¿Un gulag ruso para los datos de las redes sociales norteamericanas?

Could Facebook be forced to open new servers in Siberia for its Russian users? Images mixed by author.

¿Podría Facebook verse forzado a abrir nuevos servidores en Siberia para sus usuarios rusos? Imágenes mezcladas por el autor.

Un concejal de la ciudad de Moscú está intentando resucitar el esfuerzo del gobierno por ampliar la «soberanía digital» de Rusia. El 3 de abril de 2014, Alexey Lisovenko publicó una petición [ru] al vicepresidente de la Duma, Sergey Zhelezniak, pidiéndole que apruebe una ley que exigiría a todas las redes sociales en línea alojar los datos personales de los usuarios en servidores ubicados en suelo ruso. Lisovenko, miembro activo de Facebook [ru], Twitter [ru] e Instagram, cita las revelaciones de Edward Snowden sobre el espionaje estadounidense como motivo para la medida. “Snowden ha confirmado”, explica Lisovenko, “que la mayor empresa de recolección de inteligencia que existe─la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense─vigila nuestras cuentas en las redes sociales”.

Sin embargo, el espionaje estadounidense es un tema relativamente antiguo. El pasado junio, incluso días antes de que Snowden llegase a Rusia, Zhelezniak—el destinatario de la petición de Lisovenko—pronunció un discurso [ru] en el Parlamento, defendiendo exactamente lo que el concejal pide ahora: trasladar los servidores a suelo de soberanía rusa.

Algo que distingue la petición de Lisovenko actual es que también propone Siberia como el lugar ideal para los grandes centros de datos. De hecho, el clima frío y con abundantes recursos energéticos en el este de Rusia lo convierten potencialmente en un lugar ideal para albergar millones de dólares en ardientes equipos informáticos. El año pasado Facebook abrió un nuevo centro de datos [en] en Suecia, al sur del círculo polar ártico, para explotar precisamente estas ventajas naturales.

La propuesta de Lisovenko complementa los esfuerzos a largo plazo (algunos dirían «eternos») de Moscú por desarrollar Siberia, así como el esfuerzo creciente de Rusia por frenar la fuga de capitales. Aunque la transmisión de datos de las redes sociales fuera del país hacia Occidente no es normalmente considerada como una sangría para Rusia per se, ligar la «soberanía digital» al desarrollo económico podría convertirlo en algo políticamente más prominente para aquellos indiferentes a los temores sobre el espionaje estadounidense.

Alexey Lisovenko, 4 de junio de 2013, Moscú, Rusia. Foto de Facebook.

Por supuesto, obligar a las redes extranjeras a almacenar los datos de los usuarios en Rusia también haría la información más accesible para el gobierno ruso, que ya opera un programa de espionaje similar a PRISM llamado «SORM». En noviembre de 2013, la revista en línea Expert.ru citó [ru] una fuente anónima dentro de la infraestructura SORM de Rusia, que afirmó que la lejanía física de los servidores de Facebook es el único obstáculo para la extracción de datos de los archivos del sitio web.

Según el empleado de SORM citado por Expert.ru, el gobierno ruso ha jugado un papel activo en la evolución de Vkontakte, la red social más popular de Rusia. El Estado no sólo hace seguimiento a los usuarios del sitio web, afirmó [ru] la fuente, sino que también ha asegurado la popularidad de Vkontakte sobre Facebook, obligando a los proveedores de Internet a dedicar mayor ancho de banda al tráfico de Vkontakte. El gobierno también tolera violaciones de derechos de autor generalizadas en Vkontakte—sin lugar a dudas uno de los grandes atractivos del servicio. (Yo mismo conozco a varios moscovitas que mantienen cuentas Vkontakte únicamente como medio de almacenamiento de música «en la nube»).

La soberanía digital no prosperó el pasado mes de junio, pero los esfuerzos de Rusia por ampliar la vigilancia de los medios de comunicación (nuevos y antiguos) no han disminuido. De hecho, las tensiones en Ucrania han empeorado las cosas. Precisamente el 4 de abril de 2014, la Duma aprobó un proyecto de ley que, en espera de la aprobación de la Cámara Alta y del Presidente, tipificará como delito [ru] «la rehabilitación del nazismo» *, facultando al Estado para prohibir a los periodistas ejercer su profesión (o incluso encarcelarlos por un máximo de cinco años) si «acusan falsamente» a la Unión Soviética de cometer delitos de estilo nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

Ese conflicto finalizó con más de dos millones de personas habitando el Gulag soviético—en su mayoría en lugares a lo largo de Siberia. Hoy en día, no es necesario meter a los revoltosos del país en trenes y transportarlos a cárceles remotas. El gobierno puede lograr mucho más mediante la vigilancia virtual, gracias a Internet. Dicho esto, si Lisovenko se sale con la suya, Siberia podría todavía tener un papel que desempeñar.

* Corrección: el texto original de este artículo afirmaba que la prohibición de la rehabilitación nazi ya es ley. De hecho, la legislación exige además la aprobación de las dos casas del parlamento y el presidente Putin. Si bien era de esperar, esto no ha sucedido todavía.

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