«Toñita's» documenta la resistencia de la comunidad puertorriqueña en Nueva York

Toñita's, South, Williamsburg, Brooklyn. Imagen usada con permiso.

El Caribbean Sports Club, South, Williamsburg, Brooklyn. Imagen usada con permiso.

La sensación generalizada que sienten muchos habitantes de la Ciudad de Nueva York, fuera de la zona de Manhattan, es que de una forma u otra es poco lo que se propicia para la permanencia de comunidades. En programas de radio y televisión que cubren la Gran Manzana es constante el debate acerca de la situación, y son muchas voces -desde trabajadores sociales, concejales, líderes comunitarios, y hasta corredores de bienes raíces- las que se ocupan de dar alerta del desplazamiento forzado de los sectores más pobres por los altos costos de vida. Solo pocos entre quienes discurren en las congestionadas estaciones del tren parecen desentenderse de esta discusión continua.

Uno de los proyectos culturales más recientes que coloca en primer plano el tema del desplazamiento en Nueva York, es el documental «Toñita’s» [en] que tendrá su estreno mundial en el festival Documentary Fortnight 2014 del Museo de Arte Moderno en Nueva York, el próximo 22 y 23 de febrero.
Dirigido por Sebastián Díaz y Beyza Boyacioglu, «Toñita’s» expone la encrucijada que vive la comunidad caribeña, especialmente la puertorriqueña, en Williamsburg, Brooklyn, un sector que ha sobrevivido gracias a lugares como el Caribbean Sports Club, eje central del documental.

Por la pertinencia y actualidad que tiene este tema, compartimos con nuestros lectores nuestra con el director Sebastián Díaz.

Global Voices (GV): ¿Por qué hacer un documental como Toñita’s? ¿Por qué utilizar este género cinematográfico para reflexionar acerca de la identidad, el espacio urbano y el desplazamiento?

Sebastián Díaz (SD): Elegimos el Caribbean Sports Club como sujeto de nuestro documental por nuestra fascinación por ese espacio y su gente. Al proponernos hacer un retrato sobre el último club social puertorriqueño en un barrio que solía tener una comunidad predominantemente puertorriqueña, era casi obligado tocar esos temas. Especialmente cuando el barrio ha sufrido y continúa sufriendo por un desmedido incremento de renta y desarrollo de nuevos condominios, desplazando a la comunidad que por años ahí habitaba. Y cuando hablo de comunidad puertorriqueña, no sólo me refiero a la nacionalidad o raíz cultural, sino también a sus estrechos lazos como vecinos, donde todos se conocían, se ayudaban y había muchas actividades comunitarias que le daban salud al vecindario. Además había un orgullo por su identidad puertorriqueña o ‘boricua’ y un cariño por su vecindario.

GV: ¿Cómo se topan con el Caribbean Sports Club? Fue algo casual o ustedes estaban familiarizados con la comunidad caribeña en torno a Williamsburg, en Brooklyn…

SD: El proyecto es parte de un programa de la organización UnionDocs, ubicada en el sur de Williamsburg. Los ocho proyectos que se realizaron tenían la condición de tener que tratar sobre este barrio en particular. Si bien no era un requisito tratar un tema relacionado a la comunidad caribeña, definitivamente es un interés de UnionDocs, pero también algo atractivo para los artistas que participamos. El programa está destinado a generar contenidos que puedan formar parte de un proyecto mayor de UnionDocs, titulado Living Los Sures. Tomando como punto de inspiración el documental de 1984 titulado Los Sures de Diego Echeverría, realizamos algunos ejercicios de investigación y exploración de temas y personajes de ese documental que se filmó en este mismo barrio en los ochentas. Ahí aparece un club social y en uno de estos ejercicios en equipo, la codirectora Beyza y otros compañeros investigaron si aún existían este tipo de lugares. Un amigo Puertorriqueño de Beyza le dijo de la existencia del Caribbean Sports Club y se pusieron a buscarlo hasta que preguntando dieron con él.

GV: Hay quien ha nombrado su cortometraje como una carta de amor a la cultura ‘Nuyorrican’, ¿Por qué ofrecer esta carta cinematográfica? ¿Estamos hablando de un documental que se ocupa solamente de la nostalgia, o es un testimonio actual de lo que aún ocurre en ese barrio neoyorkino y caribeño?

