Linda Jaivin: Sexualidad, sinología y el arte de la traducción

Linda Jaivin

Linda Jaivin – Foto: Jade Muratore

Linda Jaivin es una mujer del Renacimiento que se describe a sí misma como una humanista secular. Nacida en New London, Connecticut, Estados Unidos, lleva siendo ciudadana australiana durante más de veinte años, tras muchos años estudiando y trabajando en Taiwán y China continental.

La actividad de Linda es prodigiosa. La lista de roles que desempeña es larga e incluye los de traductora, intérprete, editora de antología, poetisa, escritora y dramaturga. Sus trabajos escritos son variados: relatos breves, ensayos, novelas como la cómico-erótica «Eat Me»; ficción histórica como «A Most Immoral Woman»; y no ficción como la atrevida «Confessions of an S & M Virgin».

Palabras que pueden aplicarse a Linda: estimulante, provocadora, peculiar, original, lasciva, grafómana [en]. Sus escritos y sus conversaciones nos transportan a lugares insólitos e inesperados. Puede que en su momento escandalizara a gran parte de su público, pero Linda ha ayudado a expandir la amplitud del debate público. Como muestra una vídeo-entrevista para el Wheeler Centre [en], Linda puede ser entrometida pero de la forma más amigable.

Hay mucho más que sexo, drogas y rock ‘n’ roll en el ideario de Linda. Tanto si está tratando el tema de la Plaza de Tiananmen como el trato a los refugiados, su forma de mezclar lo personal y lo político no admite lo políticamente correcto. De manera habitual, aparece en debates y entrevistas, no solo como escritora sino también como comentarista en programas nacionales de actualidad tales como Q&A [en], en el canal ABC.

Como traductora, Linda ama especialmente el mundo del cine. Ha subtitulado numerosas películas chinas muy famosas, por ejemplo, «Adiós a mi concubina» y «The Grandmaster» [en].

«El reto es hacer que la traducción sea tan corta, directa y simple como sea posible, al mismo tiempo que se trasmite tanto el sentido como la emoción. Se debe considerar qué tipo de información van a recibir los espectadores tanto de la banda sonora como de las imágenes. Es como un puzle. Además, es maravilloso leer tu propio nombre en los créditos finales de una película de alguien como Wong Kar Wai o Chen Kaige, incluso cuando nadie excepto tu madre permanece sentado en el cine hasta el final de la película para verlo.»

Linda aún no ha experimentado el lado negativo de ser famosa para el gran público. «Los escritores, e incluso los que como yo poseen una vena interpretativa, nunca se van a convertir en ‘celebridades’ como lo son las estrellas del rock. No solemos congregar a grandes masas a nuestro alrededor cuando estamos comprando, ni tenemos a paparazzi que intentan fotografiarnos mal vestidos (que los escritores visten mal apenas es noticia, muchos de nosotros trabajamos en pijama). Algunas veces hay personas que me invitan a alguna bebida en restaurantes, diciendo que les encantan mis novelas, o gente en el autobús que se acerca para hablar conmigo. Nada que yo pueda calificar de ‘fastidio’.»

Linda no tiene un género preferido. «Cuando escribo novela erótica, este género es el que más me gusta. Luego, me pongo a escribir un ensayo y me deleito en el arte de escribir ensayos. Etcétera. Amo todos los tipos de escritura. Cada uno presenta sutilmente diferentes tipos de desafíos y ofrece placeres distintos. Pienso que mi última novela, The Empress Lover (Abril 2014, Fourth Estate HarperCollins), aunque sea ficción, combina bastantes de mis amores literarios, incluyendo la traducción, la historia y el ensayo.»

Su lado cómico y satírico es uno de sus puntos fuertes. «Soy una especie de optimista infernal, creo. Pero pienso que es porque escribir cosas que hacen reír a la gente me hace reír a mí mientras escribo. Me gusta divertirme.»

Sus opiniones acerca de un gran número de asuntos políticos y sociales la sitúan claramente en el lado progresista de la política. «Me considero una humanista secular. Creo que, como individuos, les debemos respeto al resto de los seres humanos, consideración y compasión, y que como sociedad tenemos la obligación de velar por los más débiles y vulnerables entre nosotros. Cuando los gobiernos muestran una falta de respeto y compasión hacia los débiles y vulnerables, me angustia (y mis visitas a los refugiados detenidos que solicitan asilo político han sido una experiencia profundamente reveladora e inquitante). Quiero usar mi influencia como escritora y como individuo para tratar de alentar a la gente a que piense sobre estos asuntos y que actúe.»

A la pregunta de cómo podría desarrollarse su vida como traductora de ahora en adelante, respondió: «Tal y como lo ha hecho hasta ahora—una mezcla de proyectos a largo plazo e ideas, y de oportunidades esporádicas. Estoy escribiendo esto en Pekín, justo un rockero chino me acaba de pedir que le traduzca las letras de todas sus canciones—con la idea de que algunas se puedan cantar en inglés. No es algo que hubiera planeado hacer, estoy ya bastante ocupada y es una petición difícil. Así que le he dicho que sí.»

En cuanto a los jóvenes de hoy en día, que a menudo son criticados por no luchar para solucionar los desastres ambientales y sociales en los que han nacido, su consejo es claro y conciso. «Sé que algunos de nosotros hemos querido arreglar el desastre durante toda nuestra vida también. Pero es un desastre bastante grande. Escojan sus batallas. Háganlo lo mejor que puedan. Buena suerte.»

Si nunca antes ha oído hablar de Linda, puede visitar su página web [en] y elegir una de sus tantas propuestas. Su página en Goodreads [en] también cuenta con mucha información y enlaces valiosos.

Su último trabajo incluye el ensayo Found in Translation: In Praise of a Plural World [en], escrito para la web Quarterly Essay, y su novela histórica sobre China The Empress Lover [en].

Found in Translation

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