Tal vez Hong Kong lleve la delantera en conmemorar el aniversario de la masacre de la Plaza Tiananmén, pero otras comunidades de habla china, como la gente de Taiwán, también organizan anualmente vigilias con velas en recuerdo de estos hechos.
En 1989, miles de taiwaneses se manifestaron en apoyo a las protestas estudiantiles que se llevaron a cabo en la plaza Tiananmén de Pekín, protestas que las autoridades reprimieron a la fuerza a través de represión militar que tuvo como resultado [en] una gran cantidad de víctimas y civiles. Este año también, cientos de taiwaneses asistieron a la vigilia noctura con velas [eng] en la Plaza de la Libertad en Taipéi para recordar los 25 años de la masacre de Tiananmén.
Este año, el tema de la vigilia fue ‘Al pasar por Tiananmén’. El enorme telón de fondo que mostraba a los tanques entrando en la Plaza de Tiananmén destacaba el mensaje de que el pueblo podría detener los tanques, que representan el gobierno autoritario en China. Los organizadores de la vigilia, la Asociación de Taiwán para los Derechos Humanos de China, los Estudiantes de Taiwán para el Avance de la Democratización en China y la Nueva Escuela por la Democracia explicaron en su declaración [zh] por qué es importante que la sociedad taiwanesa recuerde la masacre de Tiananmén:
馬政府上台後積極推動兩岸經濟統合,逐漸走向政治談判,使台灣與中國關係日益密切。台灣人可以摀住耳朵,幻想不統、不獨、不武的維持現狀,但很難扭轉政府逐漸向中國靠攏的政策。[…]六四事件並沒有過去,它形塑出現在此時此刻我們所正經歷的「中國因素」。因此,紀念六四,是對以壓制人權為代價的「中國模式」和「大國崛起」的嚴正抗拒,是對依附在中國黨國體制下的東亞政商權貴聯盟的徹底批判。[…]六四的議題,就在不只是遙遠他國「天朝」的問題,而有著在地的政治意涵。紀念六四,對台灣人,已經不再只是關心中國民主化,也是防止台灣再度極權化。
El gobierno del presidente Ma Ying Jeou de Taiwán ha sido activo en unificar la economía a través del estrecho y el tratado económico ha avanzado lentamente hacia la negociación política que refuerza la conexión entre China y Taiwán. El pueblo taiwanés se puede cubrir los oídos, imaginar que el status quo de no independencia, no unificación y no enfrentamiento militar sigue sin cambios. Pero la política del gobierno de Taiwán segurá reforzando la conexión con China. […] El incidente del 4 de junio no es solamente historia. Es la base del «factor China» que enfrentamos hoy. Recordar el 4 de junio es resistirse al «modelo de China» y el «surgimiento de un estado fuerte» que se basa en la represión de los derechos humanos. Es también una crítica de la coalición de capitalistas compinches en el este de Asia cuyos intereses y riqueza dependen del sistema político de partido-estado de China. […] El 4 de junio no se trata solamente del «Reino» que está lejos de nosotros. Tiene significado político local. Recordar el 4 de junio no es solamente una preocupación por la democratización de China, sino la conciencia para evitar que el gobierno de Taiwán retroceda al autoritarismo.
La declaración ha sido repetida por muchos activistas de derechos humanos, como Yang Hsien-hung, que defiende los derechos humanos de China. Yang instó [zh]:
台灣社會如果有一天不再紀念六四,台灣就完了。美國社會如果有一天不再紀念六四,世界就完了。還好,這不是事實,真正的狀況是,不論台灣或美國,紀念六四都已經承傳,新的學運世代,已在台灣生根,他們在台灣發起「路過天安門,人人坦克人」的活動。
Si la sociedad taiwanesa ya no recuerda el 4 de junio, Taiwán [la sociedad civil como un todo] estaría acabada, y lo mismo pasaría con la sociedad estadounidense. Afortundamente, este no es el caso ahora porque ya sea en Taiwán o en Estados Unidos, se ha vuelto tradición conmemorar [la masacre de] Tiananmén. La era de los movimientos estudiantiles ya se ha enraizado en Taiwán, y esta vez han lanzado en Taiwán la actividad “Al pasar por Tiananmén, todas las personas son el Hombre del Tanque”.
En respuesta a las críticas por sus seis años de silencio sobre el tema, el presidente taiwanés Ma Ying-jeou emitió una «reflexión» este año. Antes que una condena directa, describió los hechos como una tragedia que es una «gran herida histórica [zh]» pero expresó optimismo acerca del desarrollo del estado de derecho y la democracia en China. De otro lado, el partido de oposición, el Partido Progresista Democrático abordó la actual situación de los derechos humanos [zh] en China y condenó el arresto y procesamiento de disidentes en vísperas del aniversario del 4 de junio.
A pesar del esfuerzo de conectar la condición de los derechos humanos en China con las preocupaciones del pueblo taiwanés, ha habido muy pocas discusiones en línea sobre el incidente.
Jeff Huang, que asistió a la vigilia observó falta de vínculo emocional [zh] entre los taiwaneses con los hechos históricos:
臺灣人對於六四只是歷史課本上的必考題,缺乏認同感,想起我之前在香港做的中國人調查,這種國家認同感在香港還是非常強烈,年年六四晚會都有上萬人參與。臺灣關心六四不是來自認同感,而是對民主與自由的堅持,不把民主送給中國,中國會把獨裁送給臺灣。不管地球上哪個角落的人權問題,我們都應該站出來聲援。
En Taiwán, el 4 de junio es solamente una pregunta de examen en los libros de texto de historia, y carece de sentido de identificación. Recuerdo cuando estuve antes en Hong Kong haciendo investigación sobre el pueblo chino, esta clase de identificación nacional en Hong Kong era extremadamente fuerte, y cada año, hay decenas de miles que asisten a las manifestaciones por el 4 de junio. La preocupación del pueblo taiwanés hacia el 4 de junio no se origina en la identificación, sino de una persistencia de (la idea de) democracia y libertad, y voluntariamente no desistirán de la democracia para China ni aceptarán el autoritarismo de China en Taiwán. Independientemente de la parte del mundo de donde venga, el ideal de derechos humanos debemos promoverlo todos nosotros a una sola voz.
Lin Feifan, líder estudiantil del Movimiento Girasol (movimiento encabezado por una coalición de estudiantes y grupos cívicos entre el 18 de marzo y el 10 de abril de 2014 para protestar contra el pacto comercial a través del estrecho [en] entre China continental y Taiwán) explicó [zh] por qué la juventud taiwanesa fue indiferente hacia los hechos del 4 de junio:
台灣人不是對六四無感,而是對『中國』沒有特別的感情,特別是年輕一代,這當然有他的歷史成因。
El pueblo taiwanés no es indiferente a las conmemoraciones del 4 de junio. Más bien, no tienen sentimientos particulares sobre ‘China’, sobre todo los jóvenes y este puede ser un resultado causado por la historia.
Sin embargo, por la asistencia a la vigilia con velas, es obvio que muchos en Taiwán no son indiferentes -en cambio, sienten la necesidad de recordar la historia para defender los derechos humanos en general así como para garantizar que Taiwán sostiene sus valores democráticos y no toma el ‘camino de China’.