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Valores universales, dinero extranjero: Organizaciones de Derechos Humanos en el Sur Global

Categorías: Derechos humanos, Medios ciudadanos

Este artículo de James Ron [1] [en] y Archana Pandya [2] [en] se publicó [3] [en] originalmente en openGlobal Rights y se republica en Global Voices como parte de un acuerdo de intercambio de contenidos.

¿Qué importancia tiene la ayuda financiera extranjera para los grupos de derechos humanos a través del mundo? Curiosamente, se ha publicado muy poco sobre este tema. Presionados por grupos de nacionalistas enfadados y gobiernos vengativos, los activistas de derechos humanos y donantes prefieren no poner las cuestiones de dinero al frente.

Ciertamente, solamente conocemos sobre dos estudios existentes. En el 2006, un investigador nigeriano publicó un estudio sobre 20 de los 100 grupos de derechos humanos en su país, de los cuales la mayoría reciben ayuda extranjera. Dos años mas tarde, investigadores israelíes publicaron un estudio basado en entrevistas con 16 de los 26 grupos de derechos humanos del país, e indicaron que mas del 90 por ciento de sus presupuestos provienen de Europa y los Estados Unidos. Ninguno de los dos estudios expone las condiciones en otras parte del mundo.

Para llenar este vacío, empezamos entrevistando a 128 trabajadores de derechos humanos de 60 países del Sur Global y de los antiguos países comunistas. Luego, juntamos una lista de todos los grupos de derechos humanos que pudimos encontrar en Rabat y Casablanca (Marruecos), Mumbai (India), y la Ciudad de México y San Cristóbal de las Casas (Mexíco). Nuestro equipo identificó 189 grupos en total, todos los cuales eran organizaciones no-gubernamentales, con sedes centrales domesticas, sin afiliación política, y legalmente registradas.

Como los trabajadores de las ONG se muestran renuentes, comprensiblemente, a hablar sobre el tema de finanzas con desconocidos, empezamos con una pregunta general: en su opinión, ¿qué porcentaje de los grupos de derechos humanos [en su país] reciben financiamiento considerable de donantes extranjeros? Sus respuestas se resumen en la Figura A a continuación.

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Figura A:
Los encuestados estiman que la mayoría de los grupos de derechos humanos en sus países reciben ayuda extranjera considerable.

respuesta media a, En su opinión que porcentaje de los grupos de derechos humanos en [nombre del país] reciben ayuda extranjera de donadores extranjeros. Intervalos de confianza de muestras representativas.

El promedio de las estimaciones varia de un máximo de 84% en Rabat y Casablanca, hasta un minimo de 60% en Mumbai. Las estimaciones para la India y México son estadísticamente indistinguibles, dada la cercanía de los estimados y el tamaño pequeño de las muestras.

Después le preguntamos a los encuestados: En su opinión, ¿cuántos de los grupos los grupos de derechos humanos [en su país] recaudan fondos considerables localmente?  Sus respuestas se resumen en la Figura B a continuación. 

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Figura B:

La mayoría de los encuestados dijeron que «muy pocos» grupos de derechos humanos recaudan fondos considerables localmente.

«Muy pocos» fue la respuesta mas común, y las respuestas fueron estadísticamente indistinguibles a través de las muestras.

Luego, les preguntamos a los encuestados si sus propios grupos recibían fondos del exterior, y el numero de repuestas afirmativas variaron entre 67% y 89% por muestra. Las respuestas se resumen en la Figura C.

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Figura C:

La mayoría de los grupos de derechos humanos en nuestra muestra reciben fondos extranjeros.

El porcentaje promedio de los encuestados que respondieron «si» a la pregunta, ¿Su organización recibe ayuda del exterior? Intervalos de confianza de muestras representativas.

Sin embargo, esto no indica mucho sobre el peso relativo de los fondos extranjeros. Preguntas exactas sobre los presupuestos eran muy delicadas para nuestras encuestas cara a cara, pero 49 encuestados voluntariamente proporcionaron información sobre qué parte de sus presupuestos anuales proviene de fondos extranjeros. Para reunir esta información, le mandamos encuestas de seguimiento a todos los 233 encuestados, y recibimos detalles de otras 47 personas. Las respuestas se resumen en la Figura D a continuación.

