Se necesitaron 20 años de esfuerzos denodados para llevar ante la justicia francesa a los genocidas de Ruanda. Fuera de Ruanda, hubo procesos en diferentes países extranjeros, sobre todo en Europa. Pero en Francia, todavía no se había juzgado a ninguna persona sospechosa de haber participado en el genocidio. Pero desde el 4 de febrero, por primera vez y 20 años después de los hechos, se juzga a un personaje ruandés en Francia. Se trata del capitán Pascal Simbikangwa, acusado de haber tenido un rol activo en las masacres que causaron la muerte de unos 800 000 tutsis y hutus entre abril y julio de 1994. Persisten dudas sobre el rol que pudo haber tenido Francia durante esta tragedia [fr]. El video siguiente resume los esfuerzos desplegados por la sociedad civil por llevar a los participantes del genocidio ante la justicia:
Las imputaciones contra el capitán Pascal Simbikangwa son numerosas y graves. J. Doll las recuerda en un artículo publicado [fr] en el blog youmag.com:
Pascal Simbikangwa, paraplégique et qui comparaîtra en fauteuil roulant, est jugé pour complicité de génocide et de crimes contre l'humanité : l'ancien officier de 54 ans est accusé d'avoir incité, organisé et aidé, notamment en organisant des barrages et en armant les miliciens qui les tenaient, les massacres qui firent quelque 800.000 morts en 100 jours, entre avril et juillet 1994, …..
A Pascal Simbikangwa, parapléjico y que comparecerá en silla de ruedas, se le juzga por complicidad de genocidio y crímenes contra la humanidad: el exoficial de 54 años está acusado de haber incitado, organizado y ayudado a la organización de cordones policiales y de armar a los milicianos, en las masacres que tuvieron como resultado cerca de 800.000 muertos en 100 días, entre abril y julio de 1994…
La comparecencia ante la justicia francesa del excapitán Pascal Simbikangwa, en servicio en el ejército ruandés en 1994, es mérito principalmente de la ONG Colectivo de Partidos Civiles por Ruanda (CPCR) [fr], animada por su presidente Alain Gauthier y su esposa. Él aceptó responder las preguntas de Global Voices en 2013. Aunque está muy solicitado por numerosos periódicos y otros medios, Gauthier actualiza diariamente el sitio web de CPCR con informaciones detalladas de cada día de audiencia.
Muchos testigos, que ocupaban puestos de responsabilidad o que formaban parte del ejército y de las milicias al momento del genocidio, se mostraron reticentes a atestiguar contra el excapitán. No obstante, algunos testigos han confirmado las acusaciones contra Simbikangwa. Así ocurrió el 19 de febrero de 2014 con Sam Gody Nshimiyimana [fr], redactor en jefe del diario Journal Kiberinka (Sol poniente) en 1992. Fue uno de los pocos periodistas que criticó abiertamente el régimen dictatorial del presidente Juvénal Habyarimana. Varios de sus artículos [fr] y editoriales [fr] son parte de los archivos sobre el genocidio, y están conservados en el Centro de Formación e investigaciones Cooperativas (IWACU), organización no gubernamental de promoción e innovación cooperativa y asociativa en Kigali en el distrito de Nyakabanda. El periodista, citado para atestiguar, cuenta las torturas en su contra en un artículo publicado [fr] en el sitio web del CPCR:
Pour avoir publié un article qui déplaisait à monsieur Simbikangwa et au régime, il va subir la torture, et de la part de Simbikangwa et de celle de ses acolytes. L’épreuve va durer quatre jours au cours desquels il va se faire frapper sur les pieds après qu’on lui eut bandé les yeux d’un bandeau imprégné de piment. Simbikangwa en personne est accusé d’avoir frappé le témoin avec un fer à béton.
Por haber publicado un artículo que disgustó al señor Simbikangwa y el régimen, sufre tortura, y de parte de Simbikangwa y de sus acólitos. La prueba dura cuatro días durante los cuales se le golpean los pies después de haberle vendado los ojos con una venda impregnada de ají. Simbikangwa en persona está acusado de haber golpeado a un testigo con una barra de hierro.
