente le otorga a Yukos la medalla de honor.

LUKoil hizo mucho más que solo trabajar en territorios vírgenes como Timan-Pechora y el norte del mar Caspio, mientras, Yukos aumentaba la producción únicamente en Siberia Oriental, en territorios ya explorados y explotados. Y el famoso ducto a Murmansk (una oportunidad que Rusia desechó y reemplazó por el demasiado costoso y nada rentable oleoducto SOOP -Siberia Occidental-Océano Pacífico-) fue ideado por Alekperov cuando era Primer Viceministro de Industria Petrolera en la URSS.

Por lo tanto, a pesar de algún progreso decente a comienzos del 2000, no podemos decir que Yukos fue alguna vez una compañía «súper eficiente». Y jamás representó una política alternativa prometedora para Putin. Reducir el personal, contratar a Halliburton para aumentar el rédito de los yacimientos y aumentar la capitalización mediante la transparencia y la venta de acciones a precios más altos. Díganme, ¿es esta la gran estrategia nacional que hemos estado esperando? ¿Realmente guiará valientemente a Rusia hacia el futuro?

La situación se puso incluso peor luego del arresto de Khodorkovsky. Es perfectamente lógico por qué el pueblo lo veía como una alternativa política a Putin. Hasta su arresto en 2003, Khodorkovsky encabezaba un grupo poderoso y acaudalado que batallaba con Putin por el poder. Pero sus camaradas bajaron sus armas y huyeron ni bien comenzaron los arrestos. Un mes antes de las elecciones de la Duma del Estado en 2003, Yukos retiró los fondos destinados a los partidos opositores aunque todavía no estuviera fuera del juego. ¡¡¡Si hubieran peleado por un par de docenas de asientos la historia de Rusia podría haber seguido un curso diferente!!! La elección presidencial de 2004 se manejó de manera patética, si bien, con un poco de previsión estratégica, no hubiera sido difícil anticiparse a los arrestos y abastecerse de candidatos alternativos a Khodorkovsky. Diez años después y todavía no ha aparecido un «partido Khodorkovsky», en lugar de eso, solo hemos leído textos contradictorios escritos en prisión impregnados del aroma de ese eclecticismo encantador tan característico de las entrevistas y discursos de Khodorkovsky desde que fue liberado. 

Comparen esta actitud con la de Nelson Mandela, quien al abandonar la prisión inmediatamente encabezó la organización política más importante del país, el Congreso Nacional Africano, el cual se mantuvo activo y listo para ganar las elecciones durante los años que Mandela estuvo encarcelado. Claramente, Khodorkovsky soportó pruebas que no le desearíamos ni a nuestro peor enemigo. Lo observé en salas de reuniones en 2002, vestido de punta en blanco y completamente seguro de sí mismo mientras pronunciaba fríamente algo que se puede entender como: «Ustedes no saben lo mal que me siento por que su alazán se haya roto su pierna, pero Bolívar, él esta exhausto y no puede cargar el doble». En ese momento, nunca me hubiera podido imaginar como resultaron las cosas. No me podría haber imaginado que yo, algo así como un adversario de Khodorkovsky a comienzos del 2000, vendría en su defensa y hablaría públicamente en su favor. Por ejemplo, mi artículo de 2007 titulado «Errores del Fiscal General» [ru] en The New Times es el primero que conozco de ese estilo que critica la segunda causa contra Khodorkovsky y Lebedev con fundamentos económicos detallados (esto fue cuando trataron de atacarlo por los cargos por «petróleo robado»).

Sin embargo, su servidor, a diferencia de muchos liberales (especialmente aquellos que todavía eran niños en 2002-2003) ha recordado siempre al verdadero Khodorkovsky, y no estaba con apuro de ser hechizado. Ayer y hoy, he presenciado como muchos hechizados han empezado a reconsiderar su postura. Y así amigos, así es como debe ser. Observamos al verdadero Khodorkovsky, al mismo de siempre. Es una lástima que no haya estado en la escena política rusa durante todos estos años. Podría haber sido un contendiente. O quizás no. Tal vez hubiera llegado a un acuerdo, tal y como Unidad hizo con sus rivales declarados Primakov y Luzhkov en 2001, con lo que se creó un super monopolio en la escena política. Khodorkovsky también soñó con super monopolios. Recuerden la fusión abortada de Yukos con Sibneft y el hecho de que la gente de Yukos tenía contacto en la Duma del Estado con todo tipo de partidos: no solo liberales, sino también con el Partido Comunista y Rusia Unida.

En términos generales: No se apuren a idealizar. Miren el mundo tal cual es: Ni blanco ni negro. Finalmente, le deseo buena suerte a Khodorkovsky en todos sus emprendimientos y mis más sinceras felicitaciones por su nueva libertad.

Texto original en ruso por Vladimir Milov. Traducción al inglés por Kevin Rothrock.

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