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Figura D: La ayuda extranjera es necesaria para todos los grupos de derechos humanos, menos aquellos en Mumbai.

En tres de nuestras cuatro muestras, los encuestados indicaron que más de la mitad del presupuesto de sus organizaciones está compuesto de ayuda extranjera. Mumbai fue la excepción, probablemente debido a las restricciones establecidas en la India acerca la ayuda extranjera a organizaciones locales. 

¿Porqué domina la ayuda extranjera?

¿Es la pobreza?

Muchos de los encuestados dijeron que sus países eran muy pobres para apoyar a grupos locales de derechos humanos. Sin embargo, esta explicación parece ser infundada. Consideremos el estudio israelí previamente mencionado, el cual descubrió que los grupos locales de derechos humanos dependen en gran medida en ayuda extranjera. En el 2008, el año en el cual surgió esta investigación, la paridad de poder adquisitivo (PPA) de Israel- ingresos per cápita ajustados- fue $25,000, lo cual clasifica a Israel como 38 de 180 países globalmente. Cualquiera sean las razones por la dependencia de los grupos de derechos humanos israelíes en ayuda extranjera, los ingresos per capita no es uno de ellos. Consideremos también a la Figura A: los encuestados dijeron que era más probable que los grupos de derechos en Marruecos recibieran ayuda extranjera considerable que aquellos grupos en la India, pero el año pasado los ingresos per capita de Marruecos fueron 25% más altos que los de la India. Y mientras que los estimados de los encuestados acerca la India y México eran estadísticamente indistinguibles, los ingresos per capita de México fueron 77% más altos que los de la India.

Parece que los ingresos per capita no explican todo.
¿Qué tal la cultura?

¿Puede ser que la gente común no apoya a los grupos de derechos humanos porque se oponen la idea de los derechos humanos? En Israel, los expertos dicen que los ciudadanos judíos asocian el concepto de derechos humanos con los intereses palestinos. Dadas las tensiones israelíes-palestinas, ¿puede ser que los judíos israelíes simplemente no están dispuestos a financiar a los aliados de sus enemigos?

Otra vez, una mirada más cercana sugiere lo contrario. En el 2003, una encuesta israelí descubrió que el 53% del público considera que es «muy importante» (20%) o «algo importante» (33%) proteger los derechos de los palestinos. En el 2008, otra encuesta descubrió que el 52% del público creía que las ONG israelíes son fuentes «muy» (9%) o «algo» (43%) fiables de información sobre los derechos humanos. Con esta cantidad de simpatizantes en un país relativamente próspero, los grupos de derechos humanos israelíes, en teoría, deberían recaudar por lo menos algunos fondos localmente. Entonces ¿por qué no lo logran? 

Otros estudios demuestran que la idea de los derechos humanos tiene amplio respaldo internacionalmente. En el 2008, un consorcio global le pregunto a 47,241 personas en 25 países sobre sus opiniones acerca de ciertos derechos humanos incluyendo tortura, derechos políticos, derechos de la mujer, derechos religiosos, y derechos económicos y sociales. En todos los países, ellos encontraron que las normas consagradas por la Declaración Universal de Derechos Humanos tienen «apoyo firme», tal como el concepto de la intervención de las Naciones Unidas para promover estas ideas. Es significante que los equipos de encuestadores encontraron poco apoyo para la noción que la gente a través del mundo vive en diferentes universos morales.

Algunas cuestiones de derechos humanos, obviamente, son particularmente delicadas, y por lo tal es más probable que enfrenten amplia resistencia social y religiosa; los temas del genero, familia, y sexualidad vienen a la mente. Aun así, nuestras propias encuestas demuestran que los grupos de derechos humanos locales disfrutan de cierto apoyo local, como en Israel. 