El maestro Eric Gillet, abogado de Bruselas, también compareció como testigo. De él, en un artículo publicado en proces-genocide-rwanda.fr, Stéphanie Monsénégo escribió [fr]:
Avocat au barreau de Bruxelles depuis la fin des années 70, Eric GILLET avait un «long passé droits de l’Homme» quand la guerre a éclaté au Rwanda en 1990.
Ancien président d’Amnesty International en Belgique, c’est avec la FIDH Paris qu’Eric GILLET mènera ses premières enquêtes au Rwanda, d’abord pour défendre des journalistes, puis pour informer l’opinion publique internationale sur le massacre des Bagogwe, une petite communauté Tutsi du Nord Ouest du Rwanda, massacrée en janvier 1991 en représailles de l’attaque de la prison de Ruhengeri par le FPR.
Abogado de Bruselas desde finales de los años 70, Eric GILLET tenía un «largo pasado en derechos humanos» cuando estalló la guerra en Ruanda en 1990.
Antiguo presidente de Amnistía Internacional en Bélgica, fue con FIDH Paris que Eric GILLET realizó sus primeras investigaciones en Ruanda, primero para defender a los periodistas y luego para informar a la opinión pública internacional sobre la masacre de los bagogwe, pequeña comunidad tutsi del Noroeste de Ruanda, masacrados en enero de 1991 en represalia por el ataque a la prison de Ruhengeri a manos del Frente Patriótico Ruandés.
Su testimonio arrojó luces al círculo cerrado en torno a la presidencia. Después de una misión en ese país, publicó un informe [fr]:
en mars 1993 dans lequel on parle de «l’Akazu», une nébuleuse de gens qui ont confisqué le pouvoir, les ressources, les banques. Les membres de cette «organisation» appartenaient pour la plupart au cercle de la famille présidentielle auquel s’agrégeaient des militaires. En 1993, les membres de la commission ont entendu parler entre autres de Pascal Simbikangwa comme étant associé aux escadrons de la mort. Il serait connu pour avoir torturé des journalistes.
En marzo de 1993 se hablaba del «Akazu», una nebulosa de gente que había confiscado el poder, los recursos, los bancos. Los miembros de esta «organización» pertenecían en gran parte al círculo de la familia presidencial a la que se agregaban militares. En 1993, los miembros de la comisión oyeron hablar entre otros de Pascal Simbikangwa como asociado a los escuadrones de la muerte. Se hizo conocido por haber torturado periodistas.
Lo que más sorprendió a más de uno en la audiencia fueron las respuestas llenas de sarcasmo del acusado.
Lorsque Domitille Philippart, une des avocats du CPCR, lui demande si la date du 2 février lui dit quelque chose, il répond par la négative. «C’est la journée des Justes au Rwanda», précise-t-elle. «Ah bon! je ne savais pas. Ca fait 20 ans que je n’y ai pas mis les pieds. Mais est-ce que je suis sur la liste?»
Eclats de rire dans la salle. L’audience est suspendue jusqu’au lendemain.
Cuando Domitille Philippart, una de las abogadas de CPCR, le preguntó si la fecha del 2 de febrero le decía algo, respondió negativamente. «Es el día de los justos en Ruanda», precisó. «¡Ah, bueno! Yo no lo sabía. Son ya 20 años que no pongo un pie ahí. ¿Es que yo estoy en la lista?»
Carcajadas en la sala. La audiencia se suspendió hasta el día siguiente.
Después de Bélgica, Finlandia, Noruega, Suiza, los Países Bajos y Alemania, Francia tiene el primer proceso de una personalidad sobre quien pesan serias acusaciones. Pero teniendo en cuenta el rol polémico [fr] atribuido a los militares franceses en esta tragedia, es posible que haya otras personalidades sospechosas de estar implicadas en el genocidio que están libres en Francia. ¿Las veremos también algún día ante un tribunal?