Aaron Ross informa sobre su investigación desde el corazón del tráfico de personas [1], concretamente, de mujeres jóvenes malgaches, quienes son vendidas a países de Medio Oriente [2] [en]:
Para algunos emprendedores de negocios, el colapso era anunciado como «una oportunidad única en la vida». Las, así llamadas, agencias de colocación surgieron en Antananarivo y otras ciudades de Madagascar, prometiendo una buena vida en Medio Oriente, «El Dorado», donde los salarios mensuales alcanzan alrededor de los 200$. Las agencias podían llegar a ganar más de $2.000 con cada transacción exitosa […] Cuando la economía de Madagascar decayó, el número de migrantes creció, de todos modos. Algunos se dirigieron clandestinamente hacia Líbano con la connivencia de funcionarios del gobierno. Sin embargo, en los últimos tiempos, Kuwait y Arabia Saudita representan los destinos más populares.
Asimismo, Ross detalla las consecuencias de las sanciones económicas del golpe de Estado en su informe. El tema fue discutido, también, por observadores nacionales aquí [en].