En el blog Caravanistan, Cycloscope escribe [1] [en] sobre los vertederos radioactivos del Valle de Ferganá [2], una región «absurdamente dividida entre Kirguistán, Uzbekistán y Tayikistán»:
Inconscientes de los peligros de la radioactividad, los lugareños toman los equipos de las viejas minas abandonadas y los venden como chatarra arriesgando no solo sus vidas si no también la propagación de la radioactividad. Un problema adicional es el uso de rocas de los vertederos como material de construcción de casas y caminos.
La amenaza proveniente de los desechos radioactivos (NdT: son desechos de antiguas minas de uranio actualmente abandonadas) es agravada por las fronteras sin resolver, la escasez de agua y una historia de disturbios étnicos haciendo «cada vez mas incierto» el futuro de la región.