SD: Creo que más que la nostalgia, de hecho es un esfuerzo por mostrar a la comunidad que aún sobrevive en el barrio y se resiste a morir. La música, el baile, el juego de dominó, la comida y el calor y pasión de la gente son características del Caribbean Sports Club, y características de los puertorriqueños en Nueva York, también conocidos como nuyorricans. Todas estas cosas fueron lo que nos atrajeron de este lugar y nos motivaron a documentarlo, así que hablar de una carta de amor, es una manera de compartir nuestra fascinación por estas coloridas características de la cultura nuyorrican con la audiencia.

En el centro, Toñita, la dueña del Caribbean Sports Club. Imagen usada con permiso.

En el centro, Toñita, la dueña del Caribbean Sports Club. Imagen usada con permiso.

GV: ¿Cómo se sintió María Toñita, la dueña de este club social, con este proyecto? Ustedes la describen como una matriarca incansable… Dicho lo anterior, ¿qué le pueden decir a los lectores de Global Voices acerca de su personaje?

SD: Toñita es una mujer admirable. Verdaderamente es respetada por todos en la comunidad y aquellos que han sido desplazados y vuelven de visita al Caribbean Club. Se da a respetar para que nadie se ‘salga de la raya’ dentro del Caribbean Club, pero también es admirada porque siempre está dispuesta a brindar ayuda a quien la necesite, ya sea prestándoles dinero, dando algún consejo o por su labor filantrópica de ofrecer comida gratis para los indigentes o más necesitados.

GV: Háblame del proceso creativo… de la conceptualización del proyecto… Veo que la música juega un papel protagónico dentro de la estética del documental…

SD: A ambos nos gustaba mucho pasar tiempo en el club social, hablando con la gente, bebiendo cerveza y escuchando música, principalmente ritmos afrocubanos tocados por el Dj que es uno de los personajes, o en la rockola (o vellonera). No recuerdo habernos planteado algo particular sobre la música, sino que ésta es parte de la atmósfera del club. Al tratarse de un documental, hubiera sido imposible que la música no estuviera presente todo el tiempo.

En términos más generales, el proceso fue elegir algunos personajes, y por supuesto la protagonista tenía que ser María Toñita, que es la dueña del Caribbean Sports Club, donde se desenvuelve la mayor parte del documental. Nos planteamos una estructura a partir de un patrón visual, como de una flor, donde el Caribbean Club está al centro y los personajes son los pétalos. De modo que seguimos a un personaje que aparece en el club fuera de ahí, y regresamos siempre de nuevo al club. La música ayuda a diferenciar diferentes escenas o personajes del club.

GV: También observé la calidad de la fotografía… una textura en la imagen que- por supuesto- le da un toque particular a Toñita’s… ¿Qué tipo de cámaras utilizaron?

SD: Utilizamos una cámara de las conocidas como DSLR, que son cámaras fotográficas que también permiten grabar video de alta definición. La ventaja es que son muy pequeñas, lo cual es práctico para un espacio tan reducido como lo es el Caribbean Club, que en fines de semana se llega a llenar mucho. Además, no son ostentosas o intimidantes, lo cual es bueno para grabar documental, especialmente en un lugar donde la gente está acostumbrada a sentirse como en su casa, beber, bailar, etc. La desventaja de este tipo de cámaras es que es difícil estabilizarlas, cuidar el foco y que generan una imagen muy saturada y contrastada. La saturación de la imagen nos funcionó en este caso por la riqueza de color que tiene el Caribbean Club. Trabajando con el colorista en la corrección de color, realmente no hicimos mucho, más que nivelar tonalidades y mejorar las situaciones de poca luz, ya que muchas escenas ocurren de noche y todo lo grabamos con luz existente ya en las locaciones.

GV: ¿Cuáles fueron los retos técnicos y creativos que enfrentaron?… ¿Qué, durante el proceso, representó una situación que trajo cambios a su plan original?

