Internet en Irán con Hassan Rouhani: esperanza y desilusión por el posible encarcelamiento de los blogueros de Narenji

Arresto de los blogueros de Narenji en diciembre de 2013. Captura de pantalla de YouTube vía Freedom Messenger.

Arresto de los blogueros de Narenji en diciembre de 2013. Captura de pantalla de YouTube vía Freedom Messenger.

Escrito con Fred Petrossian [en].

Un tribunal de la provincia iraní de Kerman impuso a los blogueros de la web tecnológica Narenji [en] una ambigua sentencia de 1 a 11 años de prisión. Detenidos en una redada perpetrada el pasado diciembre, los blogueros eran autores y editores de Narenji, un blog sobre tecnología que publica noticias y análisis de productos.

Después de pasar seis meses en prisión, los blogueros fueron juzgados y recibieron lo que parece una sentencia [ar] al estilo «badavi», que los acusados pueden apelar durante 20 días. No se sabe qué sentencia corresponde a cada bloguero, o si los que fueron liberados tendrán que volver a la cárcel*.

Estos arrestos y otras detenciones recientes de blogueros e internautas han socavado el mensaje de apertura que los principales medios occidentales atribuyeron a la campaña electoral del presidente Hassan Rouhani. Muchos votantes iraníes se sintieron seducidos por esta campaña, y su victoria hizo albergar a muchos jóvenes la esperanza de un futuro más brillante y un mejor acceso a la Red, un importante factor en un país con uno de los índices más altos de penetración de Internet en la región.

Por desgracia, estas esperanzas se van desvaneciendo. Tras casi un año de presidencia de Rouhani, la censura técnica persiste como siempre, y los escritores y activistas en línea siguen siendo perseguidos y encarcelados. La política de Internet representa un reto para la presidencia, como cualquier otra reforma que se intente en la República Islámica de Irán, donde el mayor poder e influencia en las políticas está en manos de instituciones externas al control del gobierno electo.

Se endurecen los controles de Internet 

Rouhani criticó el estado de Internet en Irán a lo largo de toda su campaña. En junio de 2013 afirmó [ar]: «Vivimos en un mundo donde es imposible limitar la información. Los jóvenes se enfrentan a un bombardeo de información y debemos prepararnos para manejarlo».

Sus declaraciones respecto a la esperanza de que todos los iraníes pudieran acceder a webs como Facebook y Twitter se complementaron con el reconocimiento, durante una conferencia [en] sobre tecnologías de la información y la comunicación, de la importancia de que haya iraníes entre los miembros de redes sociales como las dos mencionadas o las aplicaciones de Google.

Las instituciones responsables de supervisar Internet en Irán operan fuera de la jurisdicción del gobierno de Rouhani, dependiendo directamente del poder judicial, y en ocasiones, los partidarios del líder supremo Rouhani argumentan que los jueces actúan de forma independiente del gobierno iraní. Lamentablemente, el anterior presidente Mahmoud Ahmadinejad utilizó el mismo argumento cuando se le preguntó sobre los prisioneros políticos.

No obstante, al contrario que Ahmadinejad, Rouhani se ha visto envuelto en debates sobre webs filtradas. Como ejemplo, Rouhani tuvo que vetar el bloqueo impuesto a WhatsApp por el Comité Encargado de Determinar Contenido Ofensivo, controlado por el Consejo Supremo del Ciberespacio y bajo influencia de la judicatura independiente, instituciones ambas que solo responden ante el líder supremo.

Aunque la situación no ha llegado a una conclusión definitiva, WhatsApp todavía debe pasar filtros en Irán. No obstante, la situación de bloqueo tanto de WhatsApp como de la popular aplicación de fotos Instagram están siendo revisadas por el Comité Encargado de Determinar Contenido Ofensivo y por la judicatura.

Pero los que están al tanto de las noticias sobre política de Internet van perdiendo la confianza en que haya cambios positivos en el futuro. Nima Akbarpour, periodista persa de la BBC especializado en tecnología tuiteó [ar] recientemente: «Hay tanto filtro sin fundamento en Irán que se incrementa día a día, que informar [sobre la censura en Internet] se ha convertido en pura rutina». Las noticias de iraníes que no pueden acceder a webs de Google o a páginas de Wikipedia en farsi, además de las restricciones para utilizar Instagram en Irán, señalan un endurecimiento de los controles de la Red dentro del país (aunque la semana pasada, lo que parecen ser fallos en el sistema de filtros han dado cierta apariencia de libertad, al producirse aperturas accidentales en Google Play y Twitter).

¿Cómo se explican las recientes operaciones para aumentar el control del ciberespacio iraní y a la vez el punto de vista liberal de Rouhani respecto a Internet? El ciberespacio siempre ha planteado uno de los más difíciles retos para la República Islámica a la hora de controlar a su población. Y actualmente se ha convertido en la mayor zona de lucha entre Rouhani y las poderosas instituciones involucradas en la situación pero fuera del control de la administración del presidente.

Aunque Internet no se ha liberalizado con Rouhani, podemos observar tres tendencias en el mundo virtual de Irán.

