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Samsung retira las controvertidas cuotas universitarias en Corea del Sur

Categorías: Asia Oriental, Corea del Sur, Economía y negocios, Educación, Juventud, Medios ciudadanos
Imagen de una sesión de información y reclutamiento [1]

Sesión de reclutamiento e información de Samsung en Corea del Sur. Foto subida a Flickr por el usuario Samsungtomorrow (CC BY NC SA 2.0)

No es casualidad que a Corea del Sur se le apode «La República de Samsung [2]» [en]. 

A causa de las duras críticas, Samsung ha descartado su nueva política de contratación [3] [ko] que hubiera permitido que los solicitantes recomendados por el rector de su universidad escalaran puestos en el proceso de contratación [4] [en]. El cambio también pondría un límite en el número de estudiantes de cada universidad que utilizen esa recomendación.

Aunque este aval académico no garantiza un puesto en Samsung, es un importante impulso, ya que permite que los estudiantes eludan el proceso de enviar su currículo a la empresa, ventaja considerable en un país donde Samsung, una de las empresas cuyos empleos están más codiciados, recibe cien mil solicitudes cada año. Existe incluso un mercado de libros y carísimos cursillos [5] [ko] sobre cómo obtener altas puntuaciones en el examen tipo de Samsung. 

Señalando que la cuota se inclinaba desproporcionadamente en contra [6] [ko] de las mujeres en ciertas provincias, los propios internautas del país de Samsung han arremetido contra la empresa, pero también contra las universidades, que manifiestan entusiasmo o tristeza según la cuota que les dicte Samsung. Los dos tuits siguientes reflejan muy bien una de las reacciones que se ven con más frecuencia en la «tuiteresfera» de Corea del Sur en relación con las cuotas universitarias de Samsung:

Ahora, la compañía actúa como si fuera el señor todopoderoso de la universidad, y pudiera hacer algo tan arrogante como «fijar una cuota a una universidad». Esto demuestra que se ha instaurado un sistema económico monopolístico, que prevalece y tiene a nuestra sociedad en un puño. Además, refleja que la esperanza es escasa en nuestra actual situación.

En el momento que las universidades aceptan la propuesta de Samsung, dejan de ser centros académicos, y se convierten en un dócil proveedor de productos manufacturados desechables para la compañía.