SD: Fue muy difícil obtener una entrevista con Toñita. Al no tener la certeza de si nos daría la entrevista o no, tuvimos problemas para ver cómo resolveríamos el reto de que ella fuera la protagonista. Intentamos diferentes estrategias e incluso versiones de cortes. Algo lamentable que muchas veces ocurre en el documental es dejar fuera escenas o incluso personajes que ya han invertido generosamente su tiempo. Esto nos sucedió y son decisiones muy difíciles de tomar pero dejamos fuera la entrevista de un personaje. A nivel técnico, fue retador el sonido, pues la música siempre se toca a muy alto volumen en el club. También trabajar con mínimos recursos, ya que no contamos con financiamiento.

GV: Sabemos que figura en sus planes continuar explorando los temas desarrollados en Toñita’s, ya no desde un corto, sino desde un largometraje… ¿Por qué es importante para ustedes, como realizadores, continuar explorando la identidad, el espacio urbano y el desplazamiento? ¿Es que estos temas aún no han perdido vigencia, no se han agotado en el siglo XXI?

SD: De hecho estos temas ciertamente se han explorado bastante, incluso específicamente en el caso de Brooklyn, hay una gran cantidad de trabajos recientes que hablan de desplazamiento, rezonificación, aburguesamiento de vecindarios, cambios en el espacio urbano, etc. A pesar de esto, no creo que los temas dejen de ser importantes y creemos que la forma en que los estamos abordando es sustancialmente distinta. También, nos preocupamos por no plantear las cosas en blanco y negro y no victimizar a los personajes, sino tratar de presentar la complejidad de la realidad que se vive, donde no hay respuestas sencillas.

Y sobre todo, estos temas son el contexto, pero nuestro principal enfoque es la cultura e identidad puertorriqueña o caribeña. Al convivir por un período de más de un año con esta comunidad en el club social y trabajar en este corto, creemos que vale la pena profundizar más en los personajes y también en el contexto histórico, que además de tener un potencial de mucha riqueza visual a través de material de archivo fotográfico o fílmico, ayuda a comprender mejor el contraste con la realidad actual y las cosas que están en riesgo de desaparecer como rasgos culturales, comunidad e identidad.

GV: Hay personas que aún creen que es difícil subvencionar un proyecto como este… Por el nombre de la productora –UnionDocs Collabotative- pienso en que detrás hay espíritu colaborativo ¿Cómo ha sido su experiencia en los aspectos relacionados al financiamiento?

SD: Como comentaba anteriormente, se trata de una producción autofinanciada. UnionDocs apoyó con algo de equipo que fue muy útil y cierta asesoría, pero lo más valioso fue precisamente el espíritu colaborativo del programa. Por un lado, tuvimos la fortuna de contar con el apoyo de varios integrantes del programa para echar la mano en rodajes haciendo cámara o sonido. Pero por otro lado, y quizá esto es lo principal, teníamos juntas regulares que eran una plataforma para discutir ideas, obtener retroalimentación, mostrar avances, etc. Y además, hubo algunas sesiones con expertos del medio que vieron avances y ofrecieron una crítica sin reparos.

GV: Inicialmente Toñita’s será exhibidas en salas especializadas del MoMa… ¿Cuáles son los planes de distribución y exhibición de Toñita’s?

SD: El estreno mundial en un festival del nivel del ‘Documentary Fortnight’ del Museo de Arte Moderno (MoMA) significa un buen escaparate que estamos tratando de aprovechar para explotarlo al máximo, en términos de hacerle ruido al evento e interactuar con la red a la que un festival siempre te acerca. No sabemos aún qué pueda pasar y con este festival, Toñita's está iniciando su ruta de festivales que esperemos continúe con selección a otros buenos festivales

Pero además, al forma parte del proyecto Living Los Sures de UnionDocs, es probable que forme parte del componente interactivo en internet, donde podría estar accesible y en algunos paquetes de distribución y proyección en festivales que UnionDocs está explorando.

GV: Y para finalizar… ¿Qué próximos proyectos le ocupan? ¿Qué nuevos proyectos están en el horizonte inmediato?

SD: De momento, dos cosas nos tienen casi completamente absortos. Una es la aplicación del corto a festivales y la otra es la búsqueda de financiamiento para el largometraje. Además, hacer todo el trabajo de relaciones públicas y marketing, ya que básicamente todo lo estamos haciendo entre los dos, desde creación de sitio web, diseño de cartel, postales, boletines, etc. Es muchísimo trabajo pero estamos muy entusiasmados y apasionados con el proyecto.

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