A nivel mundial, los cinco presidentes que han ostentado poder durante más tiempo [en], y que siguen gobernando en sus respectivos países, son africanos, conocidos más que nada por los diversos delitos que cometen: elecciones fraudulentas, malversación de fondos, riqueza mal habida y violación de los derechos humanos. Uno de esos cinco presidentes es el mandatario de Angola, José Eduardo dos Santos.

Dos Santos gobierna Angola desde 1979. Durante su mandato, varias ONG locales e internacionales han denunciado varios escándalos y casos de corrupción en relación con los derechos humanos. J.R. Mailey, investigador del Centro Africano de Estudios Estratégicos que realiza investigaciones sobre los recursos naturales, la corrupción y la seguridad en África, afirma [en] que:

Durante décadas, un pequeño grupo cercano al presidente de Angola ha utilizado, con habilidad, empresas fantasmas anónimas para saquear miles de millones de activos pertenecientes al estado. Estas empresas fantasmas radican ‘en el extranjero‘ [en], en centros financieros conocidos como ‘paraísos fiscales’ o ‘jurisdicciones con secreto fiscal y bancario’.

El presidente José Eduardo dos Santos condecorado por el presidente ruso Vladimir Putin. Fuente: cabinda.net (con permiso).

El sitio web cabinda.net calcula [en] que la riqueza personal de Dos Santos en 2013 fue superior a los 20 mil millones de dólares estadounidenses. En ese mismo año, el porcentaje destinado a los gastos presidenciales dentro del presupuesto creció un 50 por ciento en comparación con el porcentaje que había sido destinado en el presupuesto de 2012, lo que llevó a un récord histórico presupuestario de más de 6.600 mil millones de kwanzas angoleños (aproximadamente 69 mil millones de dólares estadounidenses).

Mientras tanto, el 70 por ciento de los angoleños vive con menos de dos dólares al día.

Rafael Marques de Morais escribió sobre este incremento en un blog titulado «Un presupuesto récord para la presidencia, las fuerzas armadas y los fantasmas» [en]:

Solo la presidencia tiene un presupuesto de 1.800 millones de dólares estadounidenses, una cifra mucho mayor a la destinada para el Ministerio de Salud (1.500 mil millones de dólares estadounidense).

Solo para comparar, en 2013, los contribuyentes británicos pagaron 53.4 millones de dólares estadounidenses en impuestos [en] para costear los gastos de la familia real. Los contribuyentes franceses pagarán 101.6 millones de euros [fr] (140 millones de dólares estadounidenses) en 2014 por los gastos relacionados con las actividades del presidente François Hollande.

Presseurop.eu revela [en] que hay otras transferencias de capital «sospechosas» relacionadas a la familia de Dos Santos, que se pueden rastrear a inversiones recientes hechas en Portugal:

Su “propia familia”, y en especial su hija mayor, Isabel Dos Santos, la señorita Dos Santos, de 40 años, graduada en el King's College de Londres, la única mujer multimillonaria de África, es una de las figuras clave de esta agitada saga poscolonial. […]

La heredera, fruto de un matrimonio anterior de Dos Santos, tiene en Portugal bienes que dejan boquiabierto a cualquiera. En solo algunos años, tomó el control de la mitad del capital del gigante de telecomunicaciones que se creó tras la fusión de ZON y Optimus, además de manejar gran parte del banco portugués BPI, en el que es la segunda accionista en importancia con el 19,4 por ciento de las acciones. También es parte de la junta de directores de otra institución financiera, BIC Portugal, y tiene acciones en Amorim Energía, que controla cerca del 40 por ciento de Galp, uno de los grupos petroleros líderes de Europa.

Caricatura sobre los derechos humanos en Angola de Maka, con su permiso.

