La periodista, fotógrafa y bloguera Meg en el blog Life in Lanka [en] informa que en apartadas aldeas ceilandesas, algunas mujeres no pueden opinar sobre el tipo de anticonceptivo que usan.
Sus esposos no están dispuestos a usar condones y prefieren más bien que sus esposas usen anticonceptivos; así que los baratos, disponibles y bastante efectivos condones para hombres no son opción, con lo que dejan la contracepción a las mujeres.
Debido al hecho de que los anticonceptivos para mujeres por lo general tienen efectos secundarios, sus sufrimientos nunca terminan.