Dominando los medios sociales prohibidos

La mayoría de los candidatos presidenciales de 2013 utilizaron herramientas de las redes sociales bloqueadas por el gobierno iraní para publicitar sus campañas, una actividad en la que el líder supremo ya era veterano, puesto que tiene una cuenta en Twitter desde 2009. Rouhani y varios de sus ministros, sobre todo el ministro de Asuntos Exteriores, Mohammad Javad Zarif, dominan el arte de la comunicación en los medios sociales. Zarif es de hecho una «estrella» de Facebook, donde incluso sus comentarios más cotidianos obtienen miles de likes y respuestas. La cuenta en Twitter de Rouhani se ha convertido en una plataforma de las políticas del gobierno, y también de sutiles críticas a decisiones tomadas por instituciones ajenas al control de la presidencia.

Muchos ven en el uso de Internet por el gobierno iraní un puente entre las autoridades y los ciudadanos. No obstante, las redes sociales internacionales siguen siendo otra herramienta a la que los iraníes solo pueden acceder por medio de aplicaciones de anonimato, a pesar de que estas herramientas también son ilegales en Irán.

Guerra de palabras

Rouhani expresa [ar] continuamente su preocupación por el estado de Internet en Irán, y ha criticado los filtros en varias ocasiones. Pero sus firmes palabras sobre las condiciones de la red en su país suelen ir seguidas de presiones de los conservadores, en forma de comentarios en la prensa conservadora o de decisiones de agencias gubernamentales no controladas por Rouhani.

Mucha gente ve en esta guerra de palabras un auténtico conflicto entre distintas facciones dentro del régimen, un choque entre pragmáticos y conservadores, o entre los moderados y la línea dura.

Este mes, tras el arresto de los seis jóvenes protagonistas de un vídeo viral de YouTube que reproducía la canción «Happy» de Pharrell Williams, la cuenta oficial de Rouhani tuiteó una cita de su campaña electoral de 2013: «#Happiness es el derecho de nuestra gente. No debemos ser muy duros con los comportamientos causados por la alegría».

El director del vídeo, Sassan Soleimani, colaboró [en] con la campaña presidencial 2013 de Rouhani y se especula que eligió los colores púrpura de dicha campaña. Muchos lo consideran una cortina de humo, diseñada para convencer al pueblo iraní de que la administración Rouhani intenta implementar cambios. Rouhani es el «poli bueno» que lidia con los «polis malos» de la línea dura. Pero ambas partes son en gran medida producto del sistema de la República Islámica.

En esta situación, Rouhani se ve con frecuencia como el valiente defensor de la libertad de Internet contra las viejas corrientes clericales. ¿Pero es realmente verdad? Consideremos el Comité Encargado de Determinar Contenido Ofensivo, que recientemente se enfrentó con Rouhani. El comité es la agencia central de censura, dependiente del ministerio de Justicia, que determina qué webs se filtran. Seis de los trece miembros del comité son nombrados por la presidencia, incluyendo a los representantes del ministerio de Tecnologías, de Cultura y Guía Islámicas, Justicia, Ciencia y Educación. ¿Es el gobierno de Rouhani ineficaz contra los elementos de la línea dura, o es simplemente incapaz por estar en minoría? 

El ministerio de Tecnologías de la Información y la comunicación también ha anunciado una asociación entre el gobierno iraní y varias instituciones académicas con el fin de «aflojar» la censura de Internet con filtros inteligentes que detecten «webs inmorales y depravadas». Pero el proceso real sigue siendo ambiguo. No ha habido indicación de qué se considera contenido inmoral sujeto al filtrado inteligente. La administración anterior debatió la posibilidad de utilizar estos filtros «inteligentes» [ar] como medio para no filtrar webs como Facebook y a la vez bloquear contenido selecto, pero la nueva administración no ha abordado este tema. 

Internautas encarcelados

Si utiliza Internet en Irán para ejercer su derecho a la libertad de expresión o para acceder a la información, la probabilidad de que vaya a la cárcel hoy es la misma que antes de que Rouhani ganara las elecciones. Aumentan las historias sobre el creciente número de webs y aplicaciones populares que engrosan las filas del contenido bloqueado, o pasan a formar parte del discurso popular como peligrosas herramientas contra la seguridad nacional.

La infortunada realidad de los continuos arrestos de internautas también se ha intensificado. Después de la detención de 16 ciberactivistas y periodistas de tecnología de Narenji en diciembre, ocho personas fueron arrestadas en mayo [en] y sentenciadas a un total de 128 años en prisión por los comentarios que publicaron en Facebook, que se consideraron un insulto a la República Islámica y al líder supremo.

En las últimas semanas se ha visto un auge en la lucha por la libertad en Internet de numerosas maneras, ya sea señalando la incapacidad o la ineficacia de la administración de Rouhani para llevar a cabo cambios. Por ahora, parece que los internautas vacilan entre mantener la esperanza de un cambio con Rouhani y la desilusión por la aparente falta de variaciones en la situación.

* La sentencia no identifica a los detenidos como miembros de Narenji, pero puede suponerse que los sentenciados son algunos de los blogueros de Narenji, además de otros ciberactvistas detenidos en varias redadas el pasado diciembre [en].

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