En 2013, Forbes investigó en profundidad [en] la riqueza de Dos Santos. Fue curioso que unos meses más tarde, la revista Forbes se asociara a una empresa que tiene como dueña del 70 por ciento de sus acciones a Isabel Dos Santos, con el fin de comenzar una nueva revista destinada a la parte de África de habla portuguesa [en].

Jean-Paul Marthoz, periodista belga y alto consejero en el Comité de Protección a Periodistas, escribió [en] en el blog de la organización sobre las inversiones de Angola en Portugal:

Una nueva preocupación es el grupo de mediático Newshold, una empresa perteneciente a Pineview Overseas, con sede en Panamá, cuyos accionistas son figuras poderosas de Angola, entre ellas el magnate Alvaro Sobrinho. Newshold controla Sol, el semanario de Portugal que se encuentra tercero en ventas, y tiene acciones en dos revistas líderes, Visâo Expresso, además de tener acciones del Correio da Manhâ, el tabloide de mayor circulación en Lisboa, y del periódico empresarial Jornal de Negocios. También expresó su interés [en] en caso de que el gobierno portugués decidiera finalmente privatizar el servicio de noticias público RTP (Radio e Televisâo Portuguesa).

Se sabe que muchos inversores angoleños están íntimamente relacionados al entorno de la presidencia de Angola y con el MPLA (Movimiento Popualr por la Liberación de Angola), que ha gobernado el país sin interrupción desde su independencia en 1975.

In 2013, Luanda, la capital de Angola, fue elegida por segunda vez en tres años la ciudad más cara del mundo [en]. Aun así, la mayor parte de su población vive en barrios pobres y está excluida desde el punto de vista económico del sector moderno. Desde su blog, Aminata, corresponsal de Cross Worlds in Luanda, recuerda [fr] su experiencia con el costo de vida en esa ciudad:

Vivre à Luanda du côté de la Force, c’est pouvoir sortir le soir du réveillon et débourser au moins 30 000 kwanzas (300USD) pour avoir accès à une soirée. Ce soir-là j’ai malheureusement du me résoudre à sombrer du côté obscur, étant donné que le prix de la soirée représentait un peu plus de la moitié de ma gratification mensuelle de stagiaire…
Vivre à Luanda du côté de la Force, c’est aussi pouvoir se loger dans un building tout juste sorti de terre pour la bagatelle de 7 500 USD par mois (prix moyen pour un T3), y apprécier le confort de l’habitat moderne et la charmante vue sur lesmusseques(bidonvilles).
Vivre à Luanda du côté de la force, c’est également prendre rendez-vous chez son coiffeur à Lisbonne, effectuer l’aller-retour en un week-end (après tout une nuit d’avion pour aller chez le coiffeur, ça vaut le coup!) et en profiter pour faire un peu de shopping.

Vivir en Luanda del lado de la Fuerza [en referencia a la trilogía «La guerra de las galaxias»] es poder salir en la víspera de Año Nuevo y gastar por lo menos 30.000 kwanza (300 dólares estadounidenses) para entrar en una fiesta. Esa misma noche, lamentablemente, yo tuve que hundirme en el «lado oscuro», ya que ese precio representaba un poco más de la mitad de mi salario como becaria…

Vivir en Luanda del lado de la Fuerza también significa poder pagar una exuberante renta mensual de 7.500 dólares estadounidense por un departamento en un edifico nuevo (la renta promedio por un departamento con estar y dos habitaciones) y disfrutar del confort de una vida moderna y de una «cautivadora» vista a las «musseques» angoleñas (villas).

Vivir en Luanda del lado de la Fuerza también significa tener una cita con un estilista en Lisboa, ir hasta allí por el fin de semana (después de todo, un vuelo nocturno para ver a un estilista seguro vale la pena) y aprovechar la oportunidad para ir de compras.

Cláudio Silva escribió recientemente un post para Global Voices titulado Angola: Luchar contra los pobres en vez de contra la pobreza. Ahí encontramos más información sobre la lucha por la supervivencia diaria en las calles de Luanda.