La gente está enojada y cansada, y las empresas de medios suelen publicar noticias acerca de la conexión entre los líderes políticos y los matones, pero nadie sale a la calle para protestar contra la corrupción – una anomalía para un país donde la gente tiene huelgas, en todo el país, por cualquier problema.
Siromani Dhungana [en] publica un análisis en United We Blog! for a Democratic Nepal, destacando que la corrupción en ese país se está tornando común y aceptable.