La Figura E muestra los resultados de nuestras encuestas nacionales en México y en Colombia, junto con nuestras encuestas regionales en la India (Mumbai) y Marruecos (Rabat y Casablanca). Le preguntamos a más de 6,000 personas cuanto confiaban en los grupos de derechos humanos en su país, reajustando sus respuesta de 0 a 1, con el 1 representando el nivel mas alto de confianza. 

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Figura E: La media popular de confianza en grupos de derechos humanos locales.

La respuesta promedio, Por favor indique cuanta confianza tiene usted en las siguientes instituciones, grupos, o personas… grupos locales de derechos humanos, reajustando sus respuesta de 0 a 1 (Intervalos de confianza mostrados para todas las muestras)

Los grupos de derechos humanos recibieron un puntaje razonablemente alto, variando entre 0.43 en Marruecos hasta 0.59 en México. Con esa clase de apoyo domestico los grupos locales, en teoría, deberían ser capases de recaudar dinero localmente.  

Entonces ¿por qué no lo hacen?

Las razones son variadas. Muchos de los encuestados mencionan temor de la represión gubernamental; los ciudadanos no le dan dinero a los grupos de derechos humanos porque temen que el gobierno se vengue contra ellos. Otros encuestados dijeron que los grupos de derechos humanos no están dispuestos a recaudar dinero localmente porque no quieren caer presos de las presiones políticas locales. Partidos políticos, individuales prósperos, y corporaciones locales pueden estar dispuestos a contribuir fondos, pero demandarían mucho a cambio. Más frecuentemente que no, los encuestados dijeron que los donantes extranjeros ejercen mucho menos control político que los potenciales benefactores locales. 

Una de las explicaciones más frecuentes entre nuestros encuestados fue las preferencias locales filantrópicas. Aunque la mayoría de los países tienen un sector caritativo, los filántropos individuales, tal como las caridades en el Sur Global, prefieren dirigir sus fondos hacia proyectos concretos como la construcción de hospitales, o servicios tangibles como la comida, albergue, y abrigo. El trabajo de los grupos de derechos humanos, por el contrario, parece intangible y extraño. Aquí, el problema no es los derechos humanos en si mismos, si no el estilo de los derechos humanos, basado, tal como lo son, en investigaciones, activismo publico, análisis público, y cabildeo.

En los círculos internacionales de donantes, el tema de los derechos humanos es bien reconocido, con procedimientos de solicitud rutinarios y presupuestos asignados. Es probable que los donantes locales sean escépticos e idiosincrásicos, mientras que los donantes internacionales no necesitan mayores argumentos; ellos ya respaldan este tipo de trabajo. Aunque el trabajo en los derechos humanos es algo generalmente aceptado internacionalmente, aun no ha ganando apoyo popular en muchos países del Sur Global.

Finalmente, los trabajadores de derechos humanos deben enfrentarse a la posibilidad desagradable de que el trabajo que ellos hacen no sea suficientemente provechoso. El critico del desarrollo, William Easterly, escribe elocuentemente que mucha ayuda internacional es gastada en proyectos para los cuales hay muy poca demanda. Cuando una demanda verdadera existe, el dice, los empresarios del desarrollo encontrarán alguna manera de suministrar esa necesidad. Si el trabajo contemporáneo en los derechos humanos no atrae a los «compradores» locales, ¿puede ser que no hayan descubierto como ofrecer algo que una cantidad significante de personas quiera, necesita, y que estén dispuestos a financiar?

Para recaudar fondos locales, los grupos de derechos humanos tendrán que emplear a un nuevo tipo de personas, desarrollar nuevas redes sociales, y desarrollar nuevas capacidades para recaudar fondos. Puede ser que ellos también deban encontrar un mejor «nicho de mercado», en el cual ofrezcan algo tan valioso a los donantes locales, grandes y pequeños, que ellos querrán contribuir. 

Alrededor del mundo en desarrollo, grupos domésticos de derechos humanos han convencido a donantes internacionales que su trabajo es importante, significativo, y que merece apoyo. Ahora, la verdadera tarea es convencer a sus públicos, ricos y pobres, de